Opinión

Abrevando

José Antonio Lavín Reyna

La enfermedad que mata más personas en el mundo es la corrupción; pero tenemos la vacuna, se llama transparencia. Bono.

Trato muy diferente.

 

Cada día se vuelve más notoria la diferencia en la imagen que tiene la capital del estado y la que tiene nuestra ciudad. Por años Iguala ha cargado con el estigma de ser una ciudad que no ha logrado alcanzar su pleno desarrollo en materia urbanística. Han pasado muchos años y desafortunadamente no se ha podido consolidar una mejor imagen para esta importante urbe.

En contraste, si se le compara con esta ciudad, la ciudad de Chilpancingo si ha logrado avanzar mucho en los últimos años en cuanto a construir una imagen mucho más favorable y atractiva para sus habitantes y para el visitante. Y esto ocurre a pesar de que nuestra ciudad fue un poderoso polo comercial  generador de riqueza y de fuentes de empleo, mismo que  contribuyo con mucho al estado y a la federación desde el punto de vista tributario.

Son muchos los recursos que se recaudan por la vía fiscal y que son enviados de manera constante al centro del estado y a la capital del país y que contribuyen en buena medida tanto a las finanzas del estado de Guerrero como a las de la Federación.

Es por eso que parece muy desventajoso y hasta injusto para esta ciudad ver el desarrollo tan evidente e inocultable que se da en otras ciudades a diferencia de lo que ocurre con nuestra ciudad. La capital del estado ofrece una imagen que se encuentra a la altura de las grandes metrópolis del país. Se han logrado cristalizar proyectos en beneficio de la ciudad de Chilpancingo y se espera que se sigan concretando todavía más obras que la ubicarán entre las principales urbes mexicanas en muy poco tiempo.

Nadie ignora que la capital de los guerrerenses goza desde hace varias décadas del apoyo de los mandatarios en turno. No importa en qué parte del estado radiquen los políticos, una vez que llegan al gubernatura y radican en la capital,  buscan la manera de dejar huella en aquella importante ciudad.

Casi todos los gobernadores guerrerenses han realizado grandes obras en beneficio de la capital estatal, incluidos los perredistas Zeferino Torreblanca Galindo y Ángel Heladio Aguirre Rivero, de quienes  se esperaba que fueran más equilibrados a la hora de distribuir recursos, ambos le quedaron al resto de los municipios, principalmente, en el caso de ZTG,  aquél del cual fue alcalde, por su pleito personal con los alcaldes, principalmente, el toro sin tuercas, Félix Salgado. Ambos, como la mayoría de los mandatarios guerrerenses sucumbieron  a la tentación de privilegiar a la ciudad de Chilpancingo por encima de las apremiantes necesidades que enfrenta una regazada Iguala. 

Por todo esto, se tiene la percepción de que no fueron bien vistas ni recibidas por los igualtecos, las imágenes donde se observa al gobernador del estado junto con el alcalde de la capital y a otros funcionarios dando los toques finales a lo que será la construcción de nuevas fuentes de abastecimiento y de líneas de distribución de agua potable.  Una realidad que está a punto de cristalizarse en aquella ciudad, mientras que aquí como en otras ciudades de importancia se desconoce la fecha de arranque de la construcción de la presa del río “los sabinos”, de su línea de conducción, así como de otra planta potabilizadora en el Tomatal para llenar los tanquesotes, así como el monto final que supone esta inversión.

Es  muy positivo que la capital del estado luzca radiante y en constante desarrollo, nadie se opone a eso. Pero Iguala también merece ser una ciudad moderna, ordenada, con eficiente servicio de agua, con la construcción de otra central de autobuses, fuera del anillo periférico, de iluminar bien parques y jardines. Ya es tiempo que se le haga justicia a esta ciudad que nunca ha dejado de apoyar incondicionalmente al estado y al país, incluso en los momentos más difíciles. Es tiempo de justicia para Iguala y de un trato muy diferente.

Algo Más…

Siempre he mencionado que los regidores al igual que los diputados, están al servicio del poder, pertenecen a una estirpe de personas, que en su gran mayoría no tienen la capacidad de discernimiento y buscan, más aún en caso de los regidores, las prebendas fáciles, aquellas que, con dinero público, “de manera supuesta” hacen el bien a través de la famosa gestoría. Los diputados al incluir en el rubro de gastos del gobierno del estado del federal, obras de necesidad para el pueblo, llegan al municipio al cual bajaron el recurso con la finalidad de que el ingeniero de su confianza realice la obra, al final él la gestionó.

Por ello, por igual, regidores y diputados autorizan a la brevedad, todas las cuentas y propuestas que les envía el alcalde y los otros, las cuentas públicas sin objeción.

Vaya con semejantes personajes. Por eso el país está como está.

XII.- Hasta cuándo José Luis Abarca mantendrá en su puesto a sus familiares directos. Eso no es moral, aunque no de moras.

PD.- El regidor Guzmán mostró su ignorancia: CAPAMI sí puede estrangular el servicio de agua potable. La Ley de Aguas del Estado lo faculta para hacerlo y para considerarlo como crédito fiscal. Estimado regidor, que no le gane el peso de las mandíbulas.

Descanse en paz Refugio Román Arriaga “Kuco”, siempre la palabra hábil y de salutación. Seguirá vigente por muchos años, su palabra “Agacholandia”.

Lea: www.igualalaneta.com.