Opinión

Tribuna Pública

Francisco Javier Copeño Castro

 

Los problemas en el Mercado Municipal “Gral. Adrián Castrejón” siguen y siguen; y solo promesas de las autoridades municipales en turno de que ahora si se va a actuar y a poner orden; cuando todo es parte de una anarquía fomentada por dirigentes y autoridades en turno, por amiguismo, compadrazgo o amasiato de algunos o algunas con otros u otras. En fechas recientes se había conformado la llamada Alianza de Comerciantes del Mercado Adrián Castrejón. ¿Qué fue lo que pasó? Simple, se empezaron a trastocar intereses de algunos y se fueron retirando. Decíamos en una entrega anterior, que algunos aprovecharon para hacer de las suyas y denunciamos que se había permitido la construcción de espacios en áreas irregulares y además se había dejado que le echaran una plancha al canal de desagüe en la calle de Altamirano al inicio del área de florerías y que nadie hacía nada para impedirlo, porque ahora sí, ya eran unos locales comerciales. Hoy, de buenas a primeras resulta que se clausura un local construido en el andador de Galeana con loza y muros de tabiques y preguntamos. ¿Por qué dejar que se terminara la construcción para clausurarla? ¿Todo es con la finalidad de que se pague una infracción y asunto arreglado? ¡Caray! Se nos hace que piensan que uno es tonto, porque bien supieron todas las autoridades habidas que se estaba construyendo y aun así lo dejaron. El principal responsable de esa construcción es el administrador del mercado Néstor Urióstegui Palacios, por haberla permitido aun sabiendo que está en un área irregular, porque no puede alegar desconocimiento de dichos trabajos puesto que tiene inspectores y veladores que todo le informan. Es un área muy transitable y todos se dieron cuenta, al menos Tribuna Pública dio cuenta de ello y no hicieron caso. Por eso nuestra pregunta… ¿Por qué dejaron que construyera y al final le clausuran? La verdad, se nos hace una faramalla todo esto, para que pague una multa -elevada por cierto- y después le dejarán como está; a menos que en verdad se haya acordado la demolición de la construcción lo que sería lamentable para el propietario por todo el dinero gastado, pero también un antecedente para quienes construyen en áreas irregulares que deberán saber que lo hacen bajo su propio riesgo. Ahora bien, la declaración del Síndico Óscar Antonio Chávez Pineda en el sentido de que los locatarios son arrendatarios o concesionarios, más no propietarios de los locales, y por tanto no pueden hacer y deshacer; a decir de los “viejos” locatarios eso, habría que discutirse, porque la inversión realizada cuando se hizo el mercado fue de manera tripartita es decir gobierno municipal, estatal y locatarios, pero los locatarios al final pagaron en un cien por ciento la construcción total de dicho centro comercial y por tanto son dueños, eso sí, de los locales al interior más no de los que están alrededor de dicho centro de abasto. Uno de esos locatarios es el señor Ricardo Hernández Figueroa quien se dice defensor de los comerciantes del mercado y quien manifiesta siempre ha luchado por la unificación y mejoras del mercado y de los locatarios. En parte tiene razón dicho dirigente, pero en lo que sí existen divergencias en su pesar, porque dice que los actuales dirigentes no dejan que se hagan las cosas para mejorar, porque apenas quiere hacer algo y ya lo están criticando. ¿Por qué será? Nosotros pensamos que fueron precisamente ellos, los “viejos dirigentes” quienes permitieron que los ayuntamientos manejarán al mercado como se les diera la gana, al permitirles la intromisión por así convenir a intereses de las autoridades y locatarios; hoy las cosas son difíciles de remediar, pero sí se puede negociar para sacar provecho en beneficio de los comerciantes del mercado, porque nadie cumple al cien por ciento con sus respectivas responsabilidades, ni autoridades ni locatarios. En estos momentos, creemos que existen las condiciones para poner orden en el mercado, obviamente con justicia y razón y no de manera arbitraria; hay gente que en verdad necesita de un espacio para ofertar sus productos; otros, se han aprovechado de la anarquía existente para apoderarse de espacios y luego venderlos porque ese ha sido su modus vivendi siempre; la invasión de escaleras, banquetas, entradas y salidas de dicho centro de abasto es el pan nuestro de cada día; a las autoridades recaudadoras de dinero solo les interesa ingresar más y más dinero a las arcas municipales, lo demás es lo de menos, el ambulantaje es cada día más y no importa porque al final solo interesa el dinero que aporten. Aunado a todo esto se pueden sumar las denuncias de personas que dicen que el administrador Néstor Urióstegui Palacios está cobrando jugosas cantidades de dinero por permitir remodelaciones de locales;  algo, que hasta donde nos consta no ha sido así, sin embargo lo que si nos consta,  es que todo lo que suceda en el mercado municipal a partir de su llegada al cargo es su responsabilidad y por tanto lo bueno y lo malo que dentro del mercado existe es de su incumbencia. Si existen anomalías que se investiguen y quien resulte culpable por acción u omisión que se exhiba y además se le finquen responsabilidades, porque ya estuvo bueno que cada quien haga lo que quiera en dicho centro de abasto. La reubicación de comerciantes que invaden las escaleras se ha ido retrasando al grado tal de que no existe fecha para que La Rampa sea ocupada porque quieren reubicar ahí a comerciantes del centro de la ciudad, lo que sería una verdadera partida de madre para todos ellos, porque su vendimia está en el centro y  no frente a la tiendota que se tiene frente al mercado; en un principio se dijo que ese espacio sería para reubicar a todos los comerciantes que invaden entradas, escaleras, salidas, pasillos, áreas de uso común y áreas irregulares dentro de la nave de Ropa y Calzado, pero también de comerciantes de la calle de Altamirano entre otros, incluso se estaba analizando un padrón para que todos se fueran para La Rampa. ¿Qué pasó? Nada, los ediles cada quien por su lado y por tanto no se ha podido reubicar a nadie y todo en paz; algo que al parecer al gobierno municipal le complace al grado tal de que poco a poco se ven más comerciantes ambulantes sobre la calle de Altamirano entre la calle de Salazar y la tiendoda frente a la famosa Rampa y todo tranquilo. ¿Será acaso que lo único que se quiere es encarecer los espacios y quien  pague lo dejarán vender? Veremos y comentaremos, pero por hoy es todo. Ah, les adelantamos, en nuestra próxima entrega les hablaremos del asunto del fertilizante y de cómo los ejidatarios hacen de las suyas para obtener dicho insumo a costa de quienes verdaderamente siembran las tierras, pero que después venden porque es de ellos y no de quienes están sembrando. Lo dicho en todos lados se cuecen habas. ¡Hasta la próxima y salud!