Chilpancingo, Gro. 10 de Mayo del
2017.- Entre el eco de "Las Mañanitas", las serenatas, cortinas
y regalos; hay mujeres para las que el "10 de mayo" es cruel. Son
madres a las que les falta, dicen, un pedazo de corazón, porque sus hijos están
desaparecidos. (Fotos: API).
El 10 de Mayo, un día cruel para
madres de desaparecidos…
* “Si tienen a sus hijos abrácenlos y bésenlos, porque al
rato ya no están; a nosotras nos hace falta un pedazo de corazón…”, dicen
Jonathan Cuevas/API
Chilpancingo,
Gro. 10 de Mayo del 2017.- Entre el eco de "Las Mañanitas", las
serenatas, cortinas y regalos; hay mujeres para las que el "10 de
mayo" es cruel. Son madres a las que les falta, dicen, un pedazo de
corazón, porque sus hijos están desaparecidos.
La
tarde-noche del 09 de mayo, en vísperas del "día de las madres", el
grupo de mujeres que integra el colectivo de familiares de padres de
desaparecidos, secuestrados y asesinados en Chilpancingo, están reunidas en la
casa de una de ellas.
Entre
pláticas sueltan algunas carcajadas, pero el tono de su voz, sus movimientos y
miradas, cambian radicalmente cuando se menciona el día venidero.
Aunque
sea muertos...
De
frente a una cámara con motivo de una entrevista previamente pactada con dos
reporteros, doña Gema Antúnez Flores empieza a hablar. "A mi hijo se lo
llevaron el 27 de febrero del 2011. Lleva seis años que desapareció y es fecha
en que no tengo noticias ni buenas ni malas de su paradero".
Su
hijo es Juan Sebastián García Antúnez de 22 años (al momento de su
desaparición), a quien se llevaron junto con otra persona del Paseo
"Alejandro Cervantes Delgado".
Entre
más se adentra en su relato, el semblante de doña Gema se torna decaído, y en
sus ojos empiezan a correr las lágrimas. A sus espaldas hay una pancarta que
reza: "justicia".
"Mi
búsqueda ha sido constante y como ustedes comprenderán, el 10 de mayo es una
fecha que nos duele. Duele mucho porque la llaga la tenemos presente; es un
dolor que jamás cesará y nuestro peregrinar es muy duro", expuso.
Sus
manos no dejan de moverse y sus pies cruzan de un lado a otro constantemente,
mientras sus mejillas ya están empapadas.
Cuenta
que su familia ha acudido con funcionarios y han hecho sus denuncias, pero como
respuesta han recibido mensajes inhumanos. "Pues ya no está, ya se
fue", les han llegado a comentar los "servidores
públicos".
Así,
cada instante de su vida viven en la angustia por no saber si sus familiares
están vivos o muertos, e incluso han llegado a pensar que, "aunque sea
muertos, pero los queremos encontrar".
Para
doña Gema, este 10 de mayo no es de festejo. "Este diez de mayo es cruel.
Es una fecha que aunque queramos reír, aunque queramos estar contentos con
nuestra familia, nuestros familiares no nos lo permiten totalmente, porque nos
hace falta una parte de nosotros. La delincuencia nos ha arrancado una parte de
nuestro ser, nos ha dejado huecas. Vivimos porque tenemos que vivir".
Cada
día, la señora Antúnez Brito ruega a Dios que le de fuerzas para seguir
buscando a su hijo. Incluso, ante la ausencia en este 10 de mayo, recomendó a
los padres que disfruten a sus hijos y que les den mucho amor, porque
"cuando ya no los tenemos, ansiamos tenerlos un ratito por lo menos".
Sebastián
García era el hijo más maravilloso de este mundo; afirma la señora Gema. Él
sabía tocar la guitarra y cada fecha especial, le cantaba “Las Mañanitas”. Le
llevaba serenata y siempre llegaba a abrazarla.
En
su vida cotidiana, asegura la madre, el joven salía a correr y jugaba futbol.
Era un muchacho muy alegre y, el día de las madres, para el joven era bastante
importante porque ella, doña Gema, fue madre y padre a la vez, pues ella crió a
sus hijos desde pequeños.
Falta
un pedacito se corazón
Olga
Lidia Mendoza Chávez busca a su hijo José Rafael Reyna Mendoza. Desapareció
hace 26 meses cuando estaba trabajando en la colonia San Rafael Norte.
Por
el caso de José, de 19 años, hay tres presuntos responsables detenidos, a
quienes no se les ha podido sacar una declaración. Simplemente han dicho:
"lo entregamos", pero no dicen a quién ni dónde.
"Esta
fecha 10 de mayo para mí no es una gran fecha. Me hace falta ese pedacito de
corazón que se llevaron. La delincuencia no sabe qué daño causa a las familias.
Son sufrimientos, enfermedades que como familia nos dan. Yo les puedo decir que
este 10 de mayo, necesito encontrar a mi hijo. Necesito que Dios me de salud
para seguir buscando", señaló la mujer, casi ahogada en llanto.
Describe
a su hijo como un niño alegre que siempre estaba haciendo bromas. Le gustaba
estar en casa y ver televisión en familia. Se enojaba en ocasiones pero, en 10
de mayo siempre llevaba serenata y entregaba un regalo a la mujer que lo trajo
al mundo. Siempre traía flores y una cortina de papel.
"Lo
extrañamos", murmulla doña Lidia al momento que refleja su dolor por cada
poro de la piel.
"Quisiera
que el gobierno hiciera algo para acabar con esta delincuencia, porque es un
dolor que no acaba. Nos está matando día a día, nos lastima, y más cuando vemos
a las familias completas festejar días como este".
Las
preguntas terminaron para doña Lidia y ella se levanta al tiempo que limpia las
lágrimas de sus mejillas y ojos. Se levanta y aleja lentamente, para tomar otro
asiento.
Extrañando
sus abrazos
De
espaldas a la pancarta se coloca ahora doña María Guadalupe Rodríguez Narciso.
Busca a Josué Molina Rodríguez, desaparecido el 04 de junio de 2014; es su
hijo.
Doña
Lupita parece soportar el dolor. Su mirada es firme y casi no muestra
nerviosismo frente a la cámara, al momento de iniciar su relato.
"Ignorábamos
qué pasaba. Esperábamos que nos pidieran un rescate porque yo sabía que mi hijo
no tenía problemas de la delincuencia, pero nunca llegó", expuso.
Pero
la angustia fue apareciendo poco a poco. Entre más recuerdos llegaban, más se
quebrantaba su voz.
Su
hijo se estaba titulando de licenciado en derecho y le ayudaba en algunos
trámites jurídicos, porque doña Lupita también es abogada.
"¿Cómo
recordar estas fechas?", se pregunta ella misma, y así misma se responde:
"pues mi hijo no era solvente económicamente, por eso se veía preocupado
para sacar adelante a sus niños porque ya tenía tres hijos".
"Estos
días para nosotros, 09 y 10 (de mayo), vienen los recuerdos para nosotras.
Porque mi hijo a pesar de sus dificultades económicas se iba a Liverpool, a las
mejores tiendas para comprarme una prenda. Me decía: '¡Mamá! Tú me diste lo
mejor y tú te mereces lo mejor...'. Y si tengo algunos trajes más o menos, es
porque él me los había comprado en Liverpool", recuerda.
En
ese justo momento doña Guadalupe ya no pudo contener el llanto. Entre sollozos,
con la mirada al suelo soltó las palabras más tristes: "Extrañar sus
abrazos, sus besos. Siempre me decía: aunque no me quieras, abrázame. Y nos
abrazábamos, platicábamos, reíamos".
Por
eso, este día para ella y las otras madres no es festivo, no es para estar
felices, "porque nos falta esa parte de corazón".
"Nuestro
corazón está destrozado. Hemos subsistido porque Dios es grande, pero mientras
no encontremos a nuestros hijos, nuestro dolor y nuestro llanto ahí está",
se lamenta una y otra vez.
Y
reprocha que en México se atraviesa un momento difícil donde "ahorita
puedes estar bien y al rato ya no estar, o puedes salir y no regresar a tu
casa, porque los gobiernos han permitido todas las situaciones que estamos
viviendo".
Casi
al final de la charla, doña Lupita volvió su semblante recio, y advirtió:
"uno por los hijos está dispuesto y expuesto a hacer lo que sea, por
encontrarlos, entonces este día es para exigirle al gobierno que queremos a
nuestros hijos con vida".
"Este
nueve y diez de mayo nosotros no podemos festejar, no podemos celebrar cuando
estamos destrozados como madres, como padres. No hay esa alegría para brindar,
para celebrar, como era antes", dijo, mientras secaba sus
lágrimas. (Agencia Periodística de Investigación).