Opinión

Tribuna Pública

Francisco Javier Copeño Castro

 

El asunto de la definición de quién será quien ocupe la titularidad de la Auditoría General del Estado, (AGE); en el congreso del estado, trae de la greña a los legisladores enfrascándose en discusiones que de antemano saben que digan lo que digan, ya se tiene definido a quién será el ungido. Los nombramientos de los órganos fiscalizadores de todos es conocido que son palomeados por el titular del ejecutivo en turno y esta vez no tiene por qué ser de otra manera, quien lo dude deberá estar pensando que en verdad las cosas han cambiado a esos niveles. Si algún diputado piensa lo contrario es porque algo busca o quiere. Cuando en verdad haya un equilibrio de poderes en cualquier nivel de gobierno, solo y solo entonces, será cuando se empiece a tratar de erradicar la corrupción imperante que se vive. Porque, mire usted hipotético lector, es inconcebible que después de un año en que sucedió la catástrofe dejada por los huracanes Manuel e Ingrid y cuando ya los actuales están causando nuevos estragos el recurso mandado por la federación, no se haya aplicado al cien por ciento y se tenga la firme sospecha de que esos recursos están siendo jineteados por seres mezquinos que son gente a la que no le interesa el sentido humano y solo ven sus propios intereses; y todavía se  hacen los ofendidos cuando alguien les dice que el gobierno de Guerrero es el que no ha cumplido con lo que le corresponde y por ende todavía no les llega el apoyo a quienes resultaron damnificados por los embates de los fenómenos naturales del año pasado. Hasta este momento la mentada AGE no ha hecho nada al respecto, y ni lo hará, luego entonces qué caso tiene pensar que esta vez será diferente, la verdad se necesita ser ten ingenuo decir que será el congreso del estado de manera autónoma nombrará el próximo auditor, cuando todos saben que todo es un circo montado por el poder en turno. ¡Hasta la próxima y salud!