Familias nucleares viven como indigentes en las calles del D.F.
En nuestro país, la edad promedio de la gente que vive, literalmente, en las calles de la capital del país se ha incrementado, pues, si bien antes se contemplaba a los niños y las niñas como la población con mayor presencia, ahora adultos mayores, mujeres y familias completas o nucleares habitan estos espacios públicos.
De acuerdo con datos de la unicef y del dif, en 1995, vivían en las calles del Distrito Federal 13,373 infantes. En 2005, se tuvo un registro de 6 mil adultos indigentes, de los cuales 60 por ciento se encontraban entre los 30 y 65 años; y para ese mismo año lacndh comunicó que eran 14 mil los menores de edad que habitaban las calles de la capital del país.
Sobre este tema, la maestra Liliana Aquino Dehesa, colaboradora de la Comisión Nacional de Derechos Humanos del Distrito Federal (cndh), dijo que resulta difícil tener datos fidedignos sobre el número de personas que viven bajo tales condiciones, debido a su constante movilidad.
“Si bien aún no contamos con cifras que den cuenta exacta de la cantidad de personas que viven en las calles, así como de su rango de edad y género, lo cierto es que la presencia de familias completas en estas condiciones de vida va en aumento”, expuso Aquino Dehesa.
Entre los derechos mayormente violentados en contra de la población callejera son el de atención médica y la oportunidad de tener acceso a un trabajo digno, ya que, en muchas ocasiones, estas personas no cuentan con los documentos legales necesarios para iniciar trámites que les permitan disfrutar de tales derechos.
Por ello la cndh considera necesario el derecho a la integridad personal, así como al resto de las garantías individuales y judiciales.
De acuerdo con el Instituto de Asistencia e Integración Social del Distrito Federal, en 2010, tan sólo en la delegación Cuauhtémoc más de mil personas vivían en la calle.
Entre las causas más recurrentes por las cuales viven en estos espacios públicos destacan la desintegración familiar, el uso de drogas, el abuso del alcohol, la violencia intrafamiliar y el desempleo.