Oscar Antonio Chávez, llega en un
momento difícil, pero no imposible
Oscar Antonio Chávez llega a esta responsabilidad de síndico administrativo del Ayuntamiento de Iguala, Guerrero, en un momento difícil, pero con la plena confianza que con el apoyo del presidente municipal, José Luis Abarca Velázquez, la comuna y los colaboradores, que durante este corto tiempo rodearon a Justino Carbajal, saldrá adelante en esta misión no imposible.
Por eso es importante el exhorto que hace el ahora síndico administrativo del Ayuntamiento igualteco, Oscar Antonio Chávez Pineda, a las diversas organizaciones populares de esta ciudad, de diálogo y concertación a fin de que la ciudad avance en su desarrollo.
Y es razonable al decir que la denostación no es la mejor arma política para lograr las demandas que más urgen en las comunidades y colonias de Iguala, Guerrero.
La historia de las luchas sociales, obviamente que han servido para alcanzar la justicia tan anhelada por los pueblos sumidos en la miseria, más no cuando esta se usa para satisfacer solo demandas particulares, de unos cuantos, afectando a los demás núcleos.
Se busca, dice, Oscar Chávez, el bien común para que el pueblo igualteco en general avance hacia su desarrollo y se logre el bienestar de todos, no de unos cuantos.
Por eso la razón de la autoridad, de llamar a estas organizaciones al diálogo y a la concertación, representadas por líderes que piden bienestar para sus colonias, más no para la población en general, por lo que se considera que sus luchas son aisladas, más no revolucionarias.
Oscar Antonio Chávez, suplente del síndico administrativo Justino Carbajal Salgado, acribillado el pasado viernes, considera, -y es justo-, en darle seguimiento a todas las gestiones de trabajo que venía desarrollando el extinto funcionario.
“Vamos a seguir trabajando con esa misma línea y dinámica. Nada se va a dejar pendiente a fin de honrar la memoria de Justino Carbajal y no se defraude la confianza de la ciudadanía que buscó un apoyo en él”.
El objetivo inmediato de Chávez es retomar de manera inmediata los proyectos a corto plazo, que el alcalde José Luis Abarca venía trazando con el síndico, a fin de atraer más progreso y desarrollo para el municipio para que la ciudad tenga otra imagen.
Pero esto, dice, no se va a lograr con la denostación porque no es la mejor arma política para lograr el bienestar de los pueblos, al contrario, general violencia y turbulencia social.