Opinión Tribuna

Tribuna Pública

Francisco Javier Copeño Castro

El anuncio del alcalde electo José Luis Abarca Velázquez en el sentido de que en la próxima esta administración, los trabajadores habrán de cumplir con la jornada laboral de ocho horas, ha caído como balde de agua fría a la mayoría, por ellos no están ahí para trabajar sino para pachangueársela y cobrar un sueldo que nunca devengan; cierto es que pocos pero muy pocos, son los que verdaderamente tratan de cumplir a cabalidad con su responsabilidad de atender a la ciudadanía con un trato amable y atento, porque tienen el sagrado don de servir a sus semejantes, pero la mayoría se escuda en sus sindicatos que lejos de defender los derechos laborales de los trabajadores que son sus agremiados, les solapan su holgazanería y zanganería, puesto que hacen todo, menos desquitar el sueldo que se les paga. Muchos son los que lejos de ocupar las herramientas de trabajo para atender a la gente, se la pasan chateando o viendo películas en las computadoras, por eso también es bien vista la posibilidad de que se coloque un sistema de circuito cerrado y de esa manera se vigile a los trabajadores para que cumplan con sus chamba. En fin, habrá que esperar a ver qué sucede porque lo cierto es que el Cabildo, habrá de enfrentarse a los defensores de los “derechos” de los trabajadores que se han ganado a “pulso” el derecho de trabajar solo unas cuantas horas. Son muchos los zánganos que se escudan en su sindicato para no cumplir con sus obligaciones y dichas agrupaciones, ni se dignan en investigar si lo que les dicen sus agremiados es cierto, ellos los defienden y no les importa que les mientan. A veces, sus jefes inmediatos no los pueden poner a de la dirección de recursos humanos a pesar de que no cumplen con su trabajo, porque su sindicato los defiende y los dejan donde están. Todo eso se tiene que terminar; ojalá que los ediles, empleados de primero y segundo nivel entiendan la crisis que se vive, que sean conscientes y se asignen un sueldo de acuerdo a la realidad que tenemos en nuestro municipio y no que pretendan ganar en tres años lo que se puedan ganar en toda su vida, porque si es así, ya nos cargó la tiznada. Por ejemplo, en el mercado municipal, existe demasiada gente que no hace nada, no decimos que todos porque también los hay quienes desquitan su salario, pero algunos personajes nunca hacen nada y cuando lo tiene  que hacer lo hacen molestos, como si hicieran un favor, por hacer lo que les corresponde y que es su obligación, cuando cobran su cheque, estos no lo hacen enojados. Nada cuesta poner un poco de su parte para que las cosas marchen bien, cuidando su trabajo, atendiendo con amabilidad a la ciudadanía, para que se sientan bien consigo mismos; las cosas se pueden hacer, solo se requiere un poco de voluntad. Intentémoslo, créannos, vale la pena, solo de esa manera juntos habremos de hacer algo desde nuestro espacio en bien de todos y para todos… Ahora bien, respecto al asunto de la denuncia que interpone la contadora de la Administración del Mercado Municipal, por el delito de robo, es un tanto sospechoso, de lo  cual todo es por culpa de ella; no entendemos cómo es que dicha funcionaria deje recursos económicos en su oficina, cuando debería entregar todo a tesorería directamente, se dice que ella manifiesta que los principales sospechosos son los veladores, pero nuestra fuentes nos dicen que ellos están dispuestos a declarar en torno al asunto y que se investigue hasta sus últimas consecuencias, luego entonces se concluye que la culpa de lo sucedido es responsabilidad de la contadora, por su negligencia o de lo contrario que el asunto están entre quienes ocupan dicha oficina, que son tres personas. Lástima que esto esté sucediendo en el tramo final de su responsabilidad. ¿Sería un auto robo? La verdad quién sabe, lo cierto es que sería tonto también hacer algo así, cuando todo marchaba bien. ¡Aquí hay gato encerrado! ¡Hasta la próxima y salud!