LECTURA POLITICA


LECTURA POLITICA
Noé Mondragón Norato

Las adquisiciones políticas que restan

Son adhesiones fincadas en intereses personales. Ninguna de ellas le abonó, históricamente, al proceso democrático. Nunca lo han hecho. Pero a través de esos simbolismos, los candidatos a cargos de elección que se sienten perdidos, buscan enviar cuando menos dos mensajes concretos: que cuentan con el dinero suficiente para seducir voluntades políticas frágiles. Y una señal de fuerza hacia sus adversarios. Pero sobre todo, a la ciudadanía. Es literalmente, una forma de meterle miedo a los votantes. La fórmula funcionó durante muchos años. Sobre todo, durante el esplendor del reinado priísta. Pero como muchas rémoras, ha quedado descontinuada. Hay que asomarse a su contexto para comprenderlas mejor.
SUMAS POLÍTICAS QUE RESTAN.- Adquirir mercancías políticas, es parte inherente a la vieja cultura del soborno y el acuerdo político soterrado. En Guerrero, ha sido muy socorrida en los últimos procesos electorales. Y el actual no escapa a su cooptadora dinámica. Se lee así: 1.- En Acapulco, los candidatos del PRI al Senado, Manuel Añorve Baños y a la alcaldía de ese puerto, Ricardo Taja Ramírez, están enfocados en adquirir la mayor cantidad posible de personajes ligados a la oposición. Sobre todo, del PRD, el partido que gobierna dicho municipio. La intención es obvia: restarle simpatías y adherentes al partido del sol azteca. Así, Añorve sumó a su causa varios dirigentes perredistas de colonias, que son la esencia de la estructura del voto corporativo tricolor. Se entiende que son ellos los encargados de convencer a los sectores más empobrecidos y marginados, de orientar el voto a favor del PRI. Así funciona el mecanismo de sumar. El punto es que muchos de esos líderes ya dejaron de ser rentables. El votante entendió que, como lo han hecho los políticos reiteradamente, sus representantes de colonias se burlaban de él. Y ahora en vez de sumar, restan. El único impacto que les queda por explotar, es el ruido mediático. Como lo hizo con el neoperredista David Jiménez Rumbo, cuya adquisición le resultó contraproducente. Por ese camino intentan regresar a una contienda electoral que saben y sienten perdida. 2.- En el plano nacional, el candidato del PRI a la presidencia, José Antonio Meade, sumó a su causa a dos personajes: el gobernador perredista de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo. Y al senador perredista y hoy independiente, Armando Ríos Piter. Del primero trasciende, proyectaría un fuerte desvío de recursos que ya había tocado fondo en la Auditoria Superior de la Federación (ASF). Y en la propia Secretaría de Hacienda. Del segundo, había la promesa de convertirlo eventualmente, en candidato al gobierno de la Ciudad de México. O ya en la repesca, al de Guerrero. El punto es que ninguna de esas adquisiciones políticas sirvió para sacar del tercer lugar en las encuestas, al propio Meade. En vez de sumar, restó. En Acapulco y presa de su desesperación por su voto a favor del gasolinazo que lo tiene contra las cuerdas, Ricardo Taja, acaba de hacer una adquisición que intentó vender ruidosamente como logro. Pero se convirtió en fracaso: la del panista Jorge Camacho Peñaloza, ex vocero de Margarita Zavala, la presidenciable independiente que terminó bajándose del ring. Camacho siguió los pasos de Ríos Piter, pero en un plano diminuto. Y no tiene nada que ofertar. Es decir, su plusvalía como político enfocado al mejoramiento de la práctica democrática, nunca ha sido lo suyo. Es más bien, la suma de un personaje caído de la gracia del zeferinismo, del panismo y del zavalismo, refugiado angustiosamente y como último recurso de sobrevivencia política, en los brazos de un PRI decadente. A Taja se le está rajando el escenario. Proyecta grietas cada vez más grandes. Pero al igual que Añorve, sigue adquiriendo desesperado, personajes sin peso político real. Aunque le resten en vez de sumar.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Con el fin de justificar una chamba que no ha hecho nada bien, el titular de la Fepade, Roberto Rodríguez Saldaña, investigará a dos maestros de la UAGro que presuntamente, están pidiendo las credenciales de elector a sus alumnos. ¿Y las compras del voto y de credenciales que ya pusieron en marcha algunos partidos políticos? ¿Y los gastos excesivos en las campañas políticas? Roberto se engaña solo.