Tribuna Pública
Francisco Javier Copeño Castro
Hasta al mejor cazador se le va la liebre…
Ante
la denuncia que hizo un comerciante del Mercado Municipal, “Gral. Adrián
Castrejón” a través del abogado Anselmo Campuzano Martínez –nos extraña del
abogado- de que su local fue destruido y que al abrir se dio cuenta de que todo
estaba en desorden y tirados los utensilios que utiliza para realizar sus
labores de venta de pan, y que acusó –dice que así le dijeron- a personal de la
Administración del Mercado Municipal, quienes supuestamente llegaron de
madrugada para destruir dicho local, y añade que todo se debe –supone- a represalias
por un asunto de carácter jurídico que lleva con un cliente en donde la parte
contraria la llevan los abogados Alfonso Arteaga Damacio y Demetrio Benítez
Álvarez, jurídicos del Ayuntamiento y dice temer más represalias por lo que
responsabiliza al Administrador del Mercado Municipal Ing. Adrián Vilches
Cabrera y a los abogados líneas arriba citados de lo que pueda sucederle a él o
a su familia porque teme le quieran hacer daño. Al respecto déjennos comentarle
que el Administrador del Mercado Municipal “Gral. Adrián Castrejón”; Ing. Adrián
Vilches Cabrera se manifestó extrañado de tales señalamientos porque dice que
no ha tenido ningún problema con el señor Anselmo Campuzano Reyes quien se ostenta
como dueño de un “local” en un espacio de uso común y entrada hacía el llamado
Triángulo del Mercado; que lo que recuerda es que hace tiempo lo fue a ver
hasta su oficina, para eso sí, solicitarle un contrato del espacio que ocupa,
pero fundamentando su petición en un Acta de Posesión que tiene y que ya se ha
determinado que dichos documentos carecen de validez oficial, porque fueron otorgados
de manera ilegal por anteriores administradores, cuando no se tiene facultades
para expedirlas, pues solamente la sindicatura administrativa podría expedir
documentación al respecto y avalada por Cabildo, porque es dicha dependencia
quien tiene a reguardo y bajo su responsabilidad los bienes muebles e inmuebles
del municipio, pero que a su vez junto con Cabildo deben autorizar dónde,
cuándo y por qué se tiene que tomar dicha decisión y no nada más al libre
albedrio, por tanto como administrador dijo, carece de facultades para otorgar
un contrato en lugares irregulares y más todavía en áreas de uso común mientras
no decida lo contrario el Cabildo. Comenta que el señor Anselmo Campuzano
Reyes, le dijo que si no le quería dar el contrato, le permitiera construir en
el espacio que ocupa para seguridad, pero eso no lo podemos autorizar por las
mismas condiciones ya descritas arriba, sin embargo el señor sigue realizando
sus labores de manera normal. Cierto es que por no poder otorgarle el contrato
demando al Ayuntamiento ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo,
desde hace tiempo, pero dice el administrador que, “somos respetuosos de los
tiempos y que además el asunto está en manos del Departamento Jurídico, y el
abogado deberá sacar conclusiones antes de actuar”. ¿Qué beneficio obtenemos al
“destruir” dicho “local” que está a la intemperie y que consta de una sola
mesa? Nos extraña porque no sabemos que pretenden con dichas acciones, tal vez
se trate de una forma de chantajear que se le otorguen el contrato que tanto
busca, pero si somos congruentes, la verdad no se puede, está en un área irregular
y simplemente no se puede. En fin, de todas formas no nos preocupa, que diga lo
que guste, las autoridades competentes sabrán dar una resolución apegada a
derecho, lo que si podríamos solicitarle a las autoridades competentes que
analicen a conciencia y que si quienes acusan no comprueban sus dichos que se
les castigue también con todo el peso de la ley el querer sorprender a las
autoridades ministeriales con mentiras, porque no se vale que pretendan involucrarlo
en algo u asunto que tiene de manera personal o profesional con los del
departamento jurídico del Ayuntamiento, de quienes dice, no creer que tengan
que recurrir a ese tipo de bajezas por un asunto que tienen que dirimir en tribunales
y juzgados. Después de ver todo lo anterior, más bien creemos que dicho
comerciante y el abogado mismo buscan victimizarse y no dudamos que todo sea
una faramalla para pretender lograr lo que buscan a través del chantaje. Y como
decíamos al principio, nos extraña del abogado Anselmo Campuzano Martínez,
porque aunque sea su familiar, dicho profesional del derecho no puede confundir
un local comercial formalmente establecido, de un puesto informal y que está
colocado en un área irregular. Y más todavía pretenda querer darle validez a un
documento que no lo tiene por haber sido expedido por quien no tenía facultades
para hacerlo y solo lo hizo con la finalidad de timar a los incautos que se la
creyeron. Pero entendemos que hasta al mejor cazador se le va la liebre. ¡Hasta
la próxima y salud!