Tribuna

Tribuna Pública

Francisco Javier Copeño Castro

P1010640En esta ocasión hipotéticos lectores, quiero compartirles un penoso incidente, que nos llevó a pisar las instalaciones de la cárcel municipal el pasado fin de semana; tan solo por tratar de dar a conocer que elementos de la policía preventiva municipal cumplían con su deber en el mercado municipal. Resulta que estábamos con unos amigos en uno de los pasillos de la Nave Central, quienes después de su jornada laboral normalmente se toman una o dos cervezas; nos invitaron una; antes de tomarle, de pronto llegaron tres elementos de la policía municipal quienes nos ordenaron que nos retiráramos, porque no podíamos estar ya en el interior de dicho centro de abasto; en fin cada quien se fue por su lado, nosotros acudimos a nuestro humilde negocio para que junto con mi familia nos fuéramos a su humilde casa; bien, al pasar por uno de los pasillos del mercado, nos percatamos que estaba un grupo de jóvenes a quienes los policías les mencionaban que se los iban a llevar detenidos porque estaban jugando juegos de azar y que eso era ilegal; como decíamos al principio, nos pareció bien la acción de los gendarmes y pues para darles a conocer que estaban realizando su trabajo, sacamos nuestra cámara y tomamos una gráfica. ¡A lo mejor pensaron que les habíamos disparado con una pistola! De manera inmediata se olvidaron de los jóvenes y se abalanzaron contra un servidor cual vil delincuente, mencionándonos con palabras impublicables el hecho de haber tomado una fotografía; recordándonos que nos habían hecho el “paro” minutos antes para no llevarnos detenidos, tratamos de explicarle al que parecía el “Jefe”, que era para publicarse en esta columna en El Diario de la Tarde; pero él dijo que eso a él no le importaba y que nos llevaría detenido y lo que quisiéramos decir lo dijéramos en la comandancia: ¡Espósenlo! Ordenó a sus compinches; protestamos dicha orden, mencionándole que no había necesidad y si querían llevarnos que lo hicieran pero no así; pero que además nos señalaran nuestro delito. ¡Por tomar fotos a los policías! Dijo tajante y con palabras obscenas hacía un servidor, no importando que estuvieran presentes mujeres y niños cerca que veían como éramos tratados. Intentaron esposarnos; no nos dejamos, cuatro policías no pudieron hacerlo; llegaron refuerzos porque solos temían que alguien tan “peligroso” que acababan de detener se les fuera a escapar. Total que ya con más de 15 elementos, fue otra cosa y por fin lograron esposarnos utilizando tres esposas. ¡Caray! Total, después de todo este arguende, nos trasladaron a la comandancia, donde exigimos que nos dijeran cuál era el motivo de nuestra detención, solo atinaron a decir que ellos no sabían que solo dijeron que era el culpable de que no hubieran detenido a nadie en el operativo del mercado. ¿¿¿???? En fin, mi esposa se trasladó hasta la comandancia y preguntó que cuanto era mi multa, para apagarla y que nos soltaran; después de “analizar” mis delitos; ya eran dos; uno, tomar fotos a los policías; dos, frustrar la detención de varios jóvenes en el mercado. Le dijeron a mi esposa que pagara doscientos pesos y ya podía retirarme; cuando dijo que pasaría a pagar a barandilla, le dijeron que no que se los diera en la puerta y minutos después saldría; así fue de pronto me dijeron ya puedes irte. Ahí nos percatamos de dos cosas; primeramente al llegar no llenan un formato oficial de entrada y solo anotan en un cuaderno; tal vez para negociar; segundo, muchos dinero no entra a tesorería porque no te dan un recibo oficial de lo que pagas. Pero lo más grave, nos comentaron que la molestia de los temibles policías, fue porque pensaron que nos íbamos a exhibir como limosneros en el mercado, porque dicen que la verdad lo que pase en el mercado no les importa y que a todo mundo extorsionan pidiéndoles de 20, 30, 50 y hasta 100 pesos a cada persona que agarran en el mercado, y por no detenerlos eso es lo que le cobran, por tal razón en esa ocasión eran como 10 jóvenes y era una muy buena lanita la que no pudieron conseguir. Total que por querer hacer un bien, hicimos un mal. Ni modo, por la ignorancia de –algunos no todos- gente que se mete a “trabajar” de policías, quienes no tienen la mínima preparación requerida, se suscitan este tipo de cosas. Pero en el caso del tal orangután; chango, gorila o como le digan; además del tal H. Arias Hugo; son personas que denigran a la corporación policíaca y mejor deberían ponerlos de vigilantes pero de las celdas. ¡Salud y hasta la próxima! P1010643