LECTURA POLÍTICA
Noé
Mondragón Norato
Añorve: factor
de división en el PRI
Está visto que Manuel Añorve Baños, dejó de ser un
factor de unidad al interior del PRI. Y mandó señales
políticas muy claras en el sentido de que podría ocurrir lo mismo en
la renovación de la dirigencia estatal del partido tricolor, prevista para
fines de este mes. Es decir, agandallarla para su
grupo político. Con la construcción anticipada, de escenarios
electoralesnefastos para dicho partido. Porque a la toma de
protesta de Fermín Alvarado Arroyo, como delegado especial del PRI, con
funciones de presidente del Comité Directivo Municipal en Acapulco, no
asistieron dos personajes clave en el tablero de la
disputa tricolor por la alcaldía de Acapulco para la elección de julio
de 2018: el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer. Y el ex gobernador y
actual senador de la república, René Juárez Cisneros. Hay que ir por partes
para entenderlo mejor.
AÑORVE: MENSAJES
DE DISCORDIA.- Si se mira bien,
en la elección local del 5 de octubre de 2008, el priísta
Manuel Añorve, logró arrebatarle al PRD la alcaldía de Acapulco, que éste
último partido había gobernado por tres periodos consecutivos. Las
razones del triunfo añorvista se ligaron a cuando menos dos
escenarios: el cansancio natural de los ciudadanos porteños hacia el
PRD que no dio los resultados esperados. Y por el otro
lado, el arropamiento de los grupos tricolores hacia
la candidatura del también ex diputado federal, que convergieron hacia un mismo
objetivo de poder, tanto a los grupos aguirrista y figueroísta.
Hoy las cosas cambiaron radicalmente. Y de ahí se lee lo demás: 1.- A
los hombres en el poder, se les utiliza y se les desecha. Esa
parece ser otra vez, la pretensión del ex secretario de Operación Política del
CEN del PRI. Porque Fermín Alvarado le sirvió de carnada política en
la elección de julio de 2012. Es decir, como candidato del
PRI-PVEM a la alcaldía porteña, fue el receptor natural de las
corruptelas e irregularidades del propio Añorve. Todas
ellas ventiladas públicamente. Y como consecuencia de ellas, no pudo retener para
el partido tricolor dicha comuna. Pero elmensaje político de
fondo fue muy evidente: al ser Fermín, miembro activo del grupo
liderado por el ex gobernador Rubén Figueroa, le dio literalmente un
portazo en el rostro al figueroísmo. Mandó señales
claras de que Acapulco era su territorio.Y Fermín tuvo que rumiar
su derrota. 2.- La elección del 7 de junio de 2015 tuvo
ese mismo matiz. Es decir, el candidato tricolor, Marco Antonio Terán Porcayo, tampoco
pudo ganar la alcaldía de Acapulco, pese a que el
efecto negativo Añorve,ya había pasado. Lo absorbió, no sin sustraerse
al escándalo, el emecista Luis Walton Aburto. Ahí ocurrió un
factor que fue clave en la derrota: Terán Porcayo pertenece al
grupo político del senador priísta, René Juárez Cisneros. Se entiende que si
ganaba esa elección, se convertiría en una amenaza para
los intereses políticos de Manuel Añorve, en la coyuntura de la elección de
senador de julio de 2018. Y en la candidatura a la alcaldía porteña, su
territorio. Por eso, Añorve decidió que el PVEM –un
partido donde tiene amplia influencia política- no fuera en coalición
electoral con el PRI. La derrota fue de trámite. 3.- Finalmente,
a la toma de protesta de Fermín Alvarado, acudió puro añorvista:
Ricardo Taja Ramírez, Samuel Reséndiz, Rosaura Rodríguez, Julieta Fernández
–esposa de Añorve-, todos los regidores de la comuna afines a ese grupo y el
propio delegado especial con funciones de dirigente estatal del PRI, José
Parcero López. El punto sin embargo, perturba: ¿Podrá Fermín Alvarado, surcar
para lograr encaramarse por segunda ocasión, como candidato del PRI a la
alcaldía de Acapulco? ¿O asumirá otra vez la triste condición de carnada
política de Añorve, para que éste empuje a su esposa como
candidata? De cualquiera de las dos formas, el grupo añorvista irá
solo a la elección de 2018. Porque Añorve es
ya, factor político de discordia en Acapulco. Y amenaza con extenderla. Con
el único apoyo político del gobernador Héctor Astudillo,su previsible final,
es la derrota electoral. Y si no, al tiempo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Como en tempestades climatológicas anteriores, el
gobierno estatal se limitó a ser vocero de la estadística de la
desgracia. Pero no actuó con rapidez ni precisión en
la contingencia. La peor maldición para todos los guerrerenses, es que el
gobernador Héctor Astudillo, se encuentra rodeado de puros
incompetentes. Y así, ni pa´tras ni pa´delante.