tribuna publica

Tribuna Pública

Francisco Javier Copeño Castro

La protesta realizada ayer en Chilpancingo por parte de policías ministeriales demandando la liberación de sus compañeros detenidos y consignados por la muerte de los normalistas de Ayotiznapa en la protesta del 12 de diciembre, porque dicen son inocentes, demuestra que los asesores del gobernador Ángel Aguirre Rivero, lejos de ayudarlo lo están perjudicando. ¿Por qué no les quiere recibir en audiencia? ¿Quieren acaso que haya muertitos ahora por parte de los ministeriales para poder atenderlos como hoy quieren dialogar con los normalistas? La verdad es que el gobernador debe tomar en asunto personalmente y debe escuchar el sentir de sus cuerpos de seguridad. El bloqueo de la autopista del sol, lugar a donde fue precisamente el bloqueo de los normalistas obligaba  los cuerpos de seguridad federal a desbloquear dicha vía de comunicación. ¿Por qué con los estudiantes sí lo hicieron y con los ministeriales no? ¿Es o no el mismo delito? ¿Se les fincará responsabilidades por el bloqueo todavía más fuertes tomando en cuenta que son servidores públicos y sobre todo de seguridad? Cada vez que se suscita alguna contingencia de esa naturaleza, la verdad no entendemos por qué no atender con prontitud las inconformidades y tratar de resolver con inteligencia las peticiones de quienes protestan. Muchas veces, las protesta de sus protagonistas,  es coraje que se acumula en ellos porque cuando acuden a solicitar audiencia con los funcionarios de todos los niveles, estos los ignoran o los hacen esperar muchas veces días o semanas para poder ser atendidos. La omisión mostrada por quienes cuando andan en campaña les ruega, les suplica que voten por ellos, una vez que ganan se olvidan de todo y empiezan a cobrar con creces esos ruegos. Es cierto que el gobernador ha tenido que salir al paso porque él es político de carrera y sabe cómo enfrentar  todas esas vicisitudes, pero también aunque hoy se diga de izquierda, su formación se la debe al PRI, y en ese partido se enseñó a ser lo que es, y difícilmente habrá de cambiar su forma de gobernar.  Para su fortuna el hoy gobernador  a tiempo se dijo del PRD y este partido otrora defensor de las causas pobres y excesos de los gobiernos,  el partido que lucha contra la represión y quien sabe cuántas cosas más, ante las circunstancias hoy protege a “su gobernador” y es cómplice de los excesos mostrados por los cuerpos policiacos, por lo menos de los ministeriales estatales y por tal razón existe responsabilidad gubernamental, pero los perredistas se han vuelto sumisos y agachan la cabeza cuando el gobernador dice algo, tan es así que ciertos personajes manifiestan que “el gobernador no estuvo presente, el gobernador no disparó, porque él no jaló el gatillo”, etc. ¡Bola de hipócritas! Entonces habría que preguntarse. ¿En otras similitudes como Aguas Blancas, el PRD constató que Rubén Figueroa sí disparó y estuvo presente? ¡Caray! Como da vueltas la vida. En fin este es un simple comentario. ¡Hasta la próxima y salud!