LECTURA POLÍTICA
Noé Mondragón Norato
La hipótesis confirmada
“El corazón
de la delincuencia son los
políticos”, sintetiza el especialista
en temas de narcotráfico y delincuencia organizada, Edgardo Buscaglia en su
libro, Vacíos de Poder en México. El también académico e intelectual
sostiene que en nuestro país, “las empresas criminales compiten salvajemente por ocupar los vacíos que deja el Estado, mediante mayores niveles de violencia
y corrupción de las autoridades políticas, las
que venden sus curules y resoluciones administrativas y judiciales al mejor
postor”. La
anterior hipótesis de Buscaglia se confirma desagradable
y repulsivamente con los
hechos consumados, que son tercos.
LEY ANTICORRUPCIÓN POLÍTICA.- En el Congreso local, los diputados decidieron aprobar una Ley
Anticorrupción a modo. Y que ni siquiera fue analizada y debatida a fondo. En este escenario salen chamuscados algunos “insignes” legisladores
locales: 1.- De entrada, el presidente de la Comisión de Justicia –el filtro por el que pasó la Ley Anticorrupción-
es elfigueroísta, Héctor Vicario Castrejón, un personaje que fue
presidente de la Comisión de Gobierno alterna en el periodo2008-2012, cuando llegó a ese recinto legislativo el polémico asunto del ex edil priísta de Tlapa, Willy
Reyes Ramos, a quien al final de cuentas nunca
le fue retirado el fuero constitucional para ser procesado judicialmente como el autor intelectualdel crimen
perpetrado contra el diputado federal tricolor, Moisés Villanueva de la Luz. Y
el pasado jueves 9 de marzo se repitió la faena: la Ley Anticorrupción no contempló la eliminación del fuero
constitucional para el
gobernador, diputados locales, alcaldes, síndicos y regidores. Y esa maniobra favoreció de rebote coyuntural, al propio legislador local calentano,
Saúl Beltrán Orozco, quien ha sido acusado
de homicidio por una juez que liberó orden de
aprehensión en su contra. Ahora, los agraviados, el propio Movimiento por la Paz del municipio de San Miguel Totolapan
–que lo señala de ser el
verdadero líder y jefe del
grupo delictivo Los Tequileros-,
la juez y la Fiscalía General del Estado (FGE), tendrán que esperar hasta que
Saúl concluya su periodo como diputado local, para fincarle responsabilidad penal. Una redición exacta de lo ocurrido en
el caso Willy Reyes. Saúl Beltrán debe estar muy agradecido con Héctor Vicario. 2.- Hace casi un año –el 15 de marzo
de 2016-, el diputado local Sebastián de la Rosa Peláez, renunció a la Coordinación de fracción del PRD en el Congreso local. En su descargo
asumió que “no puedo ser Coordinador de una Fracción Parlamentaria en un Congreso que le ha permitido a un grupo de
diputados, reclamar la defensa de sus intereses personales por encima de cualquier compromiso
social, de filiación político-partidaria e, incluso, presumiblemente
trasgrediendo la legalidad”.
Fue más allá. Asumió que la estructura interna del Congreso local “impone
condiciones que alimentan la corrupción, transgreden la responsabilidad
institucional y generan condiciones de impunidad
política y legal”. El
paso del tiempo parece haberle dado
la razón a Sebastián. Porque
la actual coordinadora de fracción perredista, Erika Alcaraz Sosa –cuadro
político del ex presidente de la Comisión de Gobierno, Bernardo Ortega Jiménez, y quien en verdad la dirige a control remoto-, se ha plegado reiteradamente a los designios políticos del PRI. Ha sido su mejor aliada en dicho recinto legislativo. Y eso se
tradujo en la inevitable desunión de la fracción perredista, que así
votó en la Ley Anticorrupción: dividida. De esta forma, con una oposición
partida en pedazos y generosamente comprada, el PRI y el PVEM aprobaron una Ley Anticorrupción infamante y que insulta la inteligencia de
los guerrerenses. Porque la impunidad seguirá teniendo cancha abierta en una
entidad donde los índices de criminalidad
y violencia se están
disparando todos los días. Y entonces, la hipótesis de Buscaglia se confirma amplia y plenamente.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El arribo de Claudia Ruiz Salinas, a la secretaria general del CEN
del PRI, puso nerviosos a varios aspirantes al Senado de la
república por ese partido, para la elección federal de julio de 2018. Entre
ellos, Manuel Añorve Baños y su esposa Julieta Fernández Márquez, el secretario
de Finanzas, Héctor Apreza Patrón y la secretaria de Desarrollo Social, Alicia
Zamora Villalba. Sin contar con Mario Moreno Arcos, quien podría irse por la libre. Y hacerle un boquete de grandes dimensiones a ese priísmo decadente.