Opinión

ABREVANDO

José Antonio Lavín Reyna

 

Extinguir el hambre por Decreto.

¿Se puede acabar con la pobreza y el hambre por decreto? Por supuesto que la respuesta es no, pero en sentido real y pragmático, decretar la extinción del hambre puede significar resultados favorables al gobierno federal en turno, por lo menos en cuestión de percepciones.

Sí, del mismo modo que en otros temas igual de significativos y relevantes para la sociedad mexicana, como la seguridad o las reformas estructurales, montar escenarios supuestos en los que todo parece estar bien, ha sido la constante del actual gobierno federal encabezado por el presidente Peña Nieto, que le ha significado positivos resultados en cuanto a percepción se refiere.

Por ejemplo, en un comparativo realizado por el diario Reforma, durante los primero 100 días de gobierno del presidente Peña Nieto han sido asesinadas 2 mil 351 personas en todo el país, mientras que en los últimos 100 días de gobierno de Felipe Calderón fueron asesinadas 2 mil 338 personas. Es decir, 13 asesinatos más durante la gestión actual del presidente Peña. Pero lo realmente significativo, quizá, no sea el número de asesinatos violentos mismo que es marginalmente superior en esta administración en comparación con la anterior, sino que la percepción generalizada entre la población es que la violencia y la criminalidad han disminuido en el país lo cual, según las cifras de Reforma, no es cierto.
Lo cierto es que, a diferencia de la administración encabezada por el panista Felipe Calderón, los “ejecutómetros” han desaparecido de todos los medios de comunicación, el conteo diario de cadáveres y la nota roja ha pasado a segundo, tercero o último término en los noticieros y, se ha establecido como lineamiento desde la presidencia, que las ejecuciones en el país no son el tema central del gobierno federal.

En correspondencia con esta estrategia mediática y como línea central de la comunicación social de Los Pinos, se han destacado los acuerdos dentro del Pacto por México, las reformas alcanzadas en el Congreso, la Ley de Víctimas, la Ley de Amparo y –por supuesto– la Cruzada Nacional contra el Hambre.

En este marco –de una estrategia comunicacional de mejora de la percepción social– el gobernador Ángel Aguirre relanzó,  desde su capital del estado, Acapulco, programas diversos, entre ellos, la Cruzada Nacional contra el Hambre en nuestra entidad. Hay que recordar que dicho programa en su lanzamiento nacional desde Chiapas, generó controversia en Guerrero, ya que no incluía algunos de los municipios serranos considerados como los más pobres según diversas instancias como la ONU, o la propia Sedesol.

Pero hay un asunto mucho más cercano a los habitantes de los distintos municipios,  puesto que al igual, que los otros programas de Sedesol –Habitat, Liconsa- etc., no entraran a esa denominación, acaso Acapulco y Chilapa, podrán ingresar al programa de Cruzada contra el Hambre, así que en nuestra ciudad, alrededor de 20 colonias en el Norte y Norponiente de Iguala que, desde 2010, luego del XII Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), quedaron excluidas de los criterios con los que se determinan los niveles de pobreza en nuestro país, para efecto de asistencia social gubernamental, el mismo problema enfrentaran municipios como: Chilpancingo, Taxco, Zihuatanejo, Ciudad Altamirano, entre otros municipios.

En estas colonias del municipio de Iguala, se estima que vivan alrededor de unas 10 mil personas que carecen de lo más elemental, ya no se diga de alimento, sin embargo de acuerdo con los estrictos y rígidos criterios de la Sedesol “no califican” como zonas de pobreza, por lo tanto, quedaron fuera de los programas que esa dependencia aplica en materia de asistencia social.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el INEGI, y la Sedesol, han determinado que la falta de seguridad social, de espacios, de calidad de vida y de acceso a los servicios básicos de la vivienda, el rezago educativo, nulas posibilidades para adquirir alimentos y un ingreso económico sustancial, así como la falta de acceso a los servicios de salud, son criterios para medir el grado de pobreza en las distintas colonias de las grandes ciudades.

Sin embargo, Sedesol aplica en la realidad reglas de operación muy rígidas para definir un polígono de pobreza, pues considera factores como si hay pavimento, alumbrado público y servicios básicos, para determinar si lo es, aunque este criterio resulta harto subjetivo y relativo, porque tales carencias no demuestran si una familia tiene con qué comer ese día. Insisto, será interesante ver la manera en que se resuelve esta contradictoria postura de una dependencia federal, en relación al programa estrella del gobierno federal que encabeza el jefe del Ejecutivo Enrique Peña Nieto.

Pero más interesante aún será observar si –en los distintos estados de la República Mexicana–, no salen los funcionarios estatales y federales con sus valiosas cargas de costales de maíz, frijol, arroz, azúcar y otros alimentos, para canjearlos en los lugares más pobres del estado por… votos para el PRI en el próximo proceso electoral. Ojalá que no.

Algo Más…

Sucedió lo que tenía que suceder: los cogobiernos en México no existen, aunque así, lo pretendió Martha Sahagún y Vicente Fox, y lo intentó Raúl Tovar con sus dos Anas. Eso no funciona, tan claro que la mujer como leona herida trata de defender lo que considera es una ofensa contra la integridad de la familia.

Existen, como en todas partes, los voceros oficiosos que se van contra la yugular del ofensor, el locuaz “ojo de vidrio” Arturo Hernández Cardona, no se le puede permitir que señale que el alcalde tiene en puestos claves de la Administración a más de 22 parientes directos, que permitió que su cuñado, Cirilo Lara, manejara a su libre albedrío los dineros de la feria tradicional del municipio, ¡!a eso si que no!!  Somos ciegos, no estamos viendo la transformación de la ciudad y del municipio en su totalidad, no hay presidente como este empresario multimillonario, él sí sabe gobernar; no hay vuelta atrás, los agoreros del pasado: Feliciano Ortiz, Dante Cervantes, “El Charmin” Arroyo, ello son los retrógradas, “El Cartulinas” Román , un vividor social. Solo el presidente y su séquito son impolutos, agraciados de la divinidad, que están luchando contra los malos, ya no hay calles sin alumbrado, el basurero es un modelo nacional de la disposición final de los desechos generados, ya los agentes de tránsito son amables e incorruptibles, ya las calles están bacheadas por doquier, ya no existe polvo, están por llegar las empresas que van a detonar el empleo para los ciudadanos. Fobos comunicadores, sólo les importa su bolsillo.

Así cómo? Cuándo? Nuestra ciudad demanda del presidente y su gavilla de secuaces aduladores trabajo. Imagínese, el regidor Andrés Guzmán haciendo obra pública y  pensando heredar el puesto a su mujer. Por si no lo sabía, ella fue regidora el cuasicuatrienio de Tovar y está pagando a esas empresas fantasmas para que lo declaren el mejor regidor de México. Vaya pedantería… de los demás regidores mejor ni los comentamos, están en el sitio equivocado, gracias al desastroso sistema de partidos.

X.- Hasta cuándo, el alcalde removerá a sus parientes, los cuales, ni duda cabe, podrían ser excelentes personas, pero la Ley de Servidores Públicos y la moral no lo permite.

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