Sin Factura…

Sin Factura

De ingeniero civil a

“agorero” de sismos

 

Mario Raúl Hernández

 

Llama la atención que hace dos días a través de un periódico local de Iguala, Guerrero, información que tomó de la Agencia de Investigaciones Periodísticas (API), el Colegio de Ingenieros Civiles (CIC), un Colegio que considero de respetables profesionales, le hiciera uno de sus miembros al “agorero”, es decir, predecir un temblor en nuestra entidad de 8.2 grados.

Y de forma alarmante e irresponsable calificó que está latente este riesgo por lo cual el gobierno debería tomar sus precauciones, porque a raíz de anteriores movimientos telúricos, como el sucedido el 20 de marzo que fue de 7.4 grados Richter,  las autoridades han evidenciado lenta respuesta.

Y pone como ejemplo de lentitud, este ingeniero civil Joel Rosas Castillo, ex presidente de este organismo colegiado, de que el Fondo Nacional para Desastres (Fonden) no liberó al momento los recursos para vivienda y que siguen esperando la ayuda oficial.

Estamos de acuerdo en que las necesidades urgentes del pueblo no combinan con el  tortuguismo burocrático gubernamental: sea federal, estatal o municipal.

Pero no es por ahí el asunto. ¿Ingeniero Civil?  o ¿Sismólogo?

La ingeniería civil es una rama de la ingeniería, que aplica los conocimientos de física, química, cálculo, geografía y geología a la elaboración de infraestructuras, obras hidráulicas y de transporte. La denominación "civil" se debe a su origen diferenciado de la ingeniería militar.

Un sismólogo es una persona que se dedica al estudio de los sismos, que son los temblores de tierra provocados por la deriva continental (¡terremotos!).

Pero además el ex dirigente del CIC, dijo que por encontrarse localizada en esta región la llamada Brecha Guerrero, desde hace tiempo se prevé que se presente un sismo de 8.2 grados Richter, lo que de hacerse realidad, ocasionaría para la población una gran emergencia.

Y añadió que la peor tragedia podría ocasionarla un sismo que se genere en el lecho marino, porque podría desatar un tsunami, y ni el gobierno ni la ciudadanía se están preparando para esta posibilidad, lamentó el especialista.

Joel Rosas Castillo dijo que no se están tomando medidas preventivas para alertar a la población sobre la posible presencia de un maremoto o tsunami en las costas guerrerenses, a pesar de que sí existe el peligro de que este fenómeno se registre.

Es posible que Rosas Castillo quiera imitar al ingeniero civil chileno, Pedro Gaete, director ejecutivo del Observatorio Sísmico Solar, quien causó revuelo en Chile, producto de sus declaraciones acerca de un terremoto que afectaría las costas de Perú y Chile entre el 23 y 25 de marzo de 2012.

La predicción no fue totalmente exacta, ya que el sismo ocurrió un día después (26 de marzo) y se había adelantado que sería sobre 9 grados en la escala de Richter, o sea, con un inmenso poder de devastación, cuando fue de 7.2.

Si es o no una mera  coincidencia o si tiene validez científica, es algo que deberán resolver los sismólogos. Pero por ahora no pasa de ser más que una coincidencia que debe ser estudiada y aclarada para entender su validez y verdaderos alcances.

Lo cierto es que Rosas Castillo no está diciendo en que fecha va a temblar. Lo que sí es que a lo mejor en el momento de leer este artículo tiemble.

Un temblor y tal como lo han determinado científicos no se puede predecir ni anticipar. No existe hasta el momento un método reconocido para pode anticiparse con tanta antelación a u fenómeno natural de esta magnitud, de 8.2, como lo establece el ingeniero civil guerrerense.

Creo que aquí el llamado a la ciudadanía es la prudencia y la tranquilidad, además de crear una cultura preventiva. Y ya que los terremotos no se pueden predecir debemos estar siempre preparados. O usted ¿qué opina mi estimado lector?