Crónica

Crónica de una visita esperada…

Peña Nieto en Guerrero

 

Laura Sánchez Granados

ERIKA, MARIO MORENO, ANGEL AGUIRRE Y PE æA NIETO 

El Presidente Enrique Peña Nieto en su visita a Guerrero.

 

A las siete de la mañana ya se veían largas filas de camiones, coches, camionetas de lujo y de redilas por la carretera Acapulco-Chilpancingo. Todos rumbo al evento que se realizaría en el municipio de Mártir de Cuilapa con la presencia del Presidente Enrique Peña Nieto. Se tenía calculada una asistencia de cuatro mil guerrerenses, pero la cantidad se superó en mucho.

Varios filtros para la entrega de los deseados gafetes. Un módulo para delegados federales, otro más para alcaldes y diputados, y finalmente el de prensa. Muchos compañeros esperaban también el llamado stiker, que es un pequeño pedazo de papel con pegamento de algún color establecido por el Estado Mayor Presidencial para que se les permitiera acercarse a las bocinas y a tomar fotos.

Con sorpresa escuché mi nombre: “Laura Sánchez Granados, la número diez corresponsal”. Con trabajos me abrí camino hacia donde me llamaban y el propio director general de medios estatales de la Presidencia de la República, Carlos Eduardo Camacho Martínez, me saludó y me dijo que estaba en la lista de invitados especiales del Presidente Peña Nieto. No lo podía creer. Me llevó a mi lugar, exactamente enfrente del pódium en donde daría su mensaje el Presidente de México. Debo confesar que me sentí muy pero muy bien.

Cuando vi muy cerca y sonriendo a la directora de Comunicación Social del Estado, la licenciada Fernanda Lasso, con quien me comuniqué una noche antes, comprendí que ella me había incluido en la “exclusiva” lista.

Por desgracia nunca salen lo bien que se pretenden las cosas. Diputados locales llegaron tarde y sin pedir permiso ocuparon el resto de lugares que serían para los directores de medios de comunicación y no hubo poder humano que los quitaran. Exhibieron su fuero y “usted no sabe quién soy yo…”. Eduardo Camacho de presidencia les dijo: “disculpe, pero no sé quién es usted, pero estos lugares están apartados”. Fue inútil, nunca se levantaron de esos lugares y algunos compañeros directivos de medios se quedaron parados.

Cuando llegó el Presidente Peña Nieto, quien antes del evento había realizado un recorrido por ese municipio, miles de personas le aplaudieron y todos querían saludarlo –incluyéndome yo por supuesto-. El mandatario saludó a todos a su paso, incluso se subió al peldaño del enrejado para alcanzar más manos.

Con afecto saludó al alcalde de Acapulco Luis Walton Aburto y le preguntó cómo estaba. También al de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos, quien lo invitó a un evento próximo en la capital del estado. Le preguntó a la diputada local Julieta Fernández por su esposo, el diputado Federal Manuel Añorve Baños, y le comentó que recientemente lo había saludado en la ciudad de México.

El gobernador Angel Aguirre Rivero, sonriente y muy saludador. El y la secretaria de SEDESOL federal Rosario Robles, fueron los que más recibieron aplausos de la gente, incluso el Presidente en medio de su discurso dijo que cuando el pueblo ovaciona a un funcionario o a un mandatario, es porque lo conocen y hacen un buen trabajo. Así que el aplausómetro se lo llevaron los dos.

Al finalizar el evento Peña Nieto salió por el lado contrario de su llegada y saludó de mano a todos los ahí presentes. Y por supuesto que ahora sí me tocó saludarlo y darle un abrazo. Pedí que me tomaran una foto pero no salió y confieso me dio tristeza porque deseo una foto con él, pero ya será en otra ocasión.

Fue un día largo, sin comer, sin tomar agua, sin ir al baño. Nadie se podía mover de su lugar porque se lo ganaban. Así transcurrió el esperado evento en donde hubo promesas de canalizar más recursos para Guerrero. Aguirre Rivero de entrada le pidió varios millones de pesos para el desarrollo de la entidad, compromisos que esperemos pronto se cumplan.