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“LOS INSURRECTOS DE TEPALCATEPEC”

Carmelo Corripio Pineda “El Buho”

 

            JOSE MANUEL MIRELES MALVERDE, médico cirujano de Tepalcatepec, del Estado de Michoacán, lo cuenta y difunde por Internet, porque la prensa, la radio y la televisión nacionales lo han callado a pesar de la abundante información que hemos puesto en sus manos; -dice- desde hace más de doce años el crimen organizado apareció y empezó a dominar esta región de Coalcomán, Tepalcatepec, Chinicuila, Los Reyes, Buena Vista Tomatlán, Aquila, La Ruana y otros municipios y poblados de la Tierra Caliente Michoacana, desde un principio sus incursiones iban cargadas de tragedia, con líneas de vehículos de diferentes usos, ocupados por hombres pertrechados con armamentos y explosivos, sembrando el terror y anunciándose como los autores del acto; cuando dejaban las cabezas regadas en la vía de las carreteras o caminos, con la leyenda: “Para que aprendan a respetar a su padre”: LOS ZETAS: A partir del año 2000 empezó la pesadilla, primero los zetas, secuestrando, robando ganado, productos del campo, vehículos, etc. “Después se incorporó la familia” y finalmente “los caballeros templarios”, librándose una guerra a muerte entre ellos para quedarse con la plaza; en el curso de los años acaban con los Zetas  y se quedan “La familia” y “los templarios”, quienes acuerdan el cese de hostilidades y una reunión urgente con la población de Tepalcatepec y sus líderes. El crimen organizado ofreció como “armisticio” respetar a la población, no cometer ningún delito, incluso protegerla contra los peligros de grupos que atentaran en contra de su seguridad. Por su parte, “Tepalcatepec” por conducto de sus líderes ofrecieron: 1.- Permitir el tránsito por su estructura carretera o vecinal, 2.- No denunciar ante ninguna autoridad la presencia de estos dos carteles en la zona de la tierra caliente michoacana; 3.- Permitir el transporte  de la droga hacia su destino. Todo esto fue un sueño guajiro, al poco tiempo la armonía entre “la familia y los templarios”, se rompió, y se reanudo la lucha entre ellos, se acabo  el negocio de la droga, diezmados; Los delincuentes que sobrevivieron enderezaron en contra de la población de Tepalcatepec, acciones llena de maldad y perversión, que no se encuentran en ninguna sociedad ni en ninguna etapa de la humanidad; empezaron por secuestrar, cobrar por su libertad para finalmente matarlo y enviar la cabeza de la victima a sus familiares; El crimen organizado cobraba a los carniceros 15 pesos por kilo de carne;  10 pesos a cada alumno inscrito en el sistema educativo, 1000 pesos por cada res que se vendía; 1000 pesos cada mes al dueño de un inmueble; 200 pesos por derecho de piso a cada comerciante, las tierras de los campesinos las poseían ellos para sembrar marihuana: Los ciudadanos de Tepalcatepec que tenían valor y denunciaban ante el ministerio publico el delito, lo mataban a el y a toda su familia dejando pegada a la puerta de su casa la denuncia presentada ante el ministerio publico, primera prueba de la complicidad entre las autoridades de impartir justicia y el crimen organizado.

            La gota que derramo el vaso de agua fue al percatarnos que estábamos frente a un sector humano totalmente enloquecido __ continuo diciendo JOSE MANUEL MIRELES VALVERDE__; Una noche llegan 14 hombres, fuertemente armados, con rostros repugnantes, la luna brillaba intensamente; esa noche se llevaron a 20 de nuestras mujeres y sentenciaron: “Se las regresamos mañana, y las cambiaremos por sus hijas, ténganlas listas”.

            Con sigilo y cuidadosamente nos empezamos a reunir, hicimos una cadena de comunicación de cuerpo a cuerpo, nos empezamos a armar secretamente, instalamos nuestros campamentos en lugares claves, estratégicamente ventajosos para nosotros; Y empezamos por detener a los criminales y llevarlos con las pruebas a las autoridades municipales, policías funcionarios y presidentes, en la noche los soltaban; Seguimos con nuestro procedimiento, pero ahora los entregábamos a la policía municipal y a los funcionarios del gobierno del Estado y también los dejaban libres; Siguió nuestra actitud, deteníamos a los criminales con la droga en las manos y se los enviamos al ejercito, ocurrió lo mismo, los soltaban; A nuestro azoro siguió el desaliento, comprendimos que estábamos rodeados de delincuentes, los ministerios públicos, los jueces, la policía municipal, los funcionarios, los gobernadores, el ejercito, la radio, la prensa, la televisión, desesperados nos comunicamos con nuestros paisanos a Estados Unidos y nos armamos, contamos a la fecha con una gran cantidad de parque, se difundió en la unión americana nuestra situación y hemos recibido apoyos en sus diferentes manifestaciones; Aquí en Tepalcatepec 5000 mil ciudadanos hombres tenemos a la mano nuestras armas de largo alcance, estas han servido para defendernos de la delincuencia del crimen organizado, ellos continúan intentando penetrar a la población los que lo han hecho todos están muertos, en las cañadas, en las montañas, en los valles que rodean a nuestra región, hemos logrado la paz a través de la violencia, eso nos lastima pero nuestros niños y mujeres viven ya seguros, los ciudadanos nos entregamos al trabajo, y declaramos no pertenecer a ningún cartel, como quieren hacerlo ver el ejército para desarmarnos; No tenemos policía comunitaria, todos los ciudadanos lo somos sin necesidad de reten, desde ahora le mandamos el mensaje al ejercito: “ Si nos quieren desarmar, tendrán que matar a todos los ciudadanos de Tepalcatepec, pero resulta asombroso que quieran desarmar a ciudadanos que se han armado por la incompetencia de las autoridades, pero más bien por ser cómplices de la delincuencia, o ser ellos mismos los delincuentes, les advertimos desde ahora, que se traigan cañones de lo contrario les pasará igual de los que reposan su sueño eterno, en las cañadas, en las montañas, y en los valles que rodean Tepalcatepec, terminó diciendo este héroe “anónimo” de nombre JOSE MANUEL MIRELES VALVERDE, Médico Cirujano de esta región.