LECTURA POLÍTICA

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Pioquinto: el escándalo para alcanzar poder

Noé Mondragón Norato

 

Polémico, el empresario Pioquinto Damián Huato, volvió a la senda del escándalo, cuyos altos decibeles alcanzados le están dando resultados. Y es que, a estas alturas, ya no puede ocultar las verdaderas intenciones que persigue tras esa evidente manía por acaparar los reflectores mediáticos en los últimos meses: su pretensión por convertirse en candidato a la presidencia municipal de Chilpancingo, buscando el apuntalamiento de su antiguo partido político, el PRI. Curiosamente, el mismo al que ataca con el actual edil tricolor Mario Moreno Arcos, despachando en dicha alcaldía. Basta ubicar su movilidad para entender que, más que buscar atacar a los grupos delictivos y a ciertos personajes del poder público, Pioquinto quiere en realidad, regresar al poder.

EL ESCÁNDALO COMO COARTADA.- A finales de enero de este año, el empresario y dirigente local de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) fue atacado a balazos por un grupo de sujetos armados en la Autopista del Sol. En ese altercado falleció su nuera Laura Rosas Brito. Y su hijo Walter resultó herido. De ahí se desprende la forma de cómo inicio a utilizar el escándalo para fines políticos y de poder. 1.- Pioquinto venía de una reunió en El Ocotito donde estuvo presente el alcalde Mario Moreno, con quien se ensañó acusándolo de proteger al grupo delictivo de Los Rojos. Y esa fue precisamente su coartada, para responsabilizar del atentado al alcalde priísta. Nunca se ha comprobado la conexión y protección que Moreno Arcos presumiblemente, brinda a dicho grupo delictivo. Pero el ataque a balazos le sirvió a Pioquinto para cuando menos tres cosas: victimizarse y presionar para que el gobierno estatal le proporcionara una custodia policiaca –algo que está fuera de la ley porque el gobierno estatal tendría también que asignársela a cada ciudadano guerrerense-; jalar algunas simpatías ciudadanas a su favor; y finalmente, alcanzar un posicionamiento político con fines de poder. Justo como ya está ocurriendo. 2.- Tras asumir y evaluar que su vida corría peligro en Chilpancingo, el empresario y ex secretario de educación y ex diputado federal, decidió partir hacia Cuba. El auto exilio duró apenas unas semanas. Porque Pioquinto entendió que, si quería convertirse en candidato del PRI a la alcaldía de la capital, su misión debía seguir en la misma ruta: la del escándalo. Y es justamente ahí donde se instaló de inmediato. 3.- Al llegar a la capital, Pioquinto todavía le atizó con fines de golpeteo político, al edil Moreno Arcos. Pero comprendió que era un asunto que ya no le resultaba rentable, dada la imposibilidad de comprobar con hechos, sus temerarias versiones. Fue entonces cuando decidió regresar la vista a la coyuntura que se abría: la que instaló al ex gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, como el presumible autor intelectual del atentado a balazos que le costó la vida al líder perredista, Armando Chavarría Barrera. 4.- En un acto de visible contradicción con el arrojo y la valentía mostrada con la acusación que le hizo al edil capitalino, y las consecuencias de exponerse a los ajustes de cuentas de la delincuencia organizada; esta vez Pioquinto señaló en una declaración ministerial ante la PGR y a destiempo, al ex gobernador Torreblanca Galindo como el autor intelectual de ese proditorio homicidio. Es decir, se sumó de facto, al clima de linchamiento contra el ex mandatario estatal perredista. Y todo con el fin de que los medios de comunicación no le perdieran la pista a su figura. 5.- Lo que destaca de esta declaración de Pioquinto Damián, abanica en dos frentes. Primero, pudo haberla rendido en los días siguientes al homicidio de Chavarría. No lo hizo. Porque carecía de una coyuntura de poder para que creciera y se posicionara exitosamente en una pelea electoral. O quizás, por temor a una eventual represalia del ex gobernador. En segundo término, en su versión ante la PGR, sacó de las pesquisas al ex titular de la AGE, Ignacio Rendón Romero. No tanto porque Chavarría presumiblemente, no se lo mencionara, sino porque hoy en esa dependencia despacha su sobrino directo, Alfonso Damián Peralta. Y representa esa una forma de blindarlo ante futuras acusaciones de corrupción, venta de auditorías y otras complicidades. Lo único cierto es que Pioquinto explota esta vez, el escándalo como forma de alcanzar poder. Ya admitió incluso, su pretensión de ir a la competencia por la alcaldía. Pero el reloj político tiene todavía, mucha cuerda que jalar.

HOJEADAS DE PÁGINAS…Como la cultura política tricolor privilegia los encriptamientos, el dirigente estatal del PRI, Cuauhtémoc Salgado Romero, advierte que la elección del 7 de junio de 2015 podría ser inoculada por la delincuencia organizada y algunos aspirantes a ediles “ya han cedido a esa presión”. Lo único malo es que el dirigente priísta no dice quiénes son y si aun pendiendo esa amenaza contra ellos, podrán participar en esa elección. El secreto como instrumento del temor y la complicidad.  

dragonato@hotmail.com