LECTURA POLÍTICA
Noé Mondragón Norato
Olea
Peláez: momento de irse
Tres meses después del asesinato del
diputado federal priísta, Moisés Villanueva de la Luz –ocurrido el 4 de
septiembre de2011-, el Procurador de Justicia, Alberto López Rosas, renunció
a su cargo. Lo hizo el 13 de diciembre de ese año. El
espinoso caso llenó de piedras su camino. Le impidió seguir avanzando. Jugaron
muchos intereses que lo neutralizaron. Entre
ellos, resaltan los de los grupos de poder priístas que soterradamente, cerraron
filas para impedir el encarcelamiento del
ex edil tricolor del municipio de Tlapa, Willy Reyes Ramos, señalado por el
propio López Rosas, como el autor intelectual de ese
proditorio crimen que cimbró la política guerrerense. Hermético,
López Rosas nunca ha revelado los motivos reales que
lo llevaron a presentar su renuncia a la entonces Procuraduría General de
Justicia del Estado (PGJE), una dependencia de la que tomó posesión el
12 de abril de 2011. Es decir, duró 8 meses y un
día en el cargo. Hoy podría reeditarse esa misma
historia. Es decir, estaría en puerta la renuncia del
Fiscal Xavier Olea Peláez. Y las razones y los motivos –como
en el aquel entonces con López Rosas-, serían muy parecidos. Basta con pulsarlos para
entenderlos.
LÓPEZ ROSAS Y OLEA
PELÁEZ: HERMANADOS.- El abogado defensor del ex edil prófugo de
Tlapa, Willy Reyes Ramos, fue Xavier Olea Peláez. Enfrentó jurídica y mediáticamente, a
López Rosas. Ese placeo le sirvió para ofertarse ante los
grupos políticos, como eficaz abogado litigante. Máxime
si se trataba del hijo del ex gobernador tricolor interino, Xavier Olea Muñoz,
señalado en su momento como uno de los responsables de la política
represiva implementada por el defenestrado gobernador de aquel y
entonces, Raúl Caballero Aburto, a quien sirvió paradójicamente, como
Procurador de Justicia. Olea Peláez se hermanó con López
Rosas, a través de varias circunstancias paralelas: 1.- En su
calidad de Procurador de Justicia, López Rosas llevó al Congreso local la
petición del juicio de procedencia para quitar
el fuero Constitucional, al ex edil Willy Reyes. Y poder de esta
forma, aprehenderlo y meterlo a prisión. Su petición nunca
prosperó. Así como hoy mismo no avanza tampoco, la
petición del juicio de procedencia que la Fiscalía
General del Estado (FGE) presentó ante el Congreso local, con el fin de cercenarle el
fuero al diputado local tricolor por el distrito 17, Saúl Beltrán
Orozco, señalado por la propia Fiscalía como responsable de homicidio
calificado. Y ahí, tanto López Rosas como Olea Peláez, deflagraron no
solo como funcionarios públicos, sino como abogados litigantes. 2.- Si
López Rosas fue obligado a renunciar en su momento, dejando inconclusa la
resolución del crimen perpetrado contra el
diputado federal 500, Moisés Villanueva de la Luz, y sin haber podido aplicar
justicia a favor de un legislador priísta con cierto peso político;
hoy Xavier Olea Peláez, estaría recorriendo ese mismo sendero. Es
decir, empujado a renunciar no solo por la ineficacia y
la ausencia de resultados evidenciados reiteradamente, sino
porque el momento político obligaría al gobernador Héctor
Astudillo, a tomar esa decisión. Por cuando menos dos vertientes que
se están abriendo: el golpeteo político derivado de la
cercana elección federal y local de julio de 2018. Pero sobre todo, el polémico
asunto del diputado Saúl Beltrán, cuya resolución acaba de posponer el propio
Congreso local, hasta mayo. El cambio de titular en la FGE,
prorrogaría y le metería más confusión a dicho asunto. En exacta sintonía a
como ocurrió con el caso Willy Reyes. De hecho, a la renuncia de López Rosas se
designó como encargada de despacho a Martha Elva Garzón Bernal. Y luego a Iñaki
Blanco Cabrera. Tres procuradores que enredaron más la
madeja. Y ganó la impunidad. Así que Xavier Olea Peláez,
esta vez sí estaría a punto de irse. Porque
el gobernador Héctor Astudillo, parece estar en la sintonía de replicar
la misma historia que le dio resultados al ex
gobernador Ángel Aguirre. Ese es el punto.
HOJEADAS DE
PÁGINAS…Curiosa y desconcertante resulta
la forma de operar del obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador
Rangel Mendoza. Porque primero, asume haber logrado él mismo, entendimientos con
el crimen organizado. Y reveló que el propio gobierno estatal ya tenía acuerdos con
algunos grupos delictivos. Pero luego, pacta una tregua y “un
periodo de silencio” con el gobierno estatal. ¿Cuáles son los
objetivos de fondo de este representante de la Iglesia Católica?