Iguala

Además de sinvergüenzas: ciudadanos

Corrupto y arbitrario, personal de CAPAMI

 

De la Redacción

 

No sólo son irresponsables, sino que además se comportan de manera corrupta, arbitraria y, a veces, hasta “burlones”. Así es el personal, en general, de CAPAMI (Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Iguala), según las denuncias hechas llegar a El Diario de la Tarde, entre otros medios de comunicación de la localidad.

Para empezar, cobran por un servicio que no existe, pues generalmente no se recibe agua en los domicilios, y lo poco que llega duda de ser “potable”.

Irresponsables, porque siempre que se les llama para reportar fugas, drenajes tapados u otros servicios propios de su área laboral, generalmente hacen caso omiso al llamado o reporte, y cuando van, hacen puras “chambonadas”, dejando hoyancos y montones de tierra por todos lados, ocasionando accidentes y daños principalmente a los automovilistas.

Corruptos, porque piden “mochadas” y hasta hacen “negocio” con el suministro del vital líquido a través de tomas clandestinas. “Aquí móchese con nosotros y no faltará el agua, pero pues póngase la del Puebla…”, ofrecen.

Arbitrarios, porque llegan cobrando exigentes, como si cumplieran con su servicio, con memorándums y otros documentos intimidatorios, amenazando con suspender el servicio (¿cuál?) o clausurar la toma de agua…

Algunos, hasta cargando picos y palas, haciendo como que escarban para clausurar la toma en la calle, arriesgando hasta su integridad física, aunque generalmente esos “panchos” los hacen con las amas de casa…

“Burlones”, porque se ríen cuando el usuario les reclama que no sale agua de sus tuberías, sino puro aire. “Ya ve doñita, eso no se lo cobramos (el aire)”, responden los cínico-chistosos…

Lo anterior, es el común denominador de CAPAMI. En tanto, el director, Félix Cepeda, busca palabras o términos intentando justificar la falta de buenos resultados, llamando, por ejemplo, “limitado” al desabasto del vital líquido en la ciudad, entre otras penosas “justificaciones” y promesas no cumplidas…

Y no se diga del habilitado jefe operativo, el destronado director de Limpia, Salvador (Chava) León, que no da pie con bola y, para evitar el reclamo ciudadano, opta por no contestar llamadas ni reportes…

Raro, curioso, o llámele como le quiera llamar, que el estricto alcalde de Iguala, José Luis Abarca, no haya tomado ya cartas en el asunto, aún cuando personalmente ha constatado la falta de responsabilidad y capacidad de ese lastre llamado CAPAMI. Urge una acción real, señor Presidente!