Opinión

Tribuna Pública
Francisco Javier Copeño Castro

Después de la entrevista que sostuvieron los integrantes de la llamada Unidad Popular y el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero, ya se veía venir la entrega del palacio municipal de nuestra ciudad -aunque decían esta mañana que no era cierto que lo habían entregado- y no tanto por lo que haya prometido o hayan logrado para entregarlo, porque nada de los que les otorguen compensarán la vida de los tres activistas caídos; sus demandas justas o no, eran para lograr beneficios a sus agremiados, pero también quienes tenían tomado el palacio municipal veían que poco a poco eran menos y así no puede sostenerse una lucha; máxime cuando personajes de la vida política estatal y nacional empezaron a levantar la voz en señal de apoyo al alcalde, transportistas, -aunque luego los desmintieron-, empresarios y líderes políticos también se manifestaron en ese tenor y lógico cuando ya hay una división de opiniones al interior del mismo PRD pues las cosas ya no son igual. Pero además a todo eso súmele la desaparición de otro dirigente de la llamada Unidad Popular en la persona de Amos Justino Ozores Narciso, mejor conocido como "Justinito", el miedo se acrecentó. Los líderes de izquierda que hoy están incrustados en el gobierno, no luchan por la presentación de sus colegas, porque hoy son gobierno y forman parte de los beneficiarios de la lucha social. Cuando sucede algo más grave ahí si se presentan de manera hipócrita para cerciorarse de que efectivamente quien yace caído ya no representa más competencia, pero una vez que pasa el momento, todos a lo suyo y lo demás no importa, porque cuando se necesita de su apoyo y su presencia simplemente brillan por su ausencia. Con los antecedentes a partir del 3 de junio de este año, las organizaciones le van a pensar antes de hacer una manifestación porque pondrían en peligro su vida si las cosas vienen de donde se sospecha, pero también deben pensarlo mucho porque ese pueblo que afirman los apoya, al final se dan cuenta de que no es así; la mayoría de la gente está metida en lo suyo, y eso será siempre así. ¡Hasta la próxima y salud!