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  Día de Muertos: Historias y Leyendas Urbanas Mexicanas         

Emilio Nahín Rojas Madero*

“Mi vida por una mejor Nación”

 

“No puede el árbol bueno dar malos frutos, ni el árbol malo dar buenos frutos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis”. –Mateo 7: 18, 19 y 20–

 

Estas fechas son para recordar nuestras raíces, nuestro pasado y no para temas “políticos”, después de todo; para qué andar advirtiendo que tanto navidad, como día de muertos y torneos deportivos, son perfectos para que el poder legislativo tire y apruebe iniciativas retrogradas en contra del pueblo si éste aun sabiéndolo no hace nada por evitarlo. Por lo tanto, mejor hablemos de nuestras raíces. El día de muertos o fieles difuntos es una celebración muy antigua, remota a nuestras culturas prehispánicas, donde nuestros ancestros celebraran con gran fiesta, llena de flores, canticos y danzas autóctonas dignas para los dioses. Una de las leyendas mexicanas tan antiguas expresa que –Hace mucho tiempo; la muerte bajo a la tierra para recorrerla, visito los países europeos pero no encontró nada que la satisficiera, llego a los países asiáticos y allí solo le lloraban, visito los países africanos y su presencia era discreta. Así llego a los países americanos, del norte al sur, pero solo en México encontró esa algarabía tan espectacular en honor a su nombre; por lo que desde entonces juro concederle deseos a los hombres de la gran ciudad–. –Sin embargo; por aquel entonces Pedro de Narváez, quien se horrorizo de estas fiestas a las que califico de “paganas” y abusando de estar a cargo de las tropas mientras Hernán Cortez se encontraba fuera de la gran Tenochtitlán,  asesino a los celebradores, impregnando las calles de Tlatelolco con el aroma de la sangre, pero su osadía le costó, pues fueron atacados y expulsados de la ciudad. Esa misma noche, Cortez lloro al pie del Ahuehuete al que se de dio el nombre de: Árbol de la noche triste.

 

La leyenda concluye expresando que esa misma noche por la gran ciudad se dejo escuchar por primera ves el lamento de una mujer que hasta el día de hoy sigue causando estupor: “¡Haaaaaay mis hijos!”–. Otra leyenda muy popular es la del hombre incrédulo de  que los fieles difuntos vinieran a visitarnos las primeras noches de noviembre. Por lo que un día antes decidió burlarse; colocando en el altar una vara de ocote como vela y desechos de vaca como pan de muerto y subió al árbol más cercano a esperar. Dando los primeros minutos del día primero de noviembre, solo escucho el murmullo de personas entre las que se escuchaba decir: –“Apúrate mujer o te vas a quedar”– y la voz que le antecedió se le hizo familiar; la cual exclamo –“Ya voy; la luz que me dejo mi hijo casi no me permite ver bien el camino y esta ofrenda esta muy pesada”– desde entonces el hombre dio un mejor trato a sus seres queridos. Leyendas hay muchas; algunas mas populares que otras, pero todas ellas enriquecen a la cultura mexicana. Hoy existe una disputa tan infantil ¿Halloween o día de muertos? La primera; producto de la implantación extranjera, la otra nativa del México prehispánico, pero las dos siempre usadas por el consumismo global. Aquí el punto no es dejar de celebrar las fiestas de noviembre, sino preocuparnos porque nuestras propias raíces no mueran. Estados Unidos cuando quiso conquistas Vietnam; le fue contraproducente, perdió la guerra no porque Vietnam estuviera mejor equipada en armamento, sino porque todos los vietnamitas preferían morir antes que ser conquistados.

 

El secreto que desentraño Norteamérica fue que las costumbres estaban tan arraigadas en esos hombres y mujeres, amaban lo que les hacia ser vietnamitas, lo que les hacia tener amor y patriotismo por su nación. Una nación sin historia, una nación sin pasado y sin raíces; es una nación débil, frágil y por consecuencia, fácil de ser conquistada. El objetivo no es quitarle el disfraz a los niños y las bolsas para pedir dulces, sino recordarles a nuestros hijos el valor de ser mexicanos. Venezuela es el ejemplo mas claro del porqué Estados Unidos no ha podido imponer a sus candidatos en esa nación. Todas las naciones del mundo deben abocarse a fomentar su historia entre su pueblo y cuando digo naciones, no me refiero a sus gobiernos, muchos de estos son paleros del Capitalismo Esclavista. Es obligación de la familia el orientar a nuestros hijos, pues no podemos estar quejándonos de nuestros malos gobiernos si en el ceno familiar no los amamantamos con verdaderos valores y amor por su patria. La escuela solo tiene la obligación de dar las herramientas académicas, intelectuales, el despertar del análisis y sobre todo el valor de la ética. Los presidente, senador, diputado y jueces no nacieron por generación espontanea; y por lo que recuerdo, esta teoría quedo rebasada; hubo alguien los trajo al mundo. En el film de el Gladiador; cuando el rey es muerto a manos de su propio hijo deja en claro una frase –“No puedo culparte por tus acciones; pues tus errores como hijo, son mis errores de padre”–.

 

No nos desentendamos de nuestras obligaciones, para con nuestros hijos, ellos el día de mañana serán nuestros maestros, médicos, bomberos, empresarios y por qué no, gobernantes y si queremos buenos gobiernos que velen por su pueblo, eduquémoslos con valores como, el amor, la moral y el patriotismo, pues estos no se implantan. Por ello es importante que nuestros niños y niñas miren siempre hacia su pasado, en ellos ya están nuestros genes intelectuales, nuestras experiencias y miles de cosas que tal vez no nos podamos imaginar, pero ¿Quién de nosotros usaba un celular a los 7 años? O entraba al cerebro principal de una PC, o navegaba por la internet sin pedir apoyo de alguien. Los niños de hoy están más abiertos al mundo, pero los estamos reprimiendo, los estamos desatendiendo por vivir nuestras vidas egoístas. Pero irónicamente queremos que sean hombres y mujeres de bien, que no caigan en las drogas o que no se conviertan en sicarios de la delincuencia, que no terminen de prostitutas o de halcones, pero sobre todo que no sean malos gobernantes. ¿Te haz preocupado por la formación moral, ética, civil y religiosa de tus hijos? Si no es así; no pidas milagros, esta es la otra forma más sana de hacer la revolución. Vamos hacia una globalización cultural; pero de manera degenerada, por lo que no podemos esperar a que la división de clases desaparezca. Primero tenemos que fortalecernos como nacionalistas, para poder prepararnos en vías de la siguiente transformación; y cuando eso llegue, el hombre deberá estar preparado ya; para dejar de ser mexicano, estadounidense, africano, alemán o venezolano y darse cuenta de que es algo mas grande: Un Ser Humano.        

 

Comentarios: romaen73@hotmail.com

* Estudiante de Posgrado en Derecho Laboral (UAG); Ejecutivo Estatal y Coordinador Municipal (PT).