TUMBANDO CAÑA
Juan Antelmo
García Castro
Carta
al senador electo Félix Salgado Macedonio
Recibí en mi correo
una interesante misiva enviada por el apreciado y vertical Maestro Humberto
Santos Bautista al controvertido Senador electo, Félix Salgado Macedonio, de la
que difundo algunos párrafos por motivo de espacio: “Me permito responder a su
invitación para debatir el tema educativo, el cual usted pretende reducir a “un
foro universitario” para hablar de “los rechazados. La venta de fichas para
ingresos en medicina de Acapulco, la falta de preparatorias en comunidades
grandes y marginadas. La Universidad Autónoma de Guerrero y la lucha social.
Etcétera. El tema
que gustes”. Su propuesta solo confirma que en realidad, usted no tiene la más
mínima idea del problema educativo y, específicamente, de lo qué pasa con la
educación de Guerrero. Entiendo que usted confunde escolarizar con educar. Por
supuesto, eso no debiera extrañar a nadie, porque usted es político y no es
educador. Para entender el problema educativo, hay que conocer la escuela desde
adentro. La otra cuestión que me llama la atención, es su afirmación de que va
a gestionar recursos para “mi querida UAGro”. (así lo escribe y quiero pensar
que es por afecto y no por espíritu patrimonial), porque yo -como simple
ciudadano-, voté convencido de la imperiosa necesidad que tenemos de
transformar la Republica, y avanzar hacia “un cambio verdadero”, para poder
“hacer historia”; lo cual implica que usted -y sus colegas electos
para diputados y senadores por Guerrero- tenga claridad en el mandato que le
confirió el pueblo con su voto: no elegimos a un gestor (o a gestores) sino a
legisladores que se supone que tienen capacidad para diseñar políticas públicas
de estado, que den respuesta a los problemas emergentes de Guerrero y del país:
la pobreza, la brutal desigualdad, los migrantes, la violencia, la inseguridad,
la corrupción, la impunidad, los migrantes, las mujeres, los jóvenes, y por
supuesto, la educación, entre otros. Mi formación como educador, me ha
convencido, que si alguna salida tenemos a los grandes problemas nacionales,
esta pasa -sin ninguna duda- por la cultura y por la educación. Por supuesto, y
lo reitero, educar no consiste en escolarizar -y según se ve, es la concepción
que usted asume- y la cultura no puede reducirse al mero folklore. Por esa
visión, se ha empobrecido y se ha deteriorado la gran reserva cultural de los
pueblos indígenas de Guerrero, por ejemplo (el concepto de “pueblos indígenas”
es el que está vigente en el Convenio 169 de la OIT). Por eso, me parece
importante abrir un debate en serio sobre la problemática educativa, siempre y
cuando, en la agenda se incluyan los temas de fondo para no quedarse en la
superficialidad a la que los políticos están acostumbrados, y desde esa
comodidad burocrática, terminar por no resolver nada. Se trata de que todos
tengamos que aprender algo de este debate y que los políticos -la clase
política en su conjunto- entiendan que “la política es el arte de lo posible;
más allá de lo posible, comienza la improvisación.” (M. Gorbachev, “La
Perestroika”), y que los ciudadanos -que son lo más valioso que tiene un país-
ya no estamos para improvisaciones y ocurrencias, por lo que tendremos también
que aprender a traer a quienes nos representen en el gobierno -a nuestros
empleados-, como recomendó el recién presidente electo, “a mecate corto”. Así
que, para no perder el tiempo y si de verdad tiene usted interés genuino en
debatir el tema de la educación, le propongo la siguiente agenda: 1. Los fines
de la educación en este nuevo gobierno y la propuesta de los legisladores para
resolver el corazón de la problemática educativa, que siempre queda excluido de
los proyectos de reforma a la educación, esto es, el rezago educativo. Si no
hay un proyecto claro del tipo de hombre y mujer que se pretende formar, ni del
tipo de sociedad a la que se aspira, toda propuesta está condenada al
fracaso. 2. Que hacemos con la educación de Guerrero? (Parte de los
costos del rezago educativo en nuestro estado -usted lo sabe- es la subcultura
del cacicazgo, que se traduce en las formas de la organización política del
poder, que todavía prevalecen y que no hemos podido trascender ni siquiera en
las propias estructuras educativas). 3. Cómo se piensa resolver la desigualdad
en los marcos del mismo paradigma (llámese neoliberalismo o “capitalismo
salvaje”) si está probado que el paradigma no derrota al paradigma, es decir,
cómo se pretende combatir la desigualdad sin trascender los marcos de un
sistema que está diseñado para producir eficiencia pero no equidad