Opinión

Tribuna Pública

Francisco Javier Copeño Castro

Vaya borlote que se armó con el asunto de de la entrega de premios al Certamen de Periodismo Municipal este año, primero entregan premios a unos que dijo la autoridad que ganaron en este evento, pero a raíz de que se da a conocer que todo fue un fraude, el gobierno municipal recula y decide entregar los premios a quienes habían sido despojados, diciendo que fueron los verdaderos ganadores. ¿Con esas acciones todavía existen comunicadores que se animan a participar en ese tipo de certámenes? La ciudadanía ya conoce a cada uno de ellos, sabe quiénes son quienes ejercen esa noble y peligrosa actividad con responsabilidad, objetividad y profesionalismo. Existen personajes que se dedican a denostar tan solo porque no se les da el clásico chayote, embute o como quiera usted llamarle; esos que perdiendo toda dignidad se arrastran por unos cuantos pesos, y atacan por ordenes de sus patrones a sus adversarios y que les dan lo que les piden, aunque por la espalda digan pestes de ellos. Siempre se ha manejado que ese tipo de certámenes están arreglados y comprometidos; pero aun así muchos participan creyendo que serán honestos al seleccionar a los ganadores, y después se llevan chascos que dejan a más de uno con el ojo cuadrado. En esta ocasión de no haber sido por hacer público lo que había sucedido, las cosas no hubieran llegado a este final. Nuestros respetos para aquellos que realizan su trabajo de tal manera que no estén a expensas del llamado chayote, dádivas y más canonjías tan solo por demostrarse serviles al poder y a los gobiernos; porque en verdad y aunque muchos se enojen, funcionarios y políticos que ocupan cargos públicos son empleados del pueblo y tienen la obligación de servir a la sociedad y no pensar que la sociedad les debe favores tan solo por cumplir con su obligación. Muchos confunden los consabidos convenios de publicidad con los medios de comunicación, pensando que por pagar una cantidad por publicitar sus acciones, todos los trabajadores del medio, deben estar a su servicio; no señores, el asunto no es así. En fin, como decíamos líneas arriba, nuestro reconocimiento a los periodistas que ejercen su labor, reconociendo sin alabanzas en buen trabajo de funcionarios y políticos porque en verdad así sea y no por lo que reciban de parte de ellos; para quienes con sus críticas hacen que los funcionarios cumplan con su responsabilidad y obligación; aquellos que señalan y desnudan la corrupción existente de parte de las autoridades y de quienes abusan de las clases más desprotegidas; a aquellos que denuncian a quienes aprovechándose de la necesidad de la gente humilde los obligan a realizar acciones fuera de la ley, para lograr canonjías personales como esos llamados lucradores sociales; pero no para aquellos que se han escudado y además obtenido incluso fortunas gracias a cubrir todas las anomalías que cometen funcionarios y políticos que pagan por esos favores.