LECTURA POLÍTICA
Noé Mondragón Norato
Secretaría de Salud: más
corrupción
Lo que ocurre en el gabinete estatal presidido por el priísta,
Héctor Astudillo Flores, es el reflejo natural de la incompetencia y la indolencia recurrente de la mayoría de sus funcionarios. Y la evaluación es contundente: los resultados no llegan por ningún
lado. Los ciudadanos se irritan y lo cuestionan una y otra vez en las
contundentes y veloces redes
sociales. Los problemas
comienzan a reventarle por todos lados al gobernador. No los
puede evitar. Ni contener. Pero está empeñado en sostener la ineficacia en la función pública que lo chamusca. Hasta pagar
puntual, todos sus compromisos políticos. Sin reparar que está en juego su
propia plusvalía y credibilidad política como gobernante. Basta con asomarse a las coyunturas
para entender la propia apatía y conformismo del mandatario estatal.
SECRETARÍA DE SALUD ENFERMA.- La Secretaría de Salud en
Guerrero, es por antonomasia, una de cuevas más visibles de Alí Baba y los 40 ladrones. Los
escándalos por desvíos de recursos que se han ventilado en los últimos
años, la han puesto en el centro de la polémica pública. Y por esa razón, el
propio secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, reconoció recientemente
que la entidad ocupa los primeros lugares en incidencia de enfermedades dentro del contexto nacional. Esta
deficiencia se lee así: 1.- El gobernador Astudillo Flores, se
enfrentó de pronto con un paro
laboral indefinido por parte
de los trabajadores de oficinas centrales de la Secretaría de Salud, cuya
demanda central es el pago de
un bono anual por 4 mil pesos que
se les canceló sin aviso, a 19
mil empleados de esa
dependencia. La argumentación oficial fue que ese bono “no se encuentra
establecido en las condiciones generales de trabajo”. Pero un problema similar le estalló recientemente con los
trabajadores de los Cendis en la entidad, a quienes les dejó de pagar un bono mensual compensatorio por tiempo completo. Hasta que los trabajadores se
movilizaron y la SEG tuvo que gestionar el pago. 2.- La pugna interna en la Secretaría de
Salud es entre el actual titular, Carlos de la Peña Pintos, y la dirigente de
la sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud (SNTSA) y
diputada federal por el distrito siete, Beatriz Vélez Núñez. Cada uno defiende sus cotos de
poder. Y la asignación indiscriminada de plazas para sus más allegados. Pero no repararon que en medio de
ellos, se quedaron girando las demandas de los trabajadores que esta vez, los rebasaron a ambos. Y metieron en un conflicto al mandatario estatal. En este
contexto, el desempeño del secretario de Salud así como el manejo de su
millonario presupuesto, debe ser metido a rigurosa
revisión. Pero también, la forma poco ortodoxa y desaseada en que Beatriz Vélez, maneja sus
relaciones sindicales y de asignación
de beneficios al interior de
esa dependencia. Porque al final, quien recibe los golpes políticos y mediáticos, es el propio gobernador. 3.- Pero la corrupción en la
Secretaría de Salud no se detiene ahí. En el Hospital General de Chilpancingo,
faltan jeringas, medicamentos y hasta especialistas. No se diga la falta de
mantenimiento y los pésimos servicios. En este deplorable contexto, son los
propios familiares de los pacientes internados en ese nosocomio, quienes surten
y abastecen sus medicamentos. La pregunta es: ¿Cómo se están aplicando los 5 mil 375 millones 772 mil 500 pesos, que fueron aprobados por los
diputados del Congreso local para la Secretaría de Salud, en el Presupuesto de
Egresos 2017? El gobernador Astudillo podrá justificar que muchas de las plazas son heredadas. Pero entonces ¿cuál sería su
estrategia para crear empleos en la entidad? El problema del mandatario estatal
es que nunca estuvo preparado para enfrentar la dinámica del conflicto. Y hoy que los problemas le revientan con sus funcionarios corruptos e ineficaces, no encuentra puertas que tocar. Ese es
el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El plazo para que la Fiscalía
General del Estado (FGE), aporte pruebas
certificadas contra el
diputado local priísta, Saúl Beltrán Orozco, acusado de homicidio calificado, vence hoy jueves. Sin embargo, el
presidente de la Comisión Instructora, el panista Iván Pachuca Domínguez,
aparece claramente como uno de
los cómplices de esta torcida trama, pues ahora dice que no hay plazo para dictaminar el desafuero. La
impunidad parece imponerse una vez más, a la justicia.