Opinión

LECTURA POLÍTICA

Arredondo: ¿astucia o ausencia de cabildeo político?

Noé Mondragón Norato

 

La Auditoría General del Estado (AGE) es una posición estratégica en términos políticos. Eficaz escudo para frenar escenarios de desastre. Esperanza de muchos ediles municipales para sanear sus cuentas públicas mediante “generosos y oscuros arreglos”. Y la salida del primer titular de esa dependencia, Ignacio Rendón Romero, en medio de fuertes escándalos de corrupción, es el antecedente más visible en relación al camino más corto para convertirse en un personaje acaudalado y dueño de una fortuna inconmensurable. Al final, nunca fue investigado. Disfruta cómodamente de ese dinero cargando con el único peso del escándalo público. El manco brazo de la justicia y las complicidades del poder, lo protegieron. De ahí se entiende hoy, el desfile de un gran número de aspirantes que buscan reemplazar al segundo auditor de la AGE que renunció debido a su notable ausencia de pericia y operación política: el zeferinista Arturo Latabán López, de vida efímera en esa dependencia. Sin embargo, los perfiles de algunos no les alcanzan para asumir el cargo. Uno de ellos destaca: el actual titular de la Contraloría General del Estado, Antonio Arredondo Aburto.

CONTRALOR QUE QUIERE MÁS.- La Convocatoria emitida por el Congreso del Estado para renovar la titularidad de la AGE es muy clara. Conmina a los aspirantes a: “no haber sido titular de ninguna dependencia o entidad de la Administración Pública Estatal o Municipal, representante popular federal o estatal, titular de algún órgano constitucional autónomo, magistrado del Poder Judicial, Consejero de la Judicatura o titular de cualquier entidad fiscalizable, durante dos años previos a su designación”. De ahí se abren las lecturas: A) Antonio Arredondo Aburto, es el actual titular de la Contraloría del Estado. Se encuentra limitado e impedido por la Convocatoria del Poder Legislativo, para participar en el proceso que designará al nuevo inquilino de la AGE. Y de pasar ese filtro, se leería como una virtual imposición en esa dependencia. Por salud pública, Arredondo Aburto debe quedarse a terminar su enmienda en la Contraloría General del Estado. A pesar de que personalmente, evalúe que esta dependencia ya le queda chica. B) El contralor parece olvidar que tiene tareas pendientes en su actual encargo. Una de ellas es el careo entre el ex gobernador perredista Zeferino Torreblanca y su ex secretario de Salud, Antonio Jaimes Herrera. Dicha audiencia se programó para el pasado 26 de mayo. Pero inexplicablemente se trasladó hasta los últimos días de junio, sin que Arredondo Aburto precisara la fecha. ¿Será acaso que el contralor no quiere ser parte de esa polémica pública y por eso quiere abandonar la Contraloría antes de ese careo e ir en pos de la AGE? C) El trabajo de Arrendo Aburto no ha sido exitoso ni obtenido resultados convincentes, como para que ahora intente saltar a una responsabilidad donde la aplicación puntual de las auditorías en las alcaldías y otras dependencias de gobierno, se vuelve una herramienta de presión a fin de obtener onerosas regalías y privilegios. Y ese debería ser justamente, uno de los criterios que olvidó la Convocatoria del Congreso local: ponderar los resultados de todos los aspirantes durante su paso por el quehacer público. Porque a estas alturas, no se puede seguir premiando la ineficacia, las complicidades y las indolencias. D) Cuando se designe al nuevo titular de la AGE, durará en su encargo 7 años de acuerdo a la reforma reciente a la Constitución política local. Pero son removibles y renunciables de acuerdo también, al momento político. Así, si el hipotético arribo de Arredondo Aburto a la AGE se concretara y se leyera como una posición del actual grupo gobernante, para cuando el gobernador Ángel Aguirre concluya su cuatrienio, soplarán otros vientos políticos. Y si el mandatario estatal entrante –del PRI o PRD- decidiera removerlo, lo haría sin ninguna dificultad. En esa vertiente, Arredondo Aburto seguiría los pasos del zeferinista Arturo Latabán: permanecería poco tiempo en la dependencia. De ahí que, la decisión del Congreso local en relación al entrante titular de la AGE, mostrará las verdaderas tablas políticas en el cabildeo por parte del actual Contralor del Estado. O la deficiencia notoria de ellas que lo dejarían fuera de esa jugada de poder. A ver si es cierto.

HOJEADAS DE PÁGINAS…El Secretario del Trabajo, el perredista Alberto López Rosas, también se destapó recientemente como aspirante de su partido al gobierno estatal para la elección de junio de 2015. Sin embargo, permanece agazapado cuando se trata de que renuncie a esa dependencia. Y recientemente pidió a la ONU investigar los hechos funestos de Ayotzinapa del 12 de diciembre de 2011. Como se ve, López Rosas intenta rescatar una bandera política a través de la cual montarse en los reflectores mediáticos. Pero ensordece cuando se trata de gestionar su renuncia. Esa es la esencia de la izquierda extraviada.

 

dragonato@hotmail.com