Tribuna Pública
Francisco Javier
Copeño Castro
Lo dicho, las protestas no dejan de cesar y cada vez
son más frecuentes en el palacio municipal de Iguala, unas con razón y otras
por quienes ya todos conocen como “lucradores sociales”, unas por la
negligencia el alcalde Raúl Tovar Tavera de manera directa por no cumplir con
compromisos asumidos con algunos sectores ciudadanos y, otros porque ya es
costumbre de algunos vivales que dicen luchar en beneficio de la gente, pero
que buscan netamente una tajada personal. Con todo este embrollo, quien en
verdad a tenido que desquitar con creces su sueldo es el Secretario General de
Gobierno Municipal, Eduardo Román Jaimes, quien es el que ha tenido que
entablar negociaciones con los inconformes. Los agentes de tránsito, policías,
ejidatarios, la UCEZ, entre otros, han puesto en evidencia la falta de seriedad
en diversas materias de las actuales autoridades. En razón de ello, quienes hoy
andan en campaña por la presidencia municipal, deberán ser muy cuidadosos en
los compromisos que adquieren, porque al parecer las cosas ya no serán igual,
sobre todo si en verdad el llamado despertar de los jóvenes del llamado
movimiento #Yosoy132, va más allá de ser un fenómeno coyuntural de las
elecciones presidenciales a nivel nacional. Los candidatos a la alcaldía de
Iguala, deben tomar en cuenta que de hoy en adelante estarán más vigilados en
sus quehaceres de autoridades, porque de no cumplir, independientemente de
quien gane la presidencia de la república, serán más cotidiano ver a la gente,
y no solo a los jóvenes, protestar en contra de los malos gobiernos, y serán
convocados como ahora, a través de las redes sociales, para protestar por las
malas decisiones que se tomen. Repetimos, si es que en verdad el movimiento va
más allá de ser un fenómeno coyuntural, de lo contrario, quedará en evidencia
de que lo que se sospecha en el sentido de que hay una mano desconocida que
mueve la cuna estudiantil. Por otro lado, cada vez es más evidente que los
líderes de varias organizaciones, y que se asumen como integrantes de un
partido político, solo lo hace en función de que les otorguen canonjías, de lo
contrario de manera inmediata se van con quién les da lo que buscan. Hoy, en
efecto, los partidos llamados de izquierda o de los pobres, han dejado su
ideología a un lado y apoyan a quien el tlatoani de la región que sea, les
indique o les imponga, no importando que sea quien sea. Pero más grotesco es el
“chapulinismo” que ejercen, al brincar de un partido a otro con tal de
conseguir lo que se busca, cada día vemos que casi nadie tiene una verdadera
convicción ideológica, todos se mueven en función, no de los intereses
colectivos de la ciudadanía, sino en función de su interés personal, porque así
como vemos que un dirigente apoye a un candidato, al otro día podremos ver a
ese mismo dirigente decir que ahora apoya a otro. En fin, al parecer por hoy es
todo, ya en otra entrega le seguimos. ¡Hasta la próxima y salud!