Indigna desalojo de la esposa de “El Zambuto”


Aparecieron supuestos hijos que ganaron un juicio…
Indigna desalojo de la esposa de “El Zambuto”
* Compartió la viuda 29 años con el ahora extinto…
 
Enojo e indignación causó el desalojo efectuado la tarde de ayer de la viuda del popular Fidel N, mejor conocido como “El Zambuto”, con quien compartió su vida en concubinato durante 29 años. Los hechos tuvieron lugar en una humilde vivienda de la colonia "28 de Abril". (Fotos: Rodolfo Soto).

Rodolfo Soto Parra

Enojo e indignación causó entre vecinos de la colonia "28 de Abril" en Iguala, el desalojo del que fue objeto la viuda del extinto Fidel N, mejor conocido como " El Zambuto", por parte de varios individuos que se identificaron como supuestos "hijos" del popular difunto, quienes ganaron un juicio civil en contra de la señora Blanca Estela Madrigal Rodríguez, con quien el ahora extinto compartió en concubinato 29 años de su vida.
Resguardada por media docena de elementos de la Policía Municipal, que se hicieron presentes con el apoyo de varias patrullas, acudió la actuaría en la precaria vivienda de madera y lámina galvanizada que se localiza en la calle Elpidio Ocampo de la colonia "28 de Abril", situada en la periferia de la ciudad, lo que provocó la molestia de los vecinos, pero sobre todo un agravio para la viuda del difunto Fidel "N", mejor conocido como “El Zambuto", de quien dijeron tienen gratos recuerdos de cuando cayeron en dicho predio con el entonces "MUPI".
Por su parte, Blanca Estela Madrigal Rodríguez, de 69 años de edad, detalló que desde el año 1990 vivió en concubinato con el extinto "Zambuto", quien aseguró no era casado y mucho menos le mencionó en ningún momento que tuviera hijos como los que hoy se hicieron presentes, entre ellos un joven de nombre Alberto, quien al final se ofreció a "apoyar de acuerdo a sus posibilidades" a la hoy desalojada viuda de su padre.
Tras una hora de maniobras al interior de la humilde vivienda, las pertenencias de la señora Blanca Estela Madrigal Rodríguez, fueron puestas en la vía pública, sobre la calle Elpidio Ocampo, a quien sus vecinos le pedían que no abandonara la vivienda porque en cualquier momento llegaría personal de la coordinación regional de los derechos humanos en su defensa, lo cual no inquietó a los funcionarios, ni a los uniformados municipales, que continuaron su labor hasta concluir con la diligencia de ley.