LECTURA POLÍTICA

LECTURA POLÍTICA

Actores y crímenes contra la prensa

 

Noé Mondragón Norato

 

La lista se hace cada vez más larga. Atípico y desconcertante para una sociedad cuyos grados de civilidad y democracia presumiblemente, van alcanzando a paso lento pero constante, el desarrollo y la consolidación. Aunque se trate en el fondo de una falacia. Una abierta y reiterada simulación. Lo cierto es que la libertad de expresión se ha convertido en un mito. Un recurso discursivo utilizado por los gobiernos para vender la idea de tolerancia y respeto a la disidencia y a la manifestación de las ideas. Porque el periodismo es un reducto de los ciudadanos. La tribuna popular ganada a base de sangre, esfuerzo y constancia permanente. El espacio natural a través del cual se miden distancias y se cuestiona el quehacer institucional. Los excesos en la función pública. Las corruptelas y vicios de la política y sus actores. Desde luego, no es un oficio fácil sino todo lo contrario: ingrato, riesgoso y mal pagado. Con toda esa adversidad encima, la democracia misma no puede entenderse sin la imprescindible aportación de los medios de comunicación al debate de la cosa pública. El propio poder necesita a la prensa para difundir sus actividades, pulsar su legitimidad ante los ciudadanos, construir un puente de comunicación inquebrantable con sus gobernados. Pero aun así, los periodistas van cayendo. Asesinados por el rostro oculto de la intolerancia y la cobardía. La infamia y la impotencia de quienes no pueden con la verdad. Y encuentran en el crimen la forma primitiva de resolver diferencias. Porque su estrecho coeficiente mental no les alcanza para entender la dinámica de los nuevos tiempos y las circunstancias. Evalúan que el poder entraña únicamente sumisión, quemas de incienso y rendición de pleitesías. Hay algunos puntos al respecto, que deben salir de la tradicional petición de justicia hacia las autoridades, para resolver los casos de los periodistas asesinados. Arribando al plano de la acción y la legalidad concretas.

 

LEGISLAR Y ACORDAR SOBRE LA PRENSA.- La demanda tradicional de la prensa, es el respeto a la libertad de expresión. Y de justicia para los periodistas asesinados. Pero son cantaletas roídas y descontinuadas. Que ya no funcionan. Hay que ir más a fondo: 1.- Los diputados locales guardaron un minuto de silencio por el crimen reciente del periodista porteño, Jorge Torres Palacios. Pero su función no es asumir esa hipócrita pose. No les pagan para que enmudezcan, sino para que legislen y hablen, pero con hechos y acciones. Al guardar un minuto de silencio y condenar ese evento criminal, evalúan que ahí termina su involucramiento. Y si vuelven a eliminar a otro periodista, guardarán otro minuto de silencio. Y así sucesivamente. Pueden acabar con toda la prensa local y ellos permanecerán insensibles e impertérritos, con sus minutos de silencio. El punto es justo ese: los diputados locales no quieren legislar sobre los crímenes contra periodistas. Reformar las leyes no solo para proteger su actividad, sino su propia integridad física. Garantizar el respeto a la prensa no solo en el discurso demagógico-a fin de congraciarse con cierta parte de ella-, sino en la observancia de la Ley. Pero si no pueden con la iniciativa para despenalizar el aborto ¿cómo, de qué forma y con qué recursos tendrían que entrarle a la discusión y al debate sobre una eventual iniciativa en favor de la prensa y los periodistas? Pero ahí es donde el gremio periodístico debe canalizar su inconformidad y sus presiones. 2.-Organismos independientes como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) o la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), se involucran y hacen ruido mediático. En la coyuntura de los crímenes contra periodistas, muestran interés. Impelen a las autoridades para que resuelvan estos asesinatos. Condenan los homicidios. Pero con el paso del tiempo, se olvidan de ellos. El compromiso de dichos organismos no solo debe ser de condena y presión, sino también de acción. Hasta hoy, ni la ONU ni la CNDH han logrado llegar a la verdad en torno a los responsables de tantas muertes de informadores. Pero curiosamente, hacen investigaciones por su cuenta. La prensa debe presionarlos también, para que modifiquen la estrategia en torno a cómo apoyar y hasta dónde llegar, en torno a los decesos violentos contra periodistas. Impulsar una mesa de diálogo, discusión y acuerdos. O será un estado de cosas instalado en la vertiente de repetir hasta el cansancio, las mismas poses de siempre. Y eso ya debe cambiar. No solo por el bien y la salud pública de los gobiernos, sino de la democracia misma.

 

HOJEADAS DE PÁGINAS…El rector de la UAG, Javier Saldaña, ha hecho del amague y la amenaza, una nociva costumbre: anunció el despido de cinco funcionarios de su administración, tras la rendición de su primer informe de labores. No lo hizo. Hoy amenaza con no pagar la quincena a los trabajadores de esa institución. Despedir a empleados administrativos. Aduce que la federación no le ha liberado 60 millones de pesos. ¿Cumplirá su promesa o es una más de sus perversas amenazas?

 

dragonato@hotmail.com