Abrevando

José Antonio Lavín Reyna
“Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza”: Alfred Tennyson, poeta inglés.

¡Ni como creerles!
Por ahí en los cajones me encontré con un folleto que tenía la cara del ahora senador y sus compromisos para Iguala. A continuación se los recuerdo:
Finalizaremos el Acuaférico, eficientaremos el suministro de agua potable y mejoraremos el drenaje de la ciudad con nuevas plantas hidráulicas  y tratadoras de aguas residuales.
Mejoraremos e incrementaremos el servicio de recolección de basura a través de una mayor flotilla de camiones que garanticen un buen servicio de limpia.
Realizaremos las gestiones necesarias para otorgar un óptimo servicio de salud, mejorando nuestros hospitales y clínicas, que cuenten con el personal médico y las medicinas suficientes.
Apoyaremos más que nunca al campo, con proyectos productivos, así como, la oportuna entrega de fertilizantes.
Implementaremos programas de apoyo para el mejoramiento y mantenimiento de las escuelas públicas,
Mejoraremos la imagen urbana a través de la reconstrucción y mantenimiento del periférico y demás vialidades, así como del mobiliario urbano existente (semáforos, señalización vial, bancas).
Ampliaremos y repararemos el alumbrado público en la ciudad, así como en sus comunidades.
Atenderemos oportunamente las necesidades de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad (mujeres, niños y personas de la tercera edad y con capacidades diferentes)
Apoyaremos y fomentaremos entre los jóvenes el deporte, la salud y la educación a través de becas y diferentes tipos de estímulos.
Destinaremos recursos suficientes para la conservación de áreas verdes, instalaciones deportivas y espacios culturales.
Realizaremos audiencias públicas durante toda la administración, con la finalidad de atender de manera directa y oportuna las demandas de la ciudadanía.
Se propondrán sesiones públicas de cabildo itinerantes en las colonias y comunidades.
Debemos tener presente que la mayoría de los individuos prefiere no hacer propósitos o plantearse objetivos por dos razones: Ya saben de antemano que no los van a cumplir (razón interna), y la otra es por su educación, el medio ambiente, el qué dirán (razón externa).
Sin embargo los políticos, en  un momento dado, toman la decisión de hacer compromisos, lo que debería obligarles a comprometerse con ellos, pase lo que pase, sobre todo cuando las cosas se ponen difíciles. En este caso, el que prometió volvió a fallar, ya que como siempre lo ha hecho, nunca termina el plazo de su gestión, menos  cumplió con su decálogo de compromisos. Dijera Ernesto Castro Sagardes, por sus obras (hechos) los conocerán.
Para desgracia de todos, se nos vinieron encima las precampañas electorales, que son el  preludio de las elecciones de este 2018. Lo único seguro es que la mayoría de los ciudadanos  estamos hartos de estas acciones, del dinero que se despilfarra y roba en ellas, y los horribles y magros resultados que tenemos siempre con ellas.
Es una verdadera desgracia que en México, en muchas cosas, sigamos a expensas de la gente que todo lo organiza en base a obtener un beneficio personal, que reditúe eficientemente en su bolsillo y no en la sociedad. Eso de la “mafia del poder” es muy cierto, sólo que nosotros los ciudadanos somos quienes tenemos que ver quiénes son los que la integran.
Las elecciones son inevitables. Es más, son necesarias y una responsabilidad social. Y todos debemos de prepararnos para dar un voto de confianza a un candidato en cada puesto de elección. Muchos que aún no se modernizan, votarán por una corriente política afín a sus creencias. Y otros, sin distingo de colores, votarán por la persona que creen que puede lograr la transformación tan anhelada.
Las expresiones populistas, el oportunismo y los escándalos siempre rodean al político que usa las mentiras para manipular. Los mentirosos tienen un lenguaje demagógico. Durante sus discursos llaman mucho a la unión con base en anhelos compartidos y exaltación del ideal social. Pero no hablan de cosas precisas y cómo podrían llevarlas a cabo. Y si lo hacen, son mentira.
Algo Más…
Un precandidato o precandidata es una persona con posibilidades de ser candidato o candidata, según la Real Academia Española. En pocas palabras, una persona que pretende ser candidato a algo, pero que todavía no lo es.
En México se juega con esa palabra en el presente proceso electoral. Lo leemos y escuchamos todos los días y más con esa campaña en los medios, que por lo visto los únicos que no se han dado cuenta que es campaña y no precampaña son los miembros del INE, cómplices de esta farsa
Precandidatos que no están compitiendo contra nadie, ¿entonces? Claro, ya son candidatos, pero como la Ley Electoral así lo regula, bueno, pues se hacen tarugos solos.
Hablan como candidatos, prometen como candidatos, tienen una organización como candidatos, se mueven por el país como candidatos, se reúnen con grupos sociales y económicos como candidatos, pero todavía tenemos que llamar los precandidatos.
Pronto tendremos los precandidatos locales. Así que agárrense, los únicos que ganan son los conductores de noticiarios en radio y los directores de los diarios.
CCCLXVII.- Con bombo y platillo Herón Delgado se desgañita hablando de introducción de drenaje, en cinco calles. En el trienio 2003-2005 se realizó la sustitución de  12 kilómetros de drenaje pluvial en diversas calles del centro de la ciudad, sin contar el colector construido a un costado del anillo periférico Sur hasta la planta tratadora de 5 kilómetros, así como 5 kilómetros de línea de conducción de agua potable. Con poca agua se ahoga el alcalde que tiene a Iguala destrozada.
Este gobierno municipal ha permitido y tolerado las invasiones al derecho de vía pública. Basta recorrer el anillo periférico en su parte oriente para darse cuenta. Se invadió con construcción permanente los 20 metros de derecho de vía a ciencia y paciencia de Obras Públicas y Desarrollo Urbano.
Sabías que: La mayoría de las personas producimos de 0.5 a 2.0 litros de gas al día, expulsado en forma de eructos o flatulencias.

Hasta la vista.