Opinión

SIN MIRAMIENTO

Gerardo Lagunas Pineda

 

Cuando uno está quebrantado en su salud, no se encuentra bien de sus facultades y por ende el desgano se presenta. Bueno, eso es cuando la enfermedad es pasajera. Cuando la enfermedad pasa a traer ciertos nervios o bien aspectos como la vista, el olfato, el oído o la boca, allí sí que está difícil la situación, puesto que nuestros sentidos es lo más preciado que el ser supremo nos regaló a lo mejor sin merecerlo. Toco este tema relacionado a la salud lo tocamos simplemente porque no hemos valorado realmente lo que tenemos y que no le damos la importancia debida. Muchas veces hemos visto a personas caminando con muletas, en silla de ruedas; también muchas de ellas que ya perdieron alguno o sus dos ojos; es decir, la vista, y solo decimos para nosotros mismos, ''que pena, pobrecito. Ni modo, así es la vida''. Más no saben realmente cuánto ha sufrido esa o esas personas simplemente porque ''no les ha tocado'', dicen por allí y que bueno, porque cuando nos toca, entonces sí valoramos lo que nos está sucediendo y muchas de las veces repudiamos de la vida, cuando en realidad la vida es tan benigna que no nos damos cuenta que si tuviéramos la delicadeza de ver por nuestro cuerpo, no hubiera tantas y tantas farmacias diseminadas a lo largo del país, y todo porque nunca le hemos dado la importancia debida a ese maravilloso cuerpo que necesita la atención, repito, debida. Y es que no me dejará mentir amable lector que existen miles de medicamentos ya no para curar enfermedades, sino tan solo para controlarlas y es allí donde las empresas farmacéuticas tanto nacionales como internacionales se enriquecen a costa del enfermo que son miles y miles. Tampoco mentiré cuando los canales de televisión nacionales pasan y pasan comerciales de medicamentos, dando una idea de como estamos en cuanto a enfermedades se refiere. Repito, no hemos sabido darle la importancia a ese motor maravilloso llamado cuerpo y dejamos que el tiempo o los años se nos vengan encima sin estar preparados para afrontar alguna enfermedad, y cuando ésta aparece es demasiado tarde, porque muchas de las veces existen enfermedades terminales que al final ya nada se puede hacer y la vida se convierte en muerte. He querido tocar este tema por la razón de que mi persona pasó por una enfermedad que gracias a Dios y a mi familia ha ido menguando, pero que al menos mi persona tuvo el recurso económico para la atención requerida, pero cuando no se tiene, definitivamente ya no se puede contarlo como yo lo estoy haciendo ahora. Claro que mi vida nunca estuvo en riesgo, sino que uno de mis sentidos, es decir la vista, tuvo una alteración y fue allí donde valoré que mi vida nunca le había prestado atención como lo que es y como funciona. Por eso, puedo decir que antes de que se nos presente alguna alteración en nuestro cuerpo, lo mejor es ir periódicamente al médico o bien a realizarse un chequeo en cuanto a análisis de laboratorio se refiere. Es mejor un grito a tiempo y no un llanto familiar que debe de doler demasiado. Ojalá y que estas palabras tengan eco, porque es triste ver como muchas personas son mermadas en su salud por enfermedades demasiado peligrosas que han puesto al borde de la muerte a cualesquier persona y donde muchas veces la muerte llega cuando nunca debió haber llegado, si le hubiésemos dado la atención correcta a un cuerpo que requiere precisamente de eso, atención. Ojalá y no haya sido aburrido el tema, pero al menos para mi era necesario haber escrito este trabajo donde con una persona que lo ponga en práctica me daré por satisfecho... Espero no me lo tomen a mal, pero muchos de mis lectores saben que soy abuelo y que mi nieta se llama Valentina, sólo que mi felicidad es doble porque mi otra hija que vive en Europa, me ha dado la noticia de que seré nuevamente abuelo de un niño mexicano-griego, por lo tanto mi felicidad deseo compartirla y, repito, espero me entiendan y comprendan. Saludos para un abuelo joven que me lee y que comparte esta alegría. A mi amigo de muchos años Oscar Villegas, que me dijo en su momento lo que se siente el ser abuelo, una experiencia por demás maravillosa sin duda alguna… Hasta la próxima!