Abrevando
José Antonio Lavín Reyna
“No midas tu riqueza por el dinero que tienes... Mide tu riqueza por
aquellas cosas que no cambiarías por dinero”.
Apego a la camiseta.
Dicen que añorar el pasado es quedar atrapado en el tiempo. Sin
embargo, algunas situaciones de antaño sí que fueron mejores. En mi tiempo que
llegué a medio jugar el futbol, se hacía en canchas de tierra, sin
gradas. En el tiempo de Antonio Jaimes padre, se le ocurrió cercar
las canchas frente a lo que era el campo de aviación (hoy Secundaria Jaime
Torres Bodet y Clínica del ISSSTE) con la intención de cobrar la entrada a la
feria, cosa que no logró, pero se quedaron cercados; los que jugaban, lo hacían
por amor a la camiseta, quizás sólo los de la Pepsi Cola lo hacían por tener
trabajo en la empresa. Los jugadores pagaban por la pintada del campo, por el
arbitraje, cada cual se compraba uno su uniforme; los equipos de los
afortunados: Unión Iguala, Municipal, River Plate, Pepsi Cola, San Juan, tenían
la fortuna de que les llevaran agua. Ese era el auténtico futbol llanero.
En la actualidad, lo que se ve no es lo que parece. Y eso sucede en
infinidad de sectores de la sociedad y el deporte no está exento de dicha
premisa. Desde hace algunos años el practicante de un deporte pasó de ser un
simple deportista a una estrella del espectáculo. Ahora es más fácil ver a un
deportista en las páginas de revistas del corazón que en
los suplementos deportivos de cualquier matutino. En la actualidad
gozan de contratos millonarios, autos de alta gama, perfumes importados, ropa
de marca, son características de todo aquello que hoy rodea a los deportes más
hermosos del mundo. Al paso de los años, la tecnología, la televisión, el
dinero y los representantes, han desvirtuado el eje del deporte más para el
lado del negocio que el del deporte mismo.
En algunas ciudades pequeñas del interior del país es posible aún ver
que se sigue cultivando la premisa original…el juego. Ligas locales conformadas
por equipos pequeños, con estadios sencillos, tribunas de madera y campos de
juego en mal estado son la antítesis de ese deporte glamoroso que se cocina en
las grandes ciudades.
En las ciudades medianas, aparecieron en las ligas de futbol, equipos
llenos de filibusteros que cobran por partido, dinero que sale de
las apuestas de cada partido. Ante ello debemos preguntarnos: ¿Cuándo se perdió
aquello del amor por la camiseta, entrega a la defensa del equipo, expresiones
que se usaban antes para simbolizar el afecto, sentimiento y pasión por un
equipo? El exagerado mercantilismo que ha invadido el deporte en general, ha
tornado el honor de representar a un club, o a la selección nacional, en un
mero acto de mercado. Tanto me pagas (en algunos casos son millones de
dólares), tanto es lo que voy a rendir en el campo de juego. Basta con nombrar
a Mickey Mantle (Yankees), Carl Yastrzemski (Boston) y Roberto Clemente
(Piratas) en el béisbol o el Tigre Sepúlveda de las Chivas Rayadas del Guadalajara
que solo jugaron para un solo equipo, jugadores que tenían alma, actitud,
técnica, clase y amor por los colores. Los de hoy tienen mucho dinero, pero no
les importa el club, salvo pocos. No conocen la historia, por eso no respetan a
quien les paga y los sacó del anonimato y la pobreza. “Hay que enseñarles lo
que cada club significa en la entraña popular para que entiendan lo que es el
compromiso y conecten la chequera con el corazón”. Existen excepciones, pocos
de los que firman transferencias millonarias suelen dejar el alma en cada
compromiso con el mismo tesón y ánimo fervoroso que ponían cuando jugaban por
el equipo de la colonia, son un ejemplo válido.
Desgraciadamente esto no solo sucede en el deporte, en la política
también existe. En la pasada contienda electoral muchos actores políticos
cambiaron de camiseta y no precisamente por amor a los colores, miembros de
todos los partidos políticos se afiliaron al partido ganador, por supuesto
ninguno lo hizo por convicción, lo hicieron para conseguir chamba y así probar
las mieles de una delegación federal de lo que sea, con la finalidad de tener
vehículo, chofer, buen sueldo, viáticos, celular, gastos de representación y
poder, sobre todo poder, con todo lo dicho por el Presidente electo es evidente
que el cambio de camiseta no los favoreció, casi todos ellos buscaran trabajo
en otros lares, solo espero que por favor no lo hagan como constructores
esperando ser favorecidos por que se afiliaron al partido en el poder.
Algo Más….
En Iguala tenemos un presidente electo que pese a que ha cambiado de
partido político como de calcetines, tiene la mentalidad de un dinosauro
priista: juega con todos los que se cambiaron de playera, dice desconocer con
quién va a gobernar, cuando ya los tiene bien presentes: sus amigos de la
infancia, los amigos de su esposa y algunos cargos a los de MORENA. Por ello, a
la brevedad, debe dar a conocer a su gabinete para que el pueblo se entere.
A la vez, al ya existir regidores electos, convocarlos a una reunión
pública, abierta a toda la población y medios de comunicación, donde les
plantee que en el presupuesto de egresos del Municipio el sueldo máximo de
todos ellos será de $25,000 netos, sin compensaciones de ninguna índole y sólo
tendrán un ayudante autorizado, sin pago de celular ni gasolina, menos de
viáticos o gestoría social. Y ahí, en esa reunión, que manifiesten su
conformidad o su oposición. De esta manera el pueblo sabrá quien está con ellos
y quienes contra ellos. Al final de la partida, los diputados MORENOS en el
Congreso Local reducirán los sueldos y el personal. Para qué tantas vueltas
estando el suelo tan parejo. También AMLO conocerá las acciones de su gente.
CDXIII.- El presidente Jaimes, con el dolor del corazón, debe aceptar
que ya no existirá figura de primera dama. Ya no habrá transferencia de
recursos y menos aún podrá ser Presidente de la feria. Los baños del Parque
Juárez regresarán a su creador: CAPAMI.
Dice El Picotazo del Águila Real: federales llegan,
federales se van y las cosas siguen igual. Por las noches cero rondines. Por
cierto, el encargado de la Policía Municipal se pasea tranquilamente en la
ciudad a bordo de la unidad 010, con vidrios polarizados, aire acondicionado,
chofer y guarura. Por gente como esa, la ciudad sigue insegura. Además de prepotente
el señor.
Urge contraloría independiente y comité de compras y adjudicación de
obras ciudadano.
Sabías que: De acuerdo con un estudio, las plantas pueden pensar,
recordar y actuar en función de información que tienen retenida.
Hasta la vista.