Abrevando
José Antonio Lavín Reyna
“Ten mucho cuidado de aquellos que te vendan sus
propias creencias, pues están obstaculizando tu propio descubrimiento de la
vida”: Anthony de Melo.
La avaricia
Por costumbre me gusta leer columnas publicadas en las páginas
digitales de diarios regionales y nacionales, por el título y autor,
empecé a leer la del párroco Heziquio Treviño, me adentre en su lectura y
vaya la sorpresa, no era referencia toral del aspecto religioso, sino que
plasma la realidad cotidiana de nuestro entorno, debido a ello, me permito
tomar parte de ella: “Por estos días los medios nos han dado a conocer la
danza de millones y millones que giran en torno a la gestión política; venimos
a saber, incluso, lo que ha costado cada voto, los sueldos y prebendas de los
actores en el ámbito político, el costo, no solo económico sino social, del
sindicalismo y un largo etcétera en este rubro. Pareciera una búsqueda febril
de dinero y más dinero, lo más fácil posible. Y frente a esto una pobreza
evidente oculta solo, tal pareciera, para el discurso oficial”.
“Y hay que cuadrar los números. Primero Riva Palacio y después en El
País nos alertan de que el cambio de director en el INEGI tiene la finalidad de
cuadrar los números, de darnos unas cifras alegres según las cuales la pobreza
ha sido, prácticamente, abatida. Mediante un puente aéreo diseñado por Meade
fueron atendidos el 90 por ciento de las comunidades oaxaqueñas hambreadas por
el bloqueo de los llamados maestros. Tal puente sería una envidia para los
mejores ejércitos en zonas de guerra. “El vicepresidente de la Junta Directiva,
Félix Vélez, admitió que en la institución ha sabido siempre de esta laguna de
imprecisión en los datos sobre los ingresos de los mexicanos, pero decidieron
corregirla cuando notaron que la disparidad entre sus números y los de las
Cuentas Nacionales era demasiado grande”. Hay que cuadrar los números. Hay
elecciones en puerta. Obviamente, se han disparado las protestas en Conaval”.
“El nuevo presidente de un partido nacional, declara un patrimonio de
más de dos millones de dólares. Enrique Ochoa presenta en su declaración de
transparencia unos ingresos anuales de 190,000 dólares, tres inmuebles, una
colección de arte y una flota de 50 coches. Ambos personajes son del club de
Videgaray. Hechos como éste, dadas las circunstancias, cancelan el efecto que
pudo haber tenido el arrepentimiento del Presidente, para mí, por lo demás,
innecesario. Hay mucha pobreza en México, hay mucho dolor acumulado, hay
demasiado “mal humor”; y esto ya quedó de manifiesto”.
“Creyentes o no, la Biblia es el libro que conoce mejor que nadie la
naturaleza humana, al hombre. Jeremías (s. V a.C.) decía: “¡Qué abismo tan
profundo es el corazón humano! ¿Quién podrá comprenderlo?”. En ella, la
avaricia es considerada un terrible pecado porque somete al hombre a un error
de perspectiva fatal. La vida, lo más valioso, no depende de los bienes que
tengas. Vivir para acumular millones, caiga quien caiga, no es un buen objetivo
de vida. Basta con observar cómo engordan y crecen las grandes corporaciones.
Ellos son los que dicen: “Mi trabajo es ganar dinero, el más listo es el que
más gana; hay que inventar trampas para ganar más. ¿Por qué me voy a regular?”.
“En la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, decía
Gandhi, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos”. La avaricia
está detrás de los grandes y profundos desequilibrios de nuestro tiempo. La
avaricia es la esterilización del dinero y, si Dios no lo remedia, el próximo
presidente de EEUU será un perfecto ejemplar del avaro”.
“La Biblia no condena la previsión, el orden, el cuidado que debemos
tener con las cosas que Dios nos da. Pero nos advierte severamente de no entregarles
el corazón. “Los hombres no son más que un soplo, / los nobles son apariencia:
/ todos juntos en la balanza subirían / más leves que un soplo. / No confiéis
en la opresión, / no pongáis ilusiones en el robo; / y aunque crezcan vuestras
riquezas, / no les deis el corazón. (Sal. 62). Y esto porque “nadie vivirá sin
bajar a la tumba y sus riquezas no bajarán con él”. “Hay quien se afana
trabajando toda su vida y luego tiene que dejar sus riquezas a otro. Esto
también es vanidad”.
La avaricia consiste en darle al dinero más importancia de la que tiene. Convertir un medio en un fin. El dinero no es más que dinero, por eso es considerado un pecado capital (capital deriva de cáput = cabeza), porque de él derivan muchísimos pecados más. Los pecados capitales son como bombas de racimo, como granadas de fragmentación, por ello, el texto sagrado advierte severamente sobre este pecado. Detrás de nuestra desgracia no están simples errores, cálculos mal hechos, fatalismos, sino la simple avaricia humana.
Hay un texto hermoso que nos legó el Carpintero de Nazaret. Es una bella alegoría. Patrimonio de la humanidad, todos la conocemos. Un rico terrateniente obtuvo una gran cosecha y se dijo: ¿dónde voy a almacenar tanta cosecha? Ya sé lo que voy a hacer; derribaré los graneros y haré otros más grandes, ahí guardaré todos mis bienes y entonces podré decirme: tienes bienes asegurados para muchos años: recuéstate, come, bebe y date la buena vida. Pero Dios le dijo: Insensato, esta misma noche te van a reclamar la vida. Lo que has acumulado, ¿para quién será? (cf. Lc. 12, 13-21)”.
La avaricia consiste en darle al dinero más importancia de la que tiene. Convertir un medio en un fin. El dinero no es más que dinero, por eso es considerado un pecado capital (capital deriva de cáput = cabeza), porque de él derivan muchísimos pecados más. Los pecados capitales son como bombas de racimo, como granadas de fragmentación, por ello, el texto sagrado advierte severamente sobre este pecado. Detrás de nuestra desgracia no están simples errores, cálculos mal hechos, fatalismos, sino la simple avaricia humana.
Hay un texto hermoso que nos legó el Carpintero de Nazaret. Es una bella alegoría. Patrimonio de la humanidad, todos la conocemos. Un rico terrateniente obtuvo una gran cosecha y se dijo: ¿dónde voy a almacenar tanta cosecha? Ya sé lo que voy a hacer; derribaré los graneros y haré otros más grandes, ahí guardaré todos mis bienes y entonces podré decirme: tienes bienes asegurados para muchos años: recuéstate, come, bebe y date la buena vida. Pero Dios le dijo: Insensato, esta misma noche te van a reclamar la vida. Lo que has acumulado, ¿para quién será? (cf. Lc. 12, 13-21)”.
“La narración de un ejemplo presenta gráficamente lo que se ha
expresado con la sentencia: la vida no se asegura con los bienes. El rico
labrador revela su ideal de vida en el diálogo que entabla consigo mismo: vivir
es disfrutar de la vida: comer, beber y pasarla bien; vivir es disponer de una
larga vida: para muchos años; vivir es tener una vida asegurada: ahora
descansa. ¡Ética del bienestar! ¿Cómo puede alcanzarse este ideal de vida?
Almacenaré: hay que asegurar el porvenir. Varían las formas de esta seguridad.
El labrador edifica graneros. El hombre moderno, el hombre de negocios, ¿qué
métodos de seguridad emplea? La economía de este labrador no tiene otro sentido
que el de asegurar la propia vida. Los métodos pueden variar, la actitud es la
misma. Aquel labrador afortunado le apuesta a la carta equivocada”. Hasta aquí,
esta columna, donde expresa grandes verdades.
Algo Más.
Usted conocerá en su comunidad a los políticos y personajes que representan
a plenitud la avaricia, por la que persiguen los puestos públicos, sin importar
que sean humillados, eso no importa, importa ser funcionario y gozar de los
bienes ilícitos o lícitos del servicio público, importa tener poder, aunque
también existen empresarios de la maquila que explotan a sus trabajadores,
imbuidos por la avaricia.
CCCXXVIII.- Ahora resulta que solo interconectaran las líneas
viejas y obsoletas de agua potable a través de tubos de 4”, 3” y 2”, a pozos
que según ellos son una panacea, cuando en realidad, los tres mencionados no
aportaran más de 25 litros por segundo adicionales a la ciudad. O sea, sin
mediar licitación alguna, menos un plan de infraestructura que asegure mayor
flujo, se derrochan 26 millones de pesos, puestos por la federación y el
Estado. Ahora que vino el gobernador, las fuerzas vivas del comercio, le
hubieran solicitado su intervención para lograr un descuento en la caseta de
Iguala. Hasta la fecha, nuestra autoridad municipal no cumple con la
Transparencia que la Ley 207 del Estado le obligo. Que podemos esperar de ella.