Opinión

Tribuna Pública

Francisco Javier Copeño Castro

 

Las declaraciones tanto del gobernador en el sentido de que de ser necesario se utilizará la fuerza pública para desalojar a quienes tienen bloqueada la carretera Iguala-Teloloapan, sino se llega a acuerdos con los plantonistas encabezados por el ex Consejal Pedro Pablo Urióstegui Salgado y las declaraciones de éste en el sentido de que solo hay dos maneras de que termine todo esto y una es que se libere a su hijo y se brinde mayor seguridad a toda esta región y otra que se arme un desmadre, ponen color de hormiga y en alta tensión a los ciudadanos de toda la región; también lo dicho por el acalde Ignacio Valladares de Jesús en el sentido de que le preocupa que si este movimiento no se termina pronto, podría haber escases de alimentos en la región es cierto, porque se comenta que ya incluso el combustible en dicha ciudad tecampanera se ha agotado. El organizarse para defender y solicitar que las autoridades hagan sus papel con responsabilidad es loable, pero también en contraparte, quienes tienen la necesidad de ir de un lugar a otro, no tienen la culpa de que dichas autoridades no lo hagan y son quienes más sufren las consecuencias de los bloqueos a las carreteras y llega el momento que en ese contexto aflore la desesperación y se den connatos de confrontaciones entre manifestantes y automovilistas. Ojalá que las cosas no pasen a mayores y se logre una solución a dicho conflicto, porque miles de ciudadanos de toda la región, están siendo afectados por dicho bloqueo que lleva cerca de 48 horas que se implementó. Esperemos que el gobierno de Ángel Aguirre Rivero no tenga que utilizar la fuerza pública para desalojar el bloqueo, porque podría salirse de control y terminar con hechos lamentables, algo que definitivamente no deseamos y que mejor se dialogue buscando siempre lo mejor para ambas partes. ¡Hasta la próxima y salud!