COLUMNA: LECTURA POLÍTICA

 

LECTURA POLÍTICA

Noé Mondragón Norato

La quimera de la alianza PRI-PRD

El primer aspirante a gobernador quedó ventilado. Parcialmente, desde luego. Y se trata del ex edil perredista de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, quien le ganó la encuesta interna a Carlos Reyes Torres, un personaje que, en realidad, nada tenía que hacer en esa contienda. El punto, sin embargo, consistirá en la definición del candidato del PRI, que trasciende, se haría efectiva el próximo sábado 14 de noviembre. Los `fierros´ en la lumbre alcanzaron su máxima ebullición en este último partido. Pero las maniobras que se configuran estarían generando desazón. Hay que ubicarlas.

¿MARIO O AÑORVE? – En anteriores contiendas electorales, el actual senador tricolor Manuel Añorve Baños, desplazó al secretario de Desarrollo Social, Mario Moreno Arcos. Lo hizo en la elección de gobernador de enero de 2011 y en la de senador de julio de 2018. Pero la circunstancia cambió: hoy, Añorve arrastra pasivos políticos que le van a pegar con dureza en la coyuntura. Y Mario aparece con mejor puntaje en el ánimo ciudadano. Pese a ello, los reacomodos estarían marcando un camino errado para la eventual alianza PRI-PRD. Se lee así: 1.- El perredista Evodio Velázquez posee una característica que podría cuajar en una hipotética alianza con el priista Manuel Añorve: ninguno de los dos se confrontó cuando arribaron como alcaldes de Acapulco. Porque gobernaron aquella comuna porteña en periodos distintos. A Manuel Añorve le recibió la alcaldía Luis Walton en 2012. Y a Evodio, la actual alcaldesa, Adela Román Ocampo en 2018. Entre ambos personajes no existen fricciones políticas, como sí las generaron con aquellos actores que los acusaron de millonarios desvíos de recursos cuando se las entregaron. Eso podría hacer terso el escenario para Añorve en la alianza PRI-PRD. Pero sin que ello signifique que se desvanecerán por arte de magia, todos sus pasivos arrastrados. Ni que con ello baste para ganar la elección. Un eventual acuerdo político entre ambos personajes —Evodio y Añorve― sería el equivalente a entregar por adelantado el gane al Morena. Por ser más los negativos que ambos proyectan. 2.- Al concluir su último periodo como alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno no fue objeto de señalamientos agudos por corrupción, por parte de quien le recibió la comuna, que fue el priista y ex edil defenestrado, Marco Antonio Leyva Mena. En cierto modo, el actual secretario de Desarrollo Social podría encabezar la eventual alianza PRI-PRD sin llevar pegados los mismos estigmas que Añorve. O los señalamientos de la alcaldesa de Acapulco contra Evodio, que aparecen como más frescos. Y que van a estallar o contenerse en función de cómo quede el acuerdo político final: que el PRD haga alianza con el Morena —que es improbable, dada la animadversión política entre la tribu los chuchos y AMLO—, o termine haciéndola con el PRI, que es más factible. Como hipotético candidato de la alianza PRI-PRD, Evodio tendría muchos puntos vulnerables para ser atacado por sus adversarios del Morena. Y el gobernador Astudillo jugará un papel decisivo para aquietarlo si intentara rebelarse. 3.- En la concreción de esa previsible y cantada alianza electoral, dos actores jugarán un papel determinante: el ex gobernador Ángel Aguirre por el PRD. Y el gobernador Héctor Astudillo por el PRI. Sumado a las diferencias profundas que el senador priista mantiene vigentes con el grupo político del ex gobernador Rubén Figueroa. Y la indiferencia del liderado por el diputado federal René Juárez. Por eso, un acuerdo político entre Astuillo-Aguirre que empuje a Manuel Añorve como candidato podría significar una ruptura insalvable al interior del PRI. Y el pasaporte seguro a la derrota electoral. Los priistas saben que el horno no está para bollos como para labrar derrotas por anticipado. Pero la ambición por el poder no conoce límites. Pese a que sabe no estar en el ánimo del votante, Añorve Baños presionará sistemáticamente para quedar como candidato. Primero del PRI. Y luego de la alianza PRI-PRD. De lograrlo, ambos partidos lamentarán su quimera.

HOJEADAS DE PÁGINAS…El primer indicio de incivilidad y de nulo respeto a las normas sanitarias, lo dieron tristemente los diputados del Congreso local, atenazados y urgidos por la premura del año electoral que ya inició: existe un 20 por ciento de contagios por Covid-19 entre legisladores y trabajadores de ese recinto. Con todo, el gobernador Héctor Astudillo anunció medidas contra la pandemia, «por las que el gobierno estatal será criticado.» Pero los malos ejemplos vienen desde el poder público.