opinión

“CISCO”

Por: Carmelo Corripio Pineda “El Búho”

 

Cisco, alto, rico, intrépido, inteligente, de chico sobrevivió a un diluvio de arena que sepultó a cientos de vidas, cuando los moros conquistan la fortaleza de “Main”, reducto español incendiada, las llamas devoraron todo vestigio de vida sobre la llanura de Main, que se extendía a varios kilómetros defendida por el ejército imperial. La devastación se convirtió en cisco, de ahí el sobrenombre a Fermín Massino “Cisco”; uno de los defensores que salvó la vida ante el embate enemigo.  Otros sucesos parecidos en su vida, empezaron a atraerle su fama y a tejer su aureola “de suerte”, esa presencia invisible que como guardián lo protegía, fenómeno que va más allá del control de uno, sin importar la voluntad propia, la intención o resultado deseado. El pueblo juzgó mejor con el destino de “Cisco”, decían que era imposible cambiar su naturaleza, que siempre estaría en riesgo, y por lo tanto su destino estaba prefijado desde su nacimiento. Y no podía ser modificado de ninguna manera, porque era una obra de Dios. Por tanto los acontecimientos ocurren en diferentes lugares y tiempos distintos y se convierten en una red de posibilidades porque los sucesos presentes derivan de los pasados y los futuros.

El 9 de marzo de 1895, hace exactamente 119 años, “El Reina” crucero de la Armada Española, zarpó de Cádiz hacia Tanger en una misión diplomática, para devolver la Embajada al Sultán de Marruecos y continuar en paz, las relaciones comerciales, productivas para ambos países; El Capitán del Navío era Fermin Massino “cisco”, quien ascendió por méritos propios al cargo, sería su última misión; Ese día  amaneció con fuertes vientos, cielo muy nublado, con mar picado, al penetrar al estrecho de “Gibraltar” las aguas empezaron a enfurecerse haciendo girar a la enorme nave como una cascara de nuez, sin control alguno y dando bandazos, bajo un torrencial aguacero, cubierto el firmamentos de relámpagos y truenos; en el que naufrago.

Los siguientes días se emprendió la búsqueda con la esperanza de encontrarlo resguardado en algún puerto africano, pero la desaparición se confirmó días después, al encontrarse en las playas de “Tarifas y Algiciras”, algunos restos del naufragio; Sus 420 tripulantes desaparecieron, ni “cisco”, ni ningún otro se encontró; Ese fue el resultado de la búsqueda que duro semanas ante el reclamo constante de los familiares de las víctimas, cerrándose el caso como uno de los naufragios más costosos de los españoles.  

Pero la suerte y el destino de “Cisco” no se habían cerrado, asido a un tronco de mástil, una corriente vertiginosa surcó como torpedo las embravecidas aguas y lo fue a depositar a una isla, desconocida para él, y para el mapa de la navegación; Era un paraíso, se adentró en ella, comiendo frutos, y sorteando corrientes de aguas cristalinas, aves de colores y árboles del plioceno, encontró una loma con vegetación alucinante, en lo más alto vio un valle verde, a su derecha un estanque de aguas transparentes y la sorpresa que lo inmovilizó era una mujer casi de la altura de el: “Comenzó a desnudarse “, rápidamente se desprendió de su falda y luego de las demás prendas. Después, desnuda, blanca y deslumbrante entro en el agua, estremeciéndose un poco a su fresco contacto. Se puso a chapotear cerca de la orilla, produciendo en torno suyas aguas blancas y espumosas. Se acostó en el agua, que no era profunda, de tal forma que solo sobresalía su cabeza, y su gran pelo negro flotaba sobre la superficie. Luego empezó a dar vueltas, lentamente sobre el agua, cuando lo hacía emergía por un instante, un hombro o una rodilla, de una blancura  entramada, en dos ocasiones al flotar dejo ver el musculo púbico, impulsado por el rítmico movimiento de las caderas, era una maraña oscura cuyas sedas negras lograban salir a la superficie, el agua las agitaba, ni el juego arriba de dos aves desvió su concentración; Ella integrada a la naturaleza, como la montaña o el valle, se deslizaba  sobre el cristal del agua.

Dentro de él “Cisco” recibió el impacto dirigido al centro nervioso, temblaba, en su interior la “presión atmosférica absoluta” ocasionada por el baño químico desencadenado por su cerebro, creyó ver el resplandor de fuegos artificiales, como en una feria, luego se convulsiono, se oscureció y rodo por la pendiente inconsciente hasta cerca de la fuente, donde Liria alarmada lo atendió, totalmente desnuda, poco a poco reacciono al alejarse los efectos tóxicos de lo que había visto, al mirarse a los ojos ambos sonrieron, el nunca regreso a su mundo, su historia se supo después cuando una botella perfectamente sellada fue encontrada en altamar, cerca de las Islas Andaman en el Océano Indico. Con el contenido sucinto de su vida.

 

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