Abrevando Por osé Antonio Lavín Reyna

Abrevando
José Antonio Lavín Reyna
“Cuanto más virtuoso es el hombre, menos acusa de vicios a los demás”: Marco Tulio Cicerón.

Pobre de Iguala, el cambio para no cambiar.

Los que vivimos desde hace años en esta ciudad, sabemos del poco desarrollo que nuestra ciudad ha tenido. Sí se ha visto el crecimiento, pero demográfico, y un crecimiento económico que ha beneficiado a unos pocos, a aquellos que por méritos propios o por padrinos políticos, tienen un trabajo bien remunerado, que son los pocos  y otra cosa es que la ciudad haya alcanzado un perfil urbanamente decente y con una perspectiva de desarrollo más o menos planeada. En los años recientes no se ha visto mejoría de las vialidades y mucho menos que se hallan construido espacios que le hubieran dado un toque de modernidad urbana, lo esencial continúa: mala planeación, obras mal hechas, marginación social en aumento, deterioro urbano, incapacidad para solucionar vialidades, en fin, toda una gama de cosas que han provocado que la ciudad no se observe distinta, es decir, como una ciudad en auge en el sentido social y urbano.
Tal vez el visualizar una ciudad perfecta y con una alto perfil urbano, sean los sueños guajiros de miles de igualtecos, sin embargo se debe continuar insistiendo en darle a la ciudad un perfil diferente. Por ello, estábamos esperando,  a propósito del nuevo alcalde municipal que su discurso muestre si tiene sensibilidad al tema, pero no, Herón Delgado es más de lo mismo.
Para que una ciudad funcione y sus habitantes sientan su calidez y eficiencia, debe estar ligado a las personas, a funcionarios con capacidad de resolver problemas, esos problemas que cualquier ciudadano común conoce, pero ante la falta de voluntad y profesionalismo político, no se han logrado resolver. Las políticas públicas en ocasiones no son conocidas por la ciudadanía, fomentando ese divorcio entre gobernados y gobernantes. Creo que uno de los aspectos negativos de la administración saliente de esta ciudad, fue ignorar los clamores sociales, propio de una cultura política autoritaria y trasnochada.
Es importante señalar que los igualtecos no elegimos a Herón Delgado para un cargo público, debido a que en este país no se elige a los suplentes, ya que éstos son igual a cero, más en la cuestión de alcaldes, donde casi siempre la autoridad estatal obliga al suplente, por cualquier medio, a renunciar a sus derechos. Por ello, la sociedad no depositó en Herón Delgado su confianza. Así que en adelante, nuestro futuro gobernante deberá tratar de  ganar esa confianza no depositada, ejerciendo su función con base en los valores, principios y virtudes que tengan por objeto el bien común.
La fortaleza de una sociedad bien gobernada, radica en la permanencia de estas virtudes. La virtud tiene un eco que se escucha de la boca de los ciudadanos.
En esta ocasión, el suplente forma parte de un grupo selecto del gobernador Astudillo, ya que lo apoyó sin reservas, previa autorización de René Juárez, con dinero de los Servicios Estatales de Salud en su campaña fallida por ser gobernador. Por ello, el suplente tuvo todo el apoyo. La decisión está tomada y la perseverancia de los hechos dará como resultado la consecuencia de una sociedad descontenta o feliz.
“A ver cómo nos va con éste”, se comentan entre sí,  diversos grupos de personas, aunque la desesperanza en ver mejorada la calidad de vida, les impide visualizar la esperanza de un verdadero cambio.
Podríamos haber dicho que tendríamos un nuevo gobierno, debido a que Herón no es lo mismo que Esteban y viceversa, pero no. Seguirá lo mismo, así lo declaró Delgado Castañeda. Hubiera sido importante que en el gobierno de Herón hubiese preponderado el género de vida que sus gobernados exigen y merecen para asegurarse de que lo que es bueno para uno, lo es para todos, pero no, dice que la seguridad en la ciudad es inmejorable.
Esperamos que no sea pasajero el viaje que está emprendiendo, que tenga coraje para cumplir las promesas del que se va, ya que dichas promesas abrieron una fuerza que dio vida a nuevas esperanzas. Que el fin de su gobierno no sea hacer daño a los que no piensan como priistas.
Esperamos que las causas externas queden a un lado para dar paso al exterminio de las viejas rivalidades y poner en cauce el arbitrio del sentido común para manifestar la verdadera esencia de Herón Delgado como ser humano, ya que debe recordar que no se puede planear el futuro en el pasado, sino en el presente.
Algo Más…
Las primeras declaraciones de Herón Delgado, además de la solicitud de Esteban Albarrán al gobernador Astudillo de que no se cambiara a ninguno de sus colaboradores, así como la certeza de que Herón Delgado era el asesor principal de Albarrán, nos hace estar ante un cambio sin cambios; o sea Delgado Castañeda sólo llega administrar, no a  gobernar, cuyo concepto implica que debe formar el cuerpo policiaco del municipio a la brevedad para contener la violencia, generar, en conjunto con el gobernador, condiciones de empleo y administrar con probidad los recursos del municipio para modificar la desastrosa. Debe ser una condición inherente a su deseo de llegar como gobernante que se terminen los moches, como el de la constructora que hará parte de los trabajos de sustitución de tubería de fierro con más de 70 años de antigüedad en calles del centro, empresa cuyos dueños tienen como una característica ser amigos de Pérez Niño. Seguramente acabando el sexenio de Astudillo o antes desaparecen del mapa, como las de Duarte en Veracruz. Que los agentes de Tránsito se dediquen agilizar el tráfico apoyando a los ciudadanos  de a pie en los cruceros, que dejen de asaltar, que prohíba y publique con grandes mantas en las entradas de la ciudad, que de ninguna manera se dejen extorsionar y cometan sobornos al pagarle a los asaltantes en motocicleta. Que arregle e ilumine las calles, los ciudadanos ya estamos contribuyendo de más al pagar cada bimestre a CFE el ilegal 13% del total del consumo del hogar o negocio.
 Y como tengo el permiso para escribir por la Constitución, agrego que ya basta de palabrería. A los gobernantes se les juzga por sus hechos, no por sus palabrerías. Es sensato recordar, también, que el pez por la boca muere. Menos promesas y más acciones, más parece que están en campaña, ésta ya quedó atrás. Hoy es el momento de los resultados.
Por ello, retomando las primeras declaraciones de Herón Delgado, si con esos bueyes va arar, ninguna cosecha obtendrá.
CCCXLIV.- Ya se fue Esteban Albarrán al Senado. Seguramente subirá dos o tres veces a tribuna, para defender al PRI y las políticas de Peña Nieto. Espero que no quiera opinar sobre la transparencia y el desarrollo. No tendría la calidad moral; menos sobre el mando mixto policial, puesto que nunca se atrevió a hacer nada al respecto.

Espero que Delgado Castañeda nombre como la Ley mandata al encargado de la Transparencia y dé a conocer lo que la Ley 207 le obliga. No tengo la certeza que tenga la voluntad de hacerlo, como buen priista está para proteger a su jefe el Gobernador y al que le dejó el puesto.