Quieren anular la elección… y generalizar el desastre
Por: Francisco Rodríguez
El
gobiernito de Peña Nieto no entiende que la población ha descubierto su
verdadero juego: utilizar los debates de campaña como simples pretextos para
manipular las encuestas que cada operador político manda a pagar a modo. Muy
pocas mediciones revelan lo que pasa en los mítines a lo largo y ancho del
país: la decisión ya tomada del cambio de régimen. La mayoría juega a tomar el
pelo del respetable.
Ya no caben gesticulaciones ni pruritos de miedo a lo que acontece.
Este año el pueblo ya decidió. No queda más que aceptar el veredicto.
Y quienes “no entienden que no entienden” apuestan por la anulación de
la elección y por la guerra civil que ello desataría. Ellos apuestan por el
sistema económico y financiero que sostiene a Donald Trump y a la pandilla de
mexiquitas.
Esos personeros del sistema se resisten a aceptar que ya murió el viejo
régimen. Fueron demasiadas las oportunidades que la población otorgó como
cheque en blanco para los hegemónicos priístas y sus palafreneros panistas de
las últimas décadas. La gente grita a pecho abierto sus preferencias y arriba
hacen como que oyen algo diferente. Insisten en el fraude o, cuando menos, en
la anulación de las elecciones.
Si en las encuestas de opinión serias el puntero aventaja con más de 20
puntos a su segundo lugar y con más de 30 puntos al tercero, esto ya no tiene
caso ni dudarlo: la población ha optado por entregar la banda presidencial a
alguien diferente. No sólo eso, también la mayoría en las Cámaras federales,
los Congresos locales y las gubernaturas en juego.
Estamos ante lo ineludible: el cambio no sólo es de presidente, lo es
del Poder Legislativo, de los poderes locales y del régimen en su conjunto. Es
otra manera de abordar los problemas del país. Presidencialismo, sí, pero de
otro color, de otra textura, con fuerza popular, con afanes nacionalistas, con
visión de futuro, con distinta moralidad.
Quieren seguir robando. No es frase hueca, ni consigna, es la realidad
Pretender la anulación es jugar con fuego, sí. Es mucho más que eso. Es
generar batallas de baja intensidad para ocultar la verdadera guerra civil y
política que México sufre desde que los descastados optaron por entregarse al
exterior y subastar los bienes del pueblo, en aras de su enriquecimiento
personal e insondable. El voto les estorba. Ellos ya decidieron, con sus amos
neoyorquinos y aún creen que aquí sólo nos toca apechugar.
Ellos quieren seguir robando. No es una frase hueca, ni consigna de
campaña. Es la realidad. El pueblo está harto de simulaciones y estafas. Quiere
saber si hay una luz al final del camino. Quiere oír de valores, de intentos
esperanzadores, de otra forma de ser.
Nadie cree en las cifras ñoñas que rondan en los parámetros de veinte o
treinta puntos para el más adelantado y con una mega cifra de 75% de indecisos
inexistentes que sólo sirve para hacer el caldo gordo de los candidatos
imposibles, aquéllos que ya jamás podrán repuntar su condición de perdedores
ante un pueblo miserable que ya quiere soluciones efectivas y distintas a las
acostumbradas durante medio siglo.
Plan B, la represión, con la Ley de Seguridad Interior ordenada por EU
El fantasma de la anulación electoral, en manos del Tribunal Federal
Electoral y del INE, ambos órganos ilegítimos, es la amenaza para cualquier
esperanza popular. Lo peor es que no hay remedio. Ante una decisión de ese
tamaño, los legisladores procuraron, y las autoridades decidieron que sigamos
siendo agachados, sin posibilidad de impugnación jurídica.
Es la verdadera espada de Damocles. La que los encuestadores pagados
creen que pueden usar a su antojo ante cualquier reclamo. Si no, todavía está
la otra: la fuerza de la represión y el salvajismo que ordenan la Ley de
Seguridad Interior, la imposición de la sospecha razonable y las reformas al
1916 del Código Civil que equipara a la mentira con la verdad para castigar a
los informadores y periodistas críticos e incómodos, todos estos
ordenamientos decretaros desde los Estados Unidos para seguir
imponiendo todos los caprichos. Al precio que sea.
Espectáculos ñoños, circos mediáticos de preferencias manuipuladas
Los temas del segundo debate se asemejan más a una discusión bizantina
frente a lo que la población clama en las calles, los pueblos y las ciudades.
La gente se pregunta si aún es tiempo de perder las oportunidades de acción
ante marquesinas de neón que sólo aplazan los ánimos. No es posible tanta
estulticia.
Los candidatos apergaminados se pasan los tiempos que deberían ser de
campaña ensayando sus poses y palmitos ante los asesores de imagen, cual si
fueran pruebas de casting para telenovelas, respondiendo a cada pregunta de los
asesores y amanuenses con argumentos previamente aprobados por su padrinos.
Es un espectáculo ñoño que no responde en manera alguna a lo que está
pasando en este país, urgido de medidas radicales y profundas contra el hambre
y la miseria. Un espectáculo a la medida del circo mediático de las
preferencias manipuladas, de las campañas de beneficios monetarios para
periódicos y periodistas dizque profesionales. Un escenario para merolicos.
Cualquier observador con dos dedos de frente que visite los campamentos
políticos de los adversarios en campaña se da cuenta de inmediato de qué lado
están las voluntades, hacia donde apunta la necesidad del cambio del país. El
México profundo está decidido a hacerse respetar por cualquier medio.
Cambiar de régimen para acabar con la corrupción y con las matanzas
El cambio de régimen político empieza necesariamente por desterrar la
corrupción y la impunidad política, verdadera causa de todas las desgracias que
han sumido al país en una guerra civil insoslayable. El maridaje del sistema
con los carteles delincuenciales del trasiego de la droga ha sido aceptado por
tirios y troyanos.
Hasta un informe reciente de la DEA da cuenta de que las rutas de los
camiones repletos de amapola guerrerense tenían como destino las bodegas de
Chicago, donde los distribuidores gabachos iban a regarla por todo su
territorio. Los únicos que se niegan a aceptarlo son los cómplices del
narcotráfico, los mismos que mandan desde Los Pinos. Ellos, los supuestamente
poderosos se conforman con seguir matando a los periodistas que lo descubren.
Y es que ya no es posible ocultar la participación de las Fuerzas
Armadas en la que seguro fue una masacre en Iguala con víctimas de la Normal de
Ayotzinapa, tampoco en la de Tlatlaya, ni en la de Tanhuato o todas las que
usted recuerde. Es un hecho comprobado que usted y este escribidor lo
comentamos desde el día que los sucesos se desencadenaron. Era evidente y
macabro.
Pero para combatir el cáncer de la corrupción, para aminorar las tendencias
de la masacre civil que se ejecuta a diario contra nuestro pueblo es preciso
cambiar de régimen político. Es necesario enfrentarse con toda la vergüenza a
las causas que la originaron. Quitarnos la venda de los ojos. Pasar página a la
historia.
Anular la elección es altamente peligroso, sería un suicidio colectivo
¿Esperar que esto lo hagan los panistas y priístas comprometidos con
los sucesos? Es ilógico y descomunal. Ofende sólo pensarlo. La receta de anular
la elección en curso es altamente peligrosa. Constituye un suicidio colectivo
sin nombre. Esperar otros 250 mil muertos o quizá más.
¿Estaría usted dispuesto a que sucediera?
No hay de otra que tomar la boleta y ordenar el cambio de sistema
político. Apostemos por el cambio, por la política y por la paz. Cerremos las
puertas a la masacre.
Es la hora. ¿No cree usted?
Índice Flamígero: Las instrucciones que recibieron los textoservidores y los loros del
espectro radioeléctrico se siguieron al pie de letra. Garrapatearon unos,
vociferaron otros: ¡El puntero es el culpable de que el dólar haya subido de
precio! ¡Que vaya adelante en las encuestas es la razón de que el peso se haya
devaluado (otra vez)! Pero no. Los responsables en realidad fueron Idelfonso
Guajardo y Wilbur Ross quienes el lunes prácticamente se dieron por vencidos en
la renegociación del TLCAN, pese a la reunión que ese mismo día sostuvieran
Donald Trump y Justin Trudeau –sin la inconveniente presencia de EPN– en un
intento de concretar los acuerdos. La revaluación de la moneda estadounidense
también pesó. Todo esto con información seria de financieros serios quienes
también dieron a conocer que, ayer, el dólar abrió e la jornada al alza frente
a divisas emergentes, en particular contra la lira turca que está en mínimos,
el efecto en otras monedas de este tipo es generalizado con lo que el peso ya
se ubica nuevamente cerca de las 19.90 unidades al mayoreo. Al término de la
jornada bursátil cerró en 20 pesos con 20 centavos. + + + Para que
la cuña apriete… fue Enrique Fayad quien organizó las tumultuarias recepciones
ofrecidas al puntero en las Huastecas. La hidalguense fue la más nutrida.
Quienes saben atribuyen el éxito de tales concentraciones al ex gobernador y ex
titular de la Secretaría de Gobernación peñista, Miguel Ángel Osorio Chong.
Sigue enojado, pues.