Del balcón al sótano
Eduardo Albarrán Orozco
El
paro indefinido que hay en la UT es resultado de la incapacidad, de quien la
dirige, para llegar a acuerdos y resolver problemas en beneficio de una
comunidad. También lo es de la prepotencia y el deseo de poder para beneficio
personal.
La
contratación de familiares y amigos, pasando por encima de los derechos de los
y las trabajadoras, es una muestra de que la ambición es la que mueve al rector
Juan Adán Tabares.
Era
de esperarse. Esa fue su conducta como síndico, hay que preguntarle a Lázaro
Mazón. Hay que recordar cómo llegó a la diputación local, plurinominal (nunca
ha ganado una elección constitucional ni la ganará). Hay que tomar en cuenta la
conducta de su hermanito, Gustavo, quien fue síndico y regidor por obra y
gracia de Juan (que ha sido un gran negociador y oportunista. Aplausos).
Es
una pena que detrás de la agresión a los trabajadores de la UT esté Francisco
López Liborio. Actual secretario general del PRD y funcionario estatal,
administrador fiscal en Taxco.
Si
yo fuera el gobernador ya le hubiera llamado para que se comporte como
funcionario y no como grupo de choque.
Lo
cierto es que ya fueron identificadas varias de las personas que entraron a la
UT, durmieron allá y agredieron a los sindicalistas. Se tendrá que investigar y
sancionar a quien dio la orden de que se les dejara entrar violando el
protocolo de seguridad de la institución.
Los
sindicalistas tienen todo el derecho de demandar a los agresores, no solo de
sus personas, sino de la institución y de la comunidad estudiantil y laboral de
la UT.
Seguramente
Adán Tabares agarrará de chivos a los responsables de seguridad en los accesos,
mismos que registran, piden identificación y dan un gafete a los visitantes.
Pero curiosamente no estaban registrados los más de 60 colonos de la 10 de mayo
que, dicen, durmieron en la UT.
Hay
muchas cosas que tendrá que explicar Juan Adán. Debe recordar que no tiene
fuero y que ya no hay quien interceda por él.
Si
el gobernador quiere sostenerlo, a petición de Oscar Díaz, creo que será un
error.
Del
sótano.
La
censura es mala, la autocensura es peor. Querer tapar el sol con un dedo es una
tontería. El que no se haya publicado en algunos periódicos locales (en los que
tiene convenio la UT), no significa que el movimiento sindical no exista. En
Iguala ya se sabe todo y más de lo que se ha publicado.
Así
que la estrategia del responsable del diseño de imagen de la UT no sirvió ni
servirá porque el problema tiene otros orígenes y otros medios para resolverse
o tensar más el conflicto.
Tal
vez el ideólogo del PRD en Iguala no supo transmitir las acciones de su
estrategia para debilitar al movimiento sindical y ahora lo ha fortalecido más.
La
mayoría de los medios impresos viven de la publicidad. Pocos son los que mantienen
su trabajo por sus lectores. Por eso es que quienes tienen un convenio con un
periódico aplican la máxima de López Portillo "no pago para que me
peguen". Pero lo que no se ha entendido es que los convenios establecen
espacios o tiempo (depende del medio, impreso o electrónico) y no significa
darles todo el medio, ni tampoco guardar silencio o tapar lo que todo mundo ve.
Si
este es un problema laboral, en este terreno se debe resolver. Si es político
también. Lo mediático será un complemento de las decisiones, no la decisión en
sí.
Hay
quienes dicen que los regidores deben estar en una comisión según su perfil.
Esto es deseable pero no es obligatorio. Lo que sí esperamos los ciudadanos y
ciudadanas es que los y las regidoras se ubiquen en sus funciones (que no son
ejecutivas y tampoco son pequeños diputados como creen algunos y algunas).
Si
tan solo hacen lo establecido en la Ley Orgánica, son honrad@s y
destinan el tiempo necesario para evitar los problemas para el municipio. (Es
mejor prevenir que lamentar). Si actúan en función de las necesidades de la
comunidad, de las y los ciudadanos, de todos los sectores productivos y no de
sus intereses personales o de grupúsculos, pasarán a la historia con coronas de
laurel. Si no es así, serán como todas y todos los que han sido representantes
populares y se han beneficiado.
Es
muy positivo que haya suficientes mujeres como regidoras. Yo confío en Juanita,
en Soledad y en Sofía. Las conozco. Pero también tengo esperanza en las damas
que no conozco. Confío en su espíritu de proteger a la familia, a los y las
hijas, a las y los ancianos. En su capacidad de amar al prójimo, creo.
Vamos
a esperar, pero no sentados. Vamos a sugerir y esperamos oídos sabios.