Opinión

ABREVANDO

José Antonio Lavín Reyna

Los negocios de los programas sociales

Quizá uno de los gastos más altos del gobierno de la república es el de los programas sociales. Desde luego, dichos programas son muy importantes, pues van desde las becas y el apoyo a las mujeres a los apoyos para negocios o para vivienda. Si bien esto está a cargo de las delegaciones federales, que son las que reparten en coordinación del Gobierno del estado todas y cada una de estas ayudas, deberían de darse a los más necesitados, y muchas de ellas a través de asociaciones civiles que muchas de ellas son partes de los partidos políticos, y algunos realizan negocios de proporciones realmente inalcanzables.

Mire usted, amigo lector, se dicen asociación de ciudadanos, de mujeres o de obreros o campesinos, y de esa manera dicen ayudarles a bajar recursos que ellos se quedan y administran, y que son realmente los verdaderos beneficiados. Esto no quiere decir que todos sean así, como en todo hay gente honesta, pero no falta alguno así; la verdad es que hay algunos que presumen de tener un techo financiero del cual se quedan con la mayoría del dinero, y reparten de éste a los que deciden, a los segundos, a los que supervisan a los programas, a los técnicos y a todo el que tenga que ver con ello para quedarse con la mayoría, y hacen que el dinero no llegue a quien está dirigido, ya que si les llega la mitad deberán de dar gracias. So pretexto de que ayudan a los trámites, se convierten en una verdadera plaga para los pobres, que aparte de fregados todavía estos vivales les roban; como quien dice, al perro más fregado se le amontonan las pulgas. Son normalmente desconocidos que se hacen pasar por profesionistas, que invitan a los que caen en sus garras a reuniones a donde les dan migajas de lo que se embolsan haciéndose pasar como muy buenos.

Por lo anterior es importante que estén vivos, para que los delegados y sus equipos ya no puedan seguir haciendo de las suyas en estas cadenas de corrupción que tanto daño le hacen a los más necesitados, por lo que éstos no tiene perdón, ni los de las asociaciones, ni los funcionarios que se corrompen por una lana, que casi siempre no son los jefes, sino los de segundo nivel. El problema es que piden a nombre del jefe y él es quien en verdad queda mal. Bueno, llega a tal grado en fenómeno, que para algunos de los encargados de los programas se ha convertido en un gran negocio, y exigen hasta un porcentaje del programa; hay algunos tan cínicos que les dan una lana a las asociaciones para que les presten su CLUNI que es el registro ante el gobierno federal para hacer ellos el negocito. Estos son los malos mexicanos que por más esfuerzos que la autoridad haga por que solucionar los problemas de pobreza, con la impunidad y corrupción en que vivimos no es cosa fácil. ¿No Cree usted?

Los casos sobran y el espacio se agota. Aquí lo importante es lo siguiente: ¿Qué reflejan estas situaciones y muchas otras parecidas que a diario nos encontramos en la prensa?

Reflejan un país lleno de carencias, invadido por la corrupción en todos los niveles, asolado por la violencia y la inseguridad, con gobiernos acotados y sin voluntad política, pero sobre todo una clase política entretenida más en el reparto del poder que en los grandes proyectos nacionales, más absorta en sus privilegios que en el progreso de una población, a la que se mantiene a raya con un discurso que le pinta de otro color la realidad y su futuro.

Algo más….

Sin embargo, si nos ponemos a pensar un poco, todos los días ocurren en todo el país eventos que deberían escandalizarnos pero que no lo hacen debido a que nos hemos vuelto insensibles ante el gran desorden y corrupción que nos rodea.

Vemos las banquetas de nuestras ciudades. En la mayoría de los casos son un desastre. Una persona con discapacidades motrices o visuales camina sobre ellas poniendo en riesgo su integridad física. Hace unos días vi como una mujer que empujaba la carriola de su bebé tuvo que bajarse de una banqueta al constatar que ésta no podía sortear los obstáculos que tenía enfrente. Se vio forzada a caminar sobre el arroyo arriesgando la vida de ambos.

Me pregunte: ¿por qué diablos permiten las autoridades que esto ocurra? Y me respondí: porque no les importa la seguridad de los peatones.

Servicios públicos de quinta, obras mal hechas, mantenimientos que no se llevan a cabo, reparaciones al ahí se va. Estos son los casos que nos deberían escandalizar todos los días.

Tristemente, no reaccionamos ante la irresponsabilidad, desidia y corrupción de tantos funcionarios. Y mientras no lo hagamos, ellos no harán nada para cambiar la situación de las cosas.   Merecemos lo que sucede.

CLXXXII.- Las corruptelas se dan en todos los ámbitos: el profesor Gregorio Castro Rea, director de la Secundara Técnica 213 “Bandera Nacional”, se va a embolsar $ 84,000 por concepto de cobrar a cada alumno, aproximadamente 1,200 de ambos turnos, la cantidad de $ 70 pesos para pintar los salones, amén de que cada alumno deberá dejar su butaca y salón resplandeciendo de limpia;  o sea, el dinero limpio para él. Además les cobró $400 a cada egresado por costo de graduación. De esos, $ 200 son para el director del CBTis 56, por ser la cooperación para el uso del auditorio. Lógico, todo lo anterior, sin recibos, ni pago de impuestos. Que conste, solo es una denuncia, no una acusación.

 

Lo espero en www.igualalaneta.com., visite la página.