Opinión

LECTURA POLÍTICA

Contrapesos políticos y académicos a la UAG

Noé Mondragón Norato

 

Lo de la creación de nuevas opciones en materia de educación superior, data desde el sexenio del extinto gobernador José Francisco Ruiz Massieu, quien creó el 21 de agosto de 1991, el Instituto Tecnológico Superior de la Montaña (ITSM). Y en el trienio de Ángel Aguirre Rivero, cuando asumió como gobernador interino, se fundó el 3 de julio de 1997 –hace exactamente 17 años-, en convenio con la Secretaría de Educación Pública, la Universidad Tecnológica de la Costa Grande de Guerrero. El ex gobernador priísta, René Juárez Cisneros quiso aportarle a lo mismo. Y el 1 de septiembre de 2003, inició funciones la Universidad Tecnológica de la Región Norte de Guerrero (UTRNG). Un año después entró en actividad también, la Unidad Académica de la Región Montaña, que depende de la UTRNG. De ahí se abren las lecturas.

CONTRAPESOS POLÍTICOS Y DÉFICIT ACADÉMICO.- Para cuando Ángel Aguirre asumió como gobernador interino, en los inicios de marzo de 1996, el diagnóstico en materia de educación superior era desolador aquí: la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), no alcanzaba los estándares de competencia y calidad respecto de la media lograda por las demás Universidades del país. Y tampoco en la actualidad lo ha logrado. La vendimia que ha hecho el rector Javier Saldaña en los medios de comunicación, es más ficción que realidad. Porque él persigue objetivos políticos, no académicos. Por eso en el discurso tiene que ofertar avances y logros. Una marca que intenta posicionar en el subconsciente colectivo: UAgro. Aunque la evaluación docente de resultados frente a los grupos y en la investigación científica, no exista. Y la oferta académica tampoco convence, por más que se venda. Por esa razón, el gobierno de Aguirre ha zanjado en la creación de otras opciones de educación superior. Hay que verlas: 1.- Desde Aguirre hacia acá, los gobiernos estatales evaluaron una situación irreversible: las corrientes internas se apoderaron de la UAG irremediablemente. La convirtieron en una ínsula de poder. Virtualmente, la secuestraron. Arrebatarles el control mediante un golpe de timón, significaba darle de pedradas al panal. Crear víctimas innecesarias, mártires, escándalos y banderas políticas estériles. Y perder al final. La UAG creo con el extinto Armando Chavarría Barrera, la fórmula eficaz de los cacicazgos políticos. Un territorio a través del cual se podía accesar al poder político exterior. Así lo hizo una y otra vez. Y cuando fue proditoriamente asesinado, esta herencia ignominiosa fue recogida puntual, por la corriente política Frente por la Reforma Democrática de la UAG (Fredeuag), que con el actual impulsa ya, a tres rectores en forma consecutiva. Era obvio que la única forma de romper con esta inercia y con el control mayoritario de la educación media y superior de la entidad, consistía en pelearle a la UAG en su propio terreno: creando nuevas Universidades y Tecnológicos como una forma de generar contrapesos no solo académicos, sino políticos. 2.- Una de las primeras acciones de Aguirre, en el inicio de su actual cuatrienio, consistió en firmar un acuerdo con el rector de la Universidad Autónoma de Chapingo, Marco Portillo Vázquez, a fin de fundar en el municipio de San Luis Acatlán, un campus de esa institución. Apenas se aprobó su funcionamiento. Y derivado de las presiones ejercidas por estudiantes rechazados en la UAG, se está abriendo la posibilidad de que se funde también, la Universidad Autónoma Latinoamericana Caribeña de Ciencias y Artes (UALCCA). Con un imponderable: el secretario de educación, Emilio Chuayffet Chemor –quien también reparte registros a diestra y siniestra previo generoso y alto pago, a institutos y universidades privadas con el fin de que se propaguen como plagas, las Maestrías y Doctorados patito-, condiciona su funcionamiento a fin de que cambie el nombre a Universidad Intercultural. Como sea, la creación de nuevas opciones en materia de educación superior por parte del gobierno estatal, son la respuesta natural a todas las corrientes políticas que han lucrado reiteradamente con la UAG, y que parecen indispuestas a soltar ese jugoso botín. El cual sirve incluso, para alimentar pretensiones desbordadas y desproporcionadas de poder por parte del actual rector Javier Saldaña, quien busca con notable ambición, erigirse en gobernador. El mensaje es para él.

HOJEADAS DE PÁGINAS…A pesar de que vendieron como suya la gestión política ante el gobernador Aguirre–como si éste fuera juez-, para liberar al vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a La Parota (Cecop), Marco Antonio Suástegui Muñoz, los seis diputados federales perredistas no pueden impedir que sea la Ley la que también se imponga. Y por eso el juez nayarita, Nicolás Ballesteros Villagrana, le dictó el auto de formal prisión sin derecho a fianza, por robo agravado derivado de la denuncia interpuesta por Humberto Marín Molina, el dueño de la gravillera Kimbar. Si la de Suástegui es una detención política, entonces los delitos que cometió deben ser borrados de su expediente. Y la Ley como siempre, quedará anulada.

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