ÍNDICE POLÍTICO
Por: Francisco Rodríguez
Resistencia al cambio. Los infiltrados
en el próximo gobierno
La resistencia al cambio, estudiada hasta la náusea por los grandes teóricos latinoamericanos del estructuralismo político –Jorge Graciarena, Theotonio dos Santos, Helio Jaguaribe, Tulio Halperin Donghi y todos los conocidos– y sufrida hasta la tragedia por los países del Cono Sur, es altamente reveladora, desgraciadamente cierta.
La resistencia al cambio, estudiada hasta la náusea por los grandes teóricos latinoamericanos del estructuralismo político –Jorge Graciarena, Theotonio dos Santos, Helio Jaguaribe, Tulio Halperin Donghi y todos los conocidos– y sufrida hasta la tragedia por los países del Cono Sur, es altamente reveladora, desgraciadamente cierta.
La resistencia a mudanzas,
radiografiada al extremo, entre los brasileños, argentinos y chilenos más
destacados de los últimos setenta años, revela que la obstrucción surge
preponderantemente de los grupos de poder enquistados en los sistemas vencidos
por los nuevos grupos, más presiones procedentes del exterior contra los
avances, aliados necesariamente con sus procónsules de empresa nativos.
Nunca se pudo demostrar que hubiera
resistencias al progreso surgidas del mismo grupo triunfante, sujetos
infiltrados entre los victoriosos, excepto por errores, deficiencias en la
instrumentación de los programas, dislates e inoportunidades. Siempre hubo
pánfilos con demasiada influencia e iniciativa. Es de humanos errar.
El pueblo pide home run… no le salgan
con base por bolas
Sin embargo, atención aparte merecería
fallar por default. Sería realmente imperdonable. Sobre todo cuando un pueblo
entero está direccionando instrucciones inconfundibles, cuando se ha depositado
la voluntad amplia e inconfundiblemente mayoritaria en el sentido del cambio
deseado. Si el pueblo está pidiendo un home run no se le puede salir con una
base por bolas. Provoca el abucheo del graderío.
La idea de Nación no se agota en la
moralina administrativa. Cierto, es muy importante, pero cuando se bajan las
expectativas y el estándar, se agotan también los márgenes de negociación, y
los infiltrados se aprovechan de las debilidades del que manda . Si un equipo
está bateando arriba de ‘400, no puede salir con una batea de mondongo. Es
demasiado peligroso, atenta contra la inteligencia. Siempre se pierde el
partido.
La honestidad ruizcortinista frente a
la corrupción alemanista
En nuestra historia, después del
arrase corrupto del alemanismo, el pueblo pedía que llegara la honestidad
ruizcortinista. Era un reclamo nacional. Debía llegar un equipo con la escoba
en la mano que acabara con los ladrones. En ese momento nació la generación
triunfadora del pasado primero de julio mexicano.
Todos vieron en Adolfo Ruiz Cortines
al ciudadano para el momento. Y cumplió lo ofrecido el día de su toma de
posesión. Cometió el parricidio pedido a grito abierto y la Nación subsistió al
desenfreno alemanista. Don Adolfo pasó a la historia como un gobernante
honesto, entre los mejores que hemos tenido, pero hasta ahí.
Al país le bastaba para superar la
crisis. Pero se ha podido demostrar que eso fue posible, porque los corruptos
alemanistas, aparte de llevarse el santo y las limosnas, dejaron una gran
inversión física en materia de obras, infraestructura abundante y ríos de dinero
líquido que no sacaron del país, afortunadamente.
El desarrollo estabilizador le dio al
PRI 50 años de vida
Los capitanes de empresa del
alemanismo, Fernández, Pagliai, Pasquel, Valenzuela, Trouyet, Perrusquía y
compañía tuvieron el tino de no poder entrar al gobierno administrativo,
repartieron los beneficios desde afuera del aparato, fueron eficaces
distribuidores de la copa. Eran gente decente, ilustrada, universitarios de
cepa, leales a su país, hasta donde se sabe.
Los que oficiaron desde adentro,
acompañaron el enriquecimiento del alemanismo con las uñas rasuradas. Fue el
mejor gabinete administrativo de la historia reciente. Desafortunadamente
pecaron por omisión, fueron demasiado leales con quien les había dado el hueso.
En la gigantesca bonanza de la posguerra supieron definir los objetivos. Tenían
idea de Nación. Una idea a la medida de sus ambiciones.
La moralina ruizcortinista navegó
sobre esos mares, con un país resuelto en sus necesidades físicas y financieras
casi solventadas. Fue la base de su éxito enloquecedor. Pero sin idea de país,
el régimen no estiró demasiado. Sólo pudo echar los cimientos de la sustitución
de importaciones y el despegue del desarrollo estabilizador por los siguientes
veinte años.
El desarrollo estabilizador, matriz
del llamado milagro mexicano, fue un embuste histórico. Consistió nada menos
que en sujetar los salarios de la clase trabajadora, las inflaciones que
perjudicaban al aparato productivo, e impulsar fiscalmente las capacidades de
comercialización y exportación de los empresarios nylon, favorecidos con leyes
de excepción para su desarrollo facilitado.
Pero se podía hacer. Un largo periodo
de florecimiento de las inversiones y las oportunidades inmejorables de un
mercado exterior abandonado por las industrias bélicas hicieron lo demás. Fue
redondo el hit. Le bastó al sistema priísta para perpetuarse en el poder
durante todo el siglo pasado. Sus bases existían, en lo económico y en lo
ideológico.
El nuevo gobierno no puede tener como
apoyo sólo la moralina
Pero el estado actual del país es muy
distinto. El nuevo gobierno no puede tener como punto de apoyo fundamental sólo
la moralina administrativa, ni girar alrededor de la Secretaría de Hacienda del
nuevo régimen. Dirigir un país con un sentido reduccionista no alcanza,
evidentemente. Los peñistas dejaron un auténtico desastre. No hay obra física,
sanidad financiera, gobierno pulcro, ni dinero. Dejaron traidores. Esos a
pasto.
No hay en el presente mexicano un
punto sano desde donde dirigir la transición. Se llevaron todo, hasta el
prestigio y los retratos de la abuela. El que piense que con reducir los
sueldos de burócratas, reeducar a los vencedores que ganaron por el efecto
demostración del líder, concentrar las compras en la Oficialía Mayor de
Palacio, vender el avión…
… eliminar los trámites del fuero,
desconcentrar el aparato y constreñir a los gobernadores es suficiente, se
equivoca. Y puede equivocarse peligrosamente. Matar una hormiga con un cañón,
con una bomba que puede regresarse. El efecto bumerán nunca debe descartarse.
Es absolutamente nuestro, lo hemos conocido siempre.
Infiltrados, en posiciones
estratégicas por errores de visión
Hay que impedir el paso de los
infiltrados que ya se sienten como delfines, bendecidos por el afecto de quien
todo lo logra, aunque nadie les haya dicho que nacieron muertos, en un país que
no es el mismo del salinismo, ni el suyo. Personajes de figurín a los que el
movimiento social que apoyó a Andrés Manuel no les debe nada bueno, y sí casi
todo lo malo. Han sido puestos en posiciones demasiado estratégicas, por
errores en la visión.
Y aquí es donde puede empezar y va a
empezar la resistencia al cambio, la decepción del graderío, que votó por la
autenticidad y por la necesidad. El amenazante bumerán con el que la sociedad
desecha lo indeseable. Hace falta la mística social, el empuje de las
organizaciones renovadas, la pugna por cambiar de a deveras.
Revestir con nuevos dirigentes y
nuevos rostros las organizaciones sindicales petroleras, ferrocarrileras,
eléctricas, magisteriales, campesinas, obreras y urbanas, con un sentido de
renovación e invención, diseño de las visiones y oportunidades que el país
exige para abandonar el marasmo y el estupor causado por la canalla mexiquita.
Y establecer de una vez por todas la
idea de Nación, la que no aparece en ningún rincón de las ideas ni de los
programas. La idea que se empezó a esbozar en la campaña, que entusiasmó al
cotarro. El crecimiento en base al mercado interno y la autosuficiencia, la
lucha por la dignidad, palabra que los infiltrados no conocen ni de referencia.
El país por el que se votó en las
urnas no admite traiciones
En medio de un mundo competitivo y
arrasante, la pura moralina no alcanza. Está bien empoderar a los cuadros de
Morena, pero hay un límite, pues todos los elementos regionales sobajados por
el viejo régimen deben florecer, respirar del nuevo oxígeno que ha inyectado la
esperanza. La productividad y la competitividad deben ser las banderas.
El país independiente, fuerte, digno y
justo por el que se votó en las urnas no admite traiciones. Todos deben
cooperar hasta el límite de sus fuerzas. Se debe convocar lo mejor de nosotros
mismos, pues estamos ante una tarea gigantesca, en la que nadie, sólo quien lo
demuestre, tiene la prioridad. Se acabaron los linajes, los cabildeos, las
intrigas y los cachondeos. Hay que trabajar.
Se debe de hacer un país. No se nos
olvide.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Escribe desde
Torreón, Coahuila, don Miguel Ramírez: ” Se terminó el Mundial de Futbol de
Rusia. Ya hay campeón. Voy a hacer el siguiente comentario aun con el riesgo de
que se me califique de amargoso, pero me parece que es muy necesario dar a
cualquier cosa que suceda el valor que realmente tiene. El equipo mexicano que
asistió a este torneo representó únicamente a este deporte profesional. No más.
Decir que lo hizo en nombre de nuestro país entero es una mentira. El primer
juego en que participó le dio una victoria, inesperada, ante Alemania, campeona
del mundial anterior. Hubo quienes, en el colmo de la estupidez, los
consideraron héroes de la patria. Echaron las campanas a vuelo para festejarlo,
pero omitieron premeditadamente decir que el nivel de juego de los germanos fue
bajísimo y se afirmó que la selección mexicana tenía tamaños para coronarse
campeona de este torneo. El jugador que tiene por apodo el nombre en diminutivo
de una planta casi esférica, dijo ‘somos unos chingones’, lo que alguna gente
del gobierno aprovechó para afirmar que también en otros rubros así se le
podría catalogar a nuestro país. Pocos días después, los juegos ante Suecia y
Brasil los volvieron a la realidad. El futbol mexicano tiene, a nivel mundial,
un valor de medio hacia abajo y es difícil que pueda ascender porque sus
jugadores no cuidan su condición física, elemental en la práctica de cualquier
deporte. Son los reyes del destrampe. No es casualidad que a uno de sus
principales miembros, en las redes sociales ya se le rebautizó y ahora se le
dice Giobrandy Dos Antros.” + + + Avisa el historiador Rodolfo Villarreal Ríos
que “nuevamente, gracias a la generosidad de la Dra. Patricia Galeana, directora
general del INEHRM, mi libro volverá a ser presentado en sociedad, ahora como
novedad editorial. El evento es el miércoles 25 de julio a las 6 de la tarde,
en el el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de
México (INEHRM) ubicado en Francisco Y. Madero No. 1, casi esquina con Avenida
Revolución, en San Ángel.” + + + De nueva cuenta, Azteca 7 fue el ganador de la
transmisión del encuentro final de la Copa Mundial de Futbol. Alcanzó un rating
de 14.7, frente al 10.7 del canal Las Estrellas. ¡Felicidades!