opinión

Del balcón al sótano

Eduardo Albarrán Orozco

 

La propuesta hecha a Cuauhtémoc Cárdenas de que sea el presidente nacional del PRD, tiene la finalidad de  golpear la imagen de Andrés Manuel López Obrador y de lo que será un nuevo partido que se oponga a las políticas y alianzas hechas por los últimos dirigentes nacionales del PRD, Jesús Ortega y Jesús Saavedra, con el PRI a favor de las reformas que afectarán a la mayoría de los mexicanos y mexicanas.

Lázaro Mazón Alonso es de los fundadores de la llamada Nueva Izquierda. Confío en que su participación en este proyecto de oportunistas como Jesús Ortega (y si no me creen busquen en internet sus antecededentes políticos), haya sido eso: ingenuidad.

En los últimos años se ha distanciado de la NI y, sobre todo del zorrillo, Sebastián de la Rosa, quien dice aspirar a ser gobernador de Guerrero. Lo cual es falso. Solo quiere seguir, como becerro, alimentándose de la ubre. Y si no es cierto, que diga qué es lo que ha hecho como presidente del PRD, como diputado local y ahora? No ha promovido ninguna ley de izquierda, de avanzada, que permita que el estado y el país avancen. SÓlo sus beneficios personales, de grupo y familiares.

Ahora AMLO ya dijo que entre sus cartas están Luis Walton y Lázaro Mazón. El primero es de otro partido. El segundo tiene que definirse pronto, muy pronto, aunque todos sabemos que se irá con Morena.

Para algunos esta puede ser una estrategia de los llamados Chuchos para infiltrarse en las filas de Morena, y Lázaro Mazón podría ser el caballito de Troya, para que los Chuchos tengan varias cartas con qué jugar y mantener  su presencia en Guerrero, por lo menos.

Claro que Mazón Alonso deberá definir su situación partidaria. No puede estar en dos partes. Se verá muy mal que 15 minutos antes de las decisiones, llegue para decir “¡sí protesto!” Seguramente habrá quien lo respalde, como en muchas ocasiones, pero si el asunto se pone así, ya no todos los que lo respaldaban lo harán. Muchos y muchas ni siquiera votarán por alguien.

 

Del sótano

 

Los cuestionamientos hechos en contra del coordinador de la UAG en la zona norte hay que entenderlos en el contexto de las elecciones de directores en las unidades académicas.

Balbino Adame trata de fortalecer su territorio (por eso lo califican como un caciquito en esta  zona), y busca fortalecerse ganando las direcciones de varias de las escuelas de la zona norte. Esto le permitirá tener un mejor acercamiento con el rector de la UAG, Javier Saldaña.

En el caso de quienes lo acusan, también tienen sus propios intereses. En el  caso de la preparatoria 10, quienes lo cuestionan son del grupo CPU, que encabeza Daniel Díaz Villaseñor, actual director de la preparatoria. Seguramente varios de los argumentos de los representantes del CPU (Daniel Díaz, Mario Mojica y Fernando Flores), son ciertas, válidas, desde el punto de vista laboral, institucional, contractual. Pero, ¿tienen moral para arrojar la primera piedra?

Enrique Cambray comentó hace unos días que David Gama tiene los derechos estatutarios para competir por la candidatura a la alcaldía de Iguala. Seguramente, por el tiempo que ha pasado, ya tiene derechos de antigüedad. ¿Pero acaso en una maestría o doctorado, se les otorga el título a quienes solo cumplieron con el tiempo, es decir, la asistencia?

Entendemos que el grupo de Héctor Vicario Castrejón se quiere fortalecer (creo que recuperar lo mucho perdido políticamente), y Gama es, para él, un buen instrumento táctico, pero no estratégico.

La feria a la bandera inició y, por el ambiente que hay, pareciera ser que va a ser la feria más insegura de los últimos 6 años.