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Del balcón al sótano

Eduardo Albarrán Orozco

Iniciaron las campañas locales este 22 de mayo. La mayoría de los candidatos a la presidencia municipal recurrieron a la retórica. Unos más, otros menos.

En cuanto a cantidades de asistentes en cada uno de los actos, variaron. El que menos tuvo fue José Luis Abarca. Alrededor de 70 personas. Pero es que su acto de inicio de campaña fue una conferencia de prensa en un espacio en el que no cabrían más de 80 personas sentadas y otras de pie.

Lo más importante no es la cantidad de gente en ciertos actos, sino el discurso de los políticos, de quienes aspiran a gobernarnos y a vivir de nuestros impuestos.

Me parece que el de Abarca fue muy limitado. Que no tuvo el tiempo para leerlo con calma y que, a pesar de las respuestas muy coherentes y acertadas, aún falta un proyecto con raíces en la experiencia de quienes lo respaldan.

Erick Catalán hizo su acto en el monumento a la Independencia. Alrededor de 350 personas asistieron. De su acto lo importante, periodísticamente, fue lo dicho por el ex gobernador René Juárez Cisneros. Comprensible que el discurso de Catalán haya sido de menor calidad para no opacar al candidato con piel de Guerrero (o algo ansina).

Ya lo dije. Mucha retórica. Eso funcionaba en los años 60s. Hoy la gente quiere saber QUÉ se va a hacer para resolver los problemas y CÓMO se hará. No plantear esto y no hacer un deslinde de lo actual puede debilitar un proyecto con sangre nueva.

Antonio Jaimes Herrera aprovechó su experiencia como alcalde, su conocimiento de los problemas y su capacidad para llegar a acuerdos con ciertos personajes y representantes de grupos de presión (oportunistas les llamamos en los años 70s y 80s), como lo son Nicolás Guerrero y Jesús Vergara Meza, personajes con ombligo tricolor y que regresan al redil a través de una cortina de humo como lo es el PVEM (que está en alianza con el PRI para apoyar a Enrique Peña Nieto).

Jaimes Herrera fue el que tuvo mayor capacidad de convocatoria. Alrededor de 500 personas (tal vez hasta menos) fueron las que estuvieron en un local que es lavado de autos. Las medidas podrían ser de 20 por 20 metros, habría que considerar el uso de sillas (que disminuye en un 50 por ciento el aprovechamiento del espacio). Pero estuvo bien.

Incluso creo que fue de los mejores discursos de este día. Coherente, convincente para quienes no conocen algunos detalles, pero con un planteamiento que cae en lo posible y deseable. No se compromete a nada, solo a demostrar otra vez, que tiene experiencia. Ahora sin Lázaro Mazón que fue quien lo respaldó y lo hizo su delfín.

Del sótano.

Estuvo Erick Catalán en la colonia Plan de Ayala. No mucha gente, Así van a ser las campañas. Aún falta discurso que aterrice en algo. La colonia Plan de Ayala no tiene muchos problemas, otras colonias sí.

Juan Manuel Santamaría va a ser fuerte oponente de Oscar Díaz Bello. El primero tiene formación académica de licenciado en Derecho. Tuvo despacho. Ya fue diputado federal (suplente), tiene formación política y conoce el discurso. No puedo decir nada de Oscar Díaz, salvo que estudió en la ESPI (así lo dice en su Facebook), y es un empresario próspero.

Por cierto no estuvieron Oscar Díaz ni Justino Carvajal en la conferencia de prensa de José Luis Abarca como inicio de campaña. Eso solo demuestra que no lo van a apoyar. El voto será cruzado y es probable que se vaya al PVEM. Si esto sucede, lo que digan para justificarse no tendrá validez y solo demostrará que por encima de todo están los intereses.

Los señalamientos de priistas en contra de los (jóvenes) estudiantes que se han manifestado en contra de Enrique Peña Nieto, al señalarlos de ser manipulados, solo demuestra que hay preocupación de los dueños del régimen.

Lo  mismo dijeron de los jóvenes en 1968 en Francia y en México, lo mismo han hecho en otros países y otros tiempos. Se acusa a los jóvenes de revoltosos, manipulables, inexpertos, y hasta de pend…

Tal parece que se olvidan de que también recorrieron esa edad.

Los estudiantes no son tontos. Saben lo que el país necesita. Los que no permitimos que haya cambios somos nosotros, los viejos, los que ya nos conformamos con migajas.

“Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción”, lo dijo José Martí, el Che y Salvador Allende. Lo sabemos los que hemos sido jóvenes y quisiéramos tener esa energía para transformar el mundo.

Gracias a los y las que me acompañaron el 19 de mayo. También a quienes no pudieron pero se acordaron. A los y las que no se acordaron no se los reprocho. Otro año será.