PATADAS BAJO LA MESA


Moisés Ocampo Román

Estoy hincado ante la imagen San Metemeleo el grande (chín, creo me “alburee” yo solo) para limpiar mis pecados de mente, cuerpo y alma. Y bueno, así como ustedes se confiesan con el padre, yo me quiero confesar con ustedes lectores cautivos, les tengo más confianza a ustedes, me cae.
Luego entonces, confieso que me da gusto que maten a los soldados, policías y políticos. La verdad no sé por qué me agrada, y por eso mismo me doy golpes de pecho y pido casi la absolución de mi gusto y alegría. Creo que he llegado a curar mis pecados.
La muerte de los candidatos y los ediles en Guerrero ha dado mucho de qué hablar, pero lamentable como todos los casos de homicidios de esa índole no hay culpables, parece ser que se disparan solas las armas.
La última muerte fue de un candidato que pidió permiso como alcalde para buscar la diputación local, y se quedó sin nada. Cierto es que esta familia de cuatro hermanos siempre están en la jugada política. De hecho se menciona a Érit Montúfar como el próximo fiscal de Guerrero, uno de los hermanos del asesinado en Coyuca de Catalán, quien éste ya fue director de la PIM en Guerrero, y su otro hermano actualmente es delegado de PROFECO en el estado.
Me levanté de estar hincado, y sentí que la imagen se estaba riendo de mí, porque también le conté que ando con dos viejas casadas y una solterona y… ¿no me creyó? Bueno, la verdad ando con una sola, pero es divorciada. Bueno, ya. Sí es casada y su marido es periodista.
En eso el padre se acerca a mí y me da una palmadita en la espalda: “de chismoso otra vez”. Me molestó su actitud de ese sacerdote y le contesté: “ándele pues, voy a escribir que usted anda con doña Mine he…”. Sólo sonrió y se fue, no sin antes decirme: “el pez por su boca muere, y yo no ando con mujeres casadas”.
Después de la alegría que me da que mis pecados quedaron saldados para empezar otros, y además que mi alma quedó limpia por darme alegría la muerte de los políticos.