Opinión

Tribuna Pública

Francisco Javier Copeño Castro

 

Lo sucedido en la calle de El Huerto, por el rumbo del mercado, con el puestecito de sandías del amigo de un amigo, no tuvo madre. Perdón hipotético lector, pero da coraje que uno busque la forma de trabajar y de hacerse de un poco de recursos económicos ya no para guardar dijera tía chencha, sino para mal comer, y que un hijo de mala madre de buenas a primeras por decirse líder o personero del líder, te diga que tienes que cooperar o te quitas de ese lugar. Pero sobre todo que antes te esquilme con dinero que tal vez hayas conseguido por pensar que ahora sí tendrías tus documentos en regla, y que resulta que todo fue un fraude. No es que estemos a favor o en contra del comercio informal en las calles, pero si estamos en contra de esos abusivos dirigentes que engañan a sus seguidores, porque saben de la necesidad que tiene para poder estar en un espacio y vender. Aunque también ellos tienen la culpa por creerse de gente nefasta que solo se dedica a estafar a la gente con promesas falsas, puesto que a nadie de esos personajes beneficiaría apoyar verdaderamente a la gente, porque si les buscaran un espacio formal, adiós cooperaciones y pagos de representación. Ya en algunas otras ocasiones se ha tocado este tema con las autoridades y se les ha dicho que al interior del Mercado Municipal, existen infinidad de locales vacíos, que sus dueños han abandonado por diversas circunstancias, y que con la finalidad de darle vida a esas áreas bien pudieran prestarles esos lugares; sin embargo es aquí cuando nadie quiere arriesgarse a estar adentro, porque se tienen que pagar diversos conceptos que afuera no se paga. Por ejemplo, en la calle de Galeana, créanos en verdad, hay comerciantes informales que están colocados hasta en doble fila, y con espacios más grandes que los que están adentro. ¿Ante esto, qué hace reglamentos, tránsito, mercados, protección civil? Que tienen permiso sí, pero no precisamente especificado dónde y en qué medida; esto hace pensar que gente que permite toda esa anarquía esté recibiendo canonjías. La necesidad no da margen para que uno haga lo que quiera y cómo quiera. Además, hay algunos que tienen locales al interior de las naves del mercado, pero sus locales los rentan y se salen a vender a la calle, porque ahí no se paga luz, hacienda, teléfono, entre otras cosas, solo tu coperacha y ya. Es ahí cuando la autoridad tiene que investigar y no nada más a recibir dinero por recibir y aumentar los ingresos a tesorería o a los bolsillos de los funcionarios, a costas de situaciones ilegales. En fin, sería el cuento de nunca acabar y las cosas seguirían igual, el trabajo que se requiere es de acuerdos entre las diferentes áreas operativas del Ayuntamiento, pero si existe cierto encono de un funcionario contra otro, aunque trabajen para los mismos patrones, entonces menos se pueden solucionar los problemas. Ahora bien, las autoridades están a punto de enfrentar un verdadero trabuco, con el asunto de los comerciantes de la calle de El Huerto, porque han manifestado que se tendrán que ir a la famosa “Rampa”, su dirigente dice que ahora no y que están valorando apoderarse de la calle de Altamirano, esto último sería contraproducente para ellos, porque hasta donde tenemos conocimiento tanto vecinos de esa calle y comerciantes del mercado, se unificarían para solicitarle al presidente que cumpla su promesa de despejar esa calle. Pero además se nos afirma que los locatarios del mercado municipal aglutinados en una alianza en donde ahora sí está los bloques llamados grandes al interior de dicho centro de abastos y representantes de comerciantes independientes, están solicitando a través de un documento que el espacio de La Rampa, sea para los comerciantes que obstruyen escaleras, entradas, salidas y pasillos de ese mercado; y para eso están solicitando una reunión con los ediles y de una buena vez se analice el llamado padrón de quienes están contemplados para ser reubicados en ese lugar, porque no van a permitir que se pretenda sorprender a las autoridades con gente que no cumpla con el requisito de la antigüedad y que esté al corriente de sus pagos. Veremos y comentaremos en qué termina este embrollo. ¡Hasta la próxima y salud!