Opinión

ABREVANDO

José Antonio Lavín Reyna

 

Hay tres cosas en la vida que una vez que pasan ya no regresan: el tiempo, las palabras y las oportunidades.

PEMEX.

Uno de los importantes factores por el cual la población de Venezuela en una amplia mayoría votó por Hugo Chávez las pasadas elecciones es el precio de los energéticos, en particular el precio de la gasolina.

Una de las causas principales por la que los habitantes de los Estados Unidos con frecuencia se inconforman es por el precio de la gasolina en este país ejemplo de prosperidad y a la vez de progreso dentro de los pueblos del orbe.

En la tierra del “Tío Sam” los energéticos se encuentran en el control total del precio al consumidor, las compañías productoras; y de todo su proceso hasta llegar al usuario; de tal forma que el precio de la oferta se encuentra en dominio total de sus ofertares y éstos a la vez permanente hacen cálculos del precio de producción y su margen de ganancia. La estrategia es no perder y siempre contar con amplio margen de prosperidad.

He aquí otro ejemplo de riqueza exhibida en las grandes ciudades de la Unión Americana: Sus “rascacielos” más notorios en algunas ciudades como San Diego o Los Ángeles son las torres de las aseguradoras. Los seguros en los Estados Unidos le cuestan muchísimo dinero a su población, a cambio esta población asegurada recibe los beneficios prometidos pero esto es una minoría accidentada, en contrapunto se encuentra el costo de su temor, su miedo a perder a sus bienes; es decir el precio de las aseguradoras; de su casa, su salud y de su auto, principalmente.

El asalariado mal que bien se ha acostumbrado a estas reglas del sistema que por otra parte penetra en la mente de los consumidoras como una rutina de sistema y de Gobierno; es decir nadie puede comprar en USA, Europa y México, casa o mueble sin estar asegurado. En consecuencia las compañías aseguradoras son enormemente ricas (disculpe la reiteración).

El sistema ofrece a la población asegurada algo que funciona y la gente vive contenta, relativamente: a la vez todo mundo se lamenta de los costos de las aseguradoras. El cuento de nunca acabar.

Quien quiera casa nueva simplemente se ajusta a las reglas, así pase 30 años con este sacrificio ineludible. Es muy posible que el presidente Peña Nieto en un futuro próximo intente a través de su Congreso controlado por el PRI ajustar el precio de los energéticos a la tan manoseada frase precio de de oferta y demanda pero anteponiendo esta frasecita:” ajustar el precio de las gasolinas al precio de producción. Con esta medida revolucionaria sin duda nos van a dar a los consumidores “en toda la chapa”. La producción de energéticos en México se da no por particulares sino por el gobierno. Pemex es del Gobierno mexicano y ellos dicen que Pemex es de los mexicanos. En tanto el precio de la gasolina se ajusta al precio de producción, dizque para no perder, en ese momento Pemex será, no de los mexicanos sino el de las transnacionales.

En otras palabras los nacionales o sea nosotros seriamos sacrificados, con el mismo pretexto de las trasnacionales: no perder; siempre ganar. La grandes empresas por sus ganancias son enormemente prosperas pero no tienen ni un ápice de nacionalistas, por más que Sergio Sarmiento y otros… nacionalistas, nos quieran convencer de lo contrario. Con frecuencia en su columna Sergio Sarmiento pone en tela de duda el subsidio que el Gobierno de México aplica a los energéticos en especial a la gasolina y reitera todo lo que pierde el País por este carísimo subsidio al consumidor de gasolinas.

La solución sería entonces que no pierda el País; que pierda la gente eliminando el subsidio y arruinando a la población por esta medida. Una solución muy ad-hoc para la prosperidad de México y cacarearlo por allí en los congresos mundiales pero con una carga que la población indefensa estará o estaría pagando, La mesa se está preparando; ya se están colocando los platos.

Algo Más….

A nuestro actual alcalde le está faltando humildad en el ejercicio del poder; tratar por igual a todos los ciudadanos. Está tratando, con recursos públicos de hacerse de una imagen –vea los pegotes de agradecerse a si mismo, la transformación de Iguala--, lo cual está muy lejos de ocurrir; practica a ultranza el nepotismo, ya que en lugar de alejar del gobierno a su familia, considerando que el sentimiento paterno o materno dificulta corregir los abusos y desviaciones de los familiares, los que en muchas ocasiones llegan a trastornarse y a abusar del poder del que goza el pariente, los tiene en la nómina.

Señor alcalde José Luis Abarca, la ciudadanía espera saber quién eres, conocer tus fortalezas y debilidades, pero también recuerda que no debes carecer de sensibilidad y humanismo;  tu ejercicio de  gobierno es  frívolo, burocrático, pareces un administrador -tipo Zeferino Torreblanca-. No unes a los ciudadanos, no trasciendes y lo más probable es que mantengas en desgracia al pueblo; además, tienes un grave problema de transparencia, ya que has impedido a toda costa que todos tus colaboradores sean objeto de una radiografía en cuanto a su patrimonio, su modo de vivir, y se sometan al consenso social; y, últimamente se te ve rodeado de una decena de guaruras que te hacen vivir en una burbuja, alejada de la realidad.

Está a tiempo de cambiar el rumbo, si quiere ayudar, en sus futuras aspiraciones políticas, a quien lo hizo candidato del PRD, y le ayudó para ganar las elecciones constitucionales.

IX.- Cuánto tendremos que esperar para que el Alcalde deje fuera de la nómina a sus familiares directos, recordando que no es acción moral, ni política correcta.

Lo espero en www.igualalaneta.com., visite la página.