Abrevando
José Antonio Lavín Reyna
“A las amistades no se les envidia, a las amistades se les ayuda a brillar”.
¿Por qué se genera y desarrolla el estrés?
El columnista Raúl Espinoza
señala que existen muchos factores por los que se genera el estrés. Algunas
veces porque la persona tiene un sistema nervioso endeble o porque es
susceptible, muy aprehensiva, impresionable o temperamental.
Otras veces porque
aquel joven tiene una desproporcionada carga de trabajo; no tiene un minuto
libre; trabaja descuidando las comidas y hasta altas horas de la noche. Esto
comprueba que la persona es realmente humana, con sus limitaciones y no un mero
robot.
Es típico el consejo de las
personas mayores y experimentadas a los profesionales. Jóvenes: “No intentes
comerte el mundo a puños porque te vas a enfermar. Ve a tu paso y no te estés
continuamente comparando con los demás”.
Otro aspecto que genera
ansiedad es pretender un meteórico ascenso en la empresa donde labora y, si no
lo logra en breve tiempo, viene el desaliento, desánimo o desesperación.
Ponerse metas en la
vida, concretas, asequibles y realistas. Tenía un amigo abogado que
se había puesto la meta de ser Presidente de la República a los 40 años.
Lógicamente no lo logró y me llamó bastante la atención el estado de
frustración en que cayó.
No me imaginaba que se había
puesto esa meta completamente en serio. Tuve varias conversaciones con él para
que se diera cuenta que debería ponerse otras metas más fáciles de conseguir.
Creo que al final logré convencerlo.
Otro factor importante es
convertir las dificultades en desafíos o áreas de oportunidad. Y no visualizar
los problemas como “montañas” que producen sensación de malestar e
impotencia.
Desde luego un elemento que
causa tensión son las deudas económicas. Por ello es clave el cuidar los
ingresos y egresos. Cuidar el no gastar más de la cuenta para que esas deudas
no se conviertan en un “quebradero de cabeza”.
Muchas personas dicen
sentirse “amargadas” porque no se encuentran a gusto en su trabajo o piensan que
no se les reconoce lo suficiente. Y se pasan años por el “callejón de la
amargura”. Hasta que un día, un buen amigo, les comenta: “Cómo me gustaría
tener tu trabajo: Ganas bien, tienes prestaciones, vacaciones, un horario
flexible, en cambio yo trabajo como esclavo de sol a sol. ¡No sabes cómo te
envidio!”.
Otro factor de gran
trascendencia es tener amigos y cultivar las relaciones sociales. Las personas
hurañas al final se dan cuenta de que no son felices porque no son capaces de
entregarse a los demás, sin pedir nada a cambio. Los que conviven con muchas
personas de ordinario tienen muchos amigos y gozan y disfrutan de sus
relaciones sociales.
La atención a la familia es
medular en el desarrollo de la personalidad madura como padre, esposo, como
hijo, como hermano. Hay que atender adecuadamente a todos particularmente a las
personas mayores y enfermas. El estar pendientes de los cumpleaños, santos,
aniversarios de bodas y felicitar a los interesados es algo que no se
olvida.
Me contaba hoy una doctora
que tiene la costumbre de encargarse y coordinar los festejos familiares y, en
medio de la pandemia, las tertulias son por “zoom” con familiares de México,
Austria y Estados Unidos. La que se queda más contenta es la abuelita porque
tiene oportunidad de conversar con sus hijos y nietos, que de otro modo no
podría. Es increíble que los detalles pequeños contribuyan a la felicidad
grande de los demás.
Curiosamente hay
profesionales que se ponen nerviosos cuando salen de vacaciones porque imaginan
que ocurrirán grandes desgracias sin no se encuentran presentes en la empresa.
Y hay que decirles: “Mira tú descansa y olvídate de todo. No se va a caer el
mundo con tu ausencia por tan pocos días”.
“Aprender a decir que no”
dice este valioso consejo un conocido pensador de nuestro tiempo. ¿A qué se
refiere? A que la capacidad de asumir responsabilidades tiene un límite. Ir más
allá de esa frontera atenta contra el estado de salud general.
Otros muchos desprecian el
tiempo de esparcimiento como una “soberana tontería” propia de la gente ociosa.
Y están equivocados ya que es una necesidad del organismo y las capacidades
tanto físicas como mentales para recuperarse y renovar el trabajo con nuevas
energías.
“El perfeccionismo” es un
mal de nuestro tiempo que altera la conducta, produce un estado de malestar y
la sensación de no haber terminado bien las tareas y responsabilidades. Lo
mejor es enemigo de lo bueno. No se debe estar rizando el rizo una y otra vez
porque se cae en una obsesión compulsiva.
Continuar poniéndose metas e
ideales en la vida, no importa la edad que se tenga. Lo peor es perder el
interés por la vida que es maravillosa y está llena de aventuras.
También es importante cuidar
el orden y el aprovechamiento del tiempo para alcanzar las metas trazadas y no
posponerlas indefinidamente porque produce caos y confusión personal.
Podríamos seguir enumerando
factores que generan estrés pero me parece que con estos basta para hacer una
autoevaluación y llegar a algunas conclusiones personales de mejoría.
Usted amigo lector puede
autoevaluarse y llegar a su propia conclusión.
Algo Más…
En un ámbito sicológico,
bajo el nombre de “Complejo de Eróstrato” se define el trastorno de intentar
sobresalir a toda costa. Hoy en día difícilmente se está a salvo, sobre todo en
las redes sociales en que se expone ingenuamente la intimidad por un simple “Me
gusta” ("like"). Así, el tal Eróstrato, sigue siendo actual
contagiando a multitudes.
Usted mi amigo se quiere
lanzar como candidato por que tiene muchos “me gusta” no caiga en la trampa,
esos “like” son traicioneros.
DCVII.- Nada bueno se espera
para Iguala, cuando el presidente desoye al gobernador y no aplica el semáforo
naranja. Acaso quiere llenar su Unidad Covid 19 para seguir con el despilfarro.
Sabías que: El semen
contiene la misma cantidad de vitamina C que una naranja.
Hasta la vista.