Historia cierta

“REVELACIONES PRODIGIOSAS”

Carmelo Corripio Pineda “El Búho”

 

Esta historia es cierta

buho 

Alan vivía en altamar, porque todos los días se introducían con el abuelo a las aguas a pescar en su desvencijada barcaza carcomida por la sal destructora, y un sol inclemente del Atlántico que taladró a través de los años la madera de encino. Su mirada veía el despertar y ocultamiento del sol. El espectáculo diario le producía nostalgia y no evitaba recordar la historia que le contaba su abuelo una y otra vez, cada vez, cada ocasión que Alan se lo pedía: “Cuando Nicandro enamorado de su madre y en ausencia de su padre y su abuelo, pretendió violarla en el interior de su casa, cuando el niño Alan jugaba en la playa. Su madre ante la agresión se defendió y gritó, Nicandro la asfixió: al regreso y conocer la tragedia, Gabriel, el padre de Alan, enloqueció y dijo que la sepultaría en altamar, y que iría solo con el cadáver de su esposa, que regresaría pronto. Al zarpar con el cadáver, su padre no se despidió de Alan, y nunca más se supo de ellos, no obstante que se les buscó en el infinito del Atlántico.

            Este trauma perseguía constantemente a Alan, hasta amargar su vida. Una tarde quedó dormido en la playa y empezó a soñar que caminaba con el señor a su lado. El sueño o la revelación era real, porque al caminar por la playa y a través del cielo, _ dice_ escenas de mi vida pasaban. Por cada escena que pasaba, percibí que quedaron dos pares de pisadas en la arena, unas eran las mías y las otras del señor que me acompañaba y que podía verlo junto a mi, cuando la ultima escena paso delante nuestro, mire hacia atrás, hacia las pisadas en la arena, y note que muchas veces en el camino de mi vida había solo un par de pisadas en la arena. Note también que esto sucedió en los momentos más dramáticos de mi historia. Esto me perturbo y entonces pregunte al señor que me acompañaba y que podía verlo junto a mí: “Señor, tu me dijiste, en un sueño que si te seguía, que siempre andarías conmigo a lo largo de todo el camino, pero he notado que durante los peores momentos de mi vida. Se divisan en la arena solo un par de pisadas”. “No comprendo porque me dejaste en las horas que mas te necesitaba”. “Entonces El, clavando en mi su mirada infinita y poderosa, me contesto”: “Alan querido, yo siempre te he amado y jamás te dejaría en los momentos mas difíciles, cuando viste en la arena un solo par de pisadas, fue justamente allí donde yo te cargue en mis brazos”. “Te saque de tu casa, cuando murió tu madre y te deposite en la playa, fuera de la escena del crimen, conserve con vida a tu abuelo, para que te formara, cuando tu padre deseo acompañar a tu madre para no dejarla sola en el espacio celestial”, “y así puedo contarte cuando te cargue en mis brazos para felicitarte cuando atrapaste al pez mas grande. Y cuando obtuviste como premio la barca pescadora”, de manos de aquella organización que estimulaba las riquezas del mar. “A partir de hoy el recuerdo de tus padres te traerá dulzura, desaparecerá la nostalgia en ti, hasta que te reúnas conmigo”.