Abrevando
José Antonio Lavín Reyna
“No
miras hacia atrás con ira,
ni
hacia adelante con miedo,
sino
alrededor con atención”
El saqueo
exigió mayor endeudamiento.
El tema de los números y sus datos,
son fríos, reales, desnudan la realidad, los datos muestran que, por lo menos
en lo que al manejo de la deuda externa se refiere, Vicente Fox y su secretario
de Hacienda Francisco Gil Díaz actuaron con prudencia, mientras que los
sucesores de ambos fueron unos irresponsables.
Al finalizar el gobierno de Ernesto
Zedillo, en diciembre de 2000, la deuda externa total ajustada en dólares era,
en número redondos, de 152,260 millones de dólares, equivalente al 21.52% del
producto interno bruto (PIB) del país. Seis años después, al concluir el
gobierno foxista, era de 172,482 millones de dólares, que si bien es una cifra
mayor que la que heredó, equivale al 17.65% del PIB. Esto significa que Fox y
Díaz Gil la redujeron en 3.87 puntos porcentuales como porcentaje del PIB.
En diciembre de 2012, al concluir el
desastroso sexenio calderonista, la deuda externa se había más que duplicado
respecto a lo que era seis años antes, llegando a los 345,672 millones de
dólares, equivalentes al 28.39% del PIB. Bajo la conducción de Agustín
Carstens, el primero de los tres secretario de Hacienda de Calderón y que
estuvo en el cargo los años 2007, 2008 y 2009, aumentó 17,484 millones de
dólares, para alcanzar los 189,966 millones de dólares, equivalentes al 20.37%
del PIB. Luego, durante el tiempo en que Ernesto Cordero fue el titular de la
Secretará de Hacienda, (diciembre 2009 a septiembre 2011), aumentó en otros
91,375 millones de dólares, para llegar a los 281,341 millones de dólares,
equivalentes al 26.82% del PIB. Finalmente, durante el tiempo en que José
Antonio Meade se encargó de la SHCP (septiembre 2011 a noviembre 2012), la
deuda registró otro descomunal incremento, esta vez de 64,330 millones de
dólares, para alcanzar los 345,672 millones de dólares que Calderón le heredó a
Enrique Peña Nieto.
Durante el sexenio que termina, la
deuda se habrá incrementado a los 531,589 millones de dólares, equivalentes a
42.4% del PIB. Luis Videgaray, el primer secretario de Hacienda de Peña Nieto
(diciembre 2012 a septiembre 2016), permitió que creciera hasta llegar a los
412,034 millones de dólares, equivalentes al 42.35% del PIB. Después, bajo el
segundo secretario José Antonio Meade (septiembre 2016 a noviembre 2017),
creció a los 437,367 millones, monto que si bien fue mayor al del año anterior
fue menor como porcentaje del PIB (39.66%). Finalmente, durante el último año
del gobierno peñista, la deuda aumentó escandalosamente bajo el secretario de
Hacienda José Antonio González Anaya, un incremento de 100,222 millones de
dólares en un solo año.
Hoy, a cada mexicano le toca pagar
casi 80,000 pesos para liquidar esa deuda y el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador deberá lidiar con este inmenso problema que frenará muchos de sus
proyectos.
¿Y los responsables de endeudarnos
tanto, Caderón, Peña Nieto, Carstens, Meade, Cordero, Videgaray y González
Anaya? Pues felices y despreocupados porque saben que sus errores los pagamos
nosotros y nunca ellos.
Los hechos siempre tienen dejan una
huella, una historia, por ello, según Gramci, la historia “la determina el
consenso pero, principalmente, la fuerza”. Así al final de cada sexenio, desde
los inicios del México independiente, Mexico sigue y seguirá endeudándose
mientas los responsables no sean castigados.
Algo Más…
Pasadas las elecciones, ya aminorados
en algunas plazas los enconos de la disputa electoral, algunos
seguirán vigentes por las transas de los tribunales electorales locales,
quienes acatan las órdenes de quien los puso, los gobernadores, quitándoles
votos a Morena para evitar su mayoría en los Congresos.
Lo siguiente es el buen entendimiento
entre los que se van y los que llegan, así como entre los empresarios y quienes
encabezaran el gobierno federal, ya que en sus manos se encuentra la
posibilidad de ofrecer a la sociedad mejores condiciones de bienestar. Palabra
que se pondrá de moda a principios del 2019, ya que SEDESOL será Secretaria del
Bienestar.
No obstante, la reconciliación
principal debe ser con el pueblo en general, pues es éste quien ha padecido los
estragos de las enquistadas corruptelas que a diestra y siniestra se han venido
cometiendo con el erario. Es quien ha tenido que lidiar con el desprecio de
funcionarios públicos nefastos, que sólo se han interesado en medrar para
beneficio propio y de sus familias.
Existen trabajadores que carecen de lo
necesario para ofrecerles a sus hijos educación, vestido, alimentación,
esparcimiento, etc., mientras los corruptos ofrecen a sus vástagos carros de
lujo, viajes suntuosos, educación en costosos colegios, entre otros beneficios.
Existen cientos de amas de
casa que deben buscar ofertas que puedan permitirle vestir modestamente a su
familia, las emperifolladas “damas de sociedad” acudan a tiendas de lujo en el
país o en el extranjero a adquirir ropa de diseñador con el dinero que es de
todos.
¿Por qué permitir que esos
sátrapas se queden con lo que tanto le ha costado al pueblo? Para
verdaderamente redimir a los mexicanos, es imprescindible que se les devuelva
todo lo que les pertenece, considerando seriamente ese borrón y cuenta nueva.
CDXVIII.- Luego de salir a despejar la
mente y tratando de conocer una ciudad que recibiría la mudanza de una
Secretaria Federal, en este caso Chetumal, pese a la distancia del CDMX, esa
salvedad se ve zanjada por líneas áreas económicas, por infraestructura urbana
de mayor calidad, pese a no tener más de 110 años de creada y estar
expuesta a los huracanas, estamos muy lejos de ella para albergar a una
Secretaria de Estado.
Muy lejos en seguridad, en servicios
urbanos, en cultura, vaya aunque no aparezca en el Himno Nacional también en
historia.
Insisto, Jaimes debe abandonar su idea
de gobernar con sus compadres y amigos y nombrar una contraloría independiente
y un comité de compras y adjudicación de obras ciudadano. Buzos Morenos.
Sabías que: Según la International
Headache Society, existen más de cien tipos de cefaleas o dolores de cabeza.
Hasta la vista.